Polémica en Melilla por la restricción del uso de megafonía en la principal mezquita
Los vecinos apoyan la medida mientras que parte de la comunidad islámica la ve como una amenaza a su libertad religiosa
La ciudad de Melilla vive un intenso debate tras la decisión de la Consejería de Medio Ambiente y Naturaleza de prohibir el uso de megafonía en la Mezquita Central durante las horas nocturnas, una medida que busca mitigar las molestias causadas por el ruido, especialmente entre las 21.00 y las 09.00 horas. Esta normativa surge tras la recepción de denuncias vecinales sobre la emisión de sonidos a volúmenes considerados excesivos.
El consejero de Medio Ambiente, Daniel Ventura, defendió la aplicación de la medida alegando que los técnicos de su departamento han actuado en estricto cumplimiento de la legislación vigente en materia de ruido nocturno. Según Ventura, ignorar las denuncias habría supuesto una actuación irregular por parte de la Administración. Además, enfatizó que la prohibición se limita exclusivamente a la Mezquita Central, dado que es la única que ha recibido quejas formales. Aunque musulmanes han expresado a THE OBJECTIVE su preocupación sobre la extensión de esta prohibición a otras mezquitas, Ventura ha reiterado que es una decisión puntual.
Medidas adoptadas
Tras las denuncias, se llevó a cabo un estudio para determinar la fuente de los ruidos reportados. Este análisis concluyó que la Mezquita Central era el foco principal del problema, especialmente durante las horas consideradas inapropiadas. El consejero afirmó que se reunió con el presidente de la Comisión Islámica de Melilla (CIM), Farid Abdel-Lah, para buscar soluciones. Entre las opciones planteadas estuvo la reducción de los decibelios de la megafonía, buscando un equilibrio entre el respeto a las tradiciones religiosas y la convivencia vecinal.
Ventura subrayó que la decisión fue tomada con «máxima sensibilidad» y que el objetivo no era perjudicar las prácticas religiosas, sino cumplir con las normativas. Además, se aseguró de que esta restricción no se extendiera al resto de mezquitas de la ciudad, ya que ninguna de ellas ha sido objeto de quejas.
Reacción de la CIM
A pesar del intento de resolver el problema de manera consensuada, la Comisión Islámica de Melilla (CIM) emitió un comunicado expresando su desacuerdo con la medida. Según la organización, la prohibición afecta significativamente a la comunidad musulmana, especialmente durante la llamada a la oración del Fajr, que tiene lugar al amanecer. En este contexto, la federación islámica denunció que la normativa representa una restricción desproporcionada que vulnera la libertad religiosa.
El comunicado también señaló que las restricciones son particularmente problemáticas durante los meses de verano, cuando las llamadas a la oración son más frecuentes debido a los horarios variables de las plegarias. Asimismo, la CIM solicitó una reunión formal con la Consejería para explorar alternativas que permitan compatibilizar la normativa sobre ruido con el derecho a practicar su fe.
Falta de consenso
Por su parte, Ventura expresó sorpresa ante la postura pública de la CIM, ya que, según él, se había alcanzado un entendimiento preliminar durante las reuniones previas. Según tiene conocimiento este medio, los desacuerdos internos entre distintas entidades musulmanas están complicando la gestión del asunto y la situación ha generado discrepancias con la decisión política.
Melilla cuenta con 17 mezquitas, de las cuales la Mezquita Central es la más grande y emblemática. La llamada a la oración, realizada cinco veces al día, es una parte fundamental de la vida religiosa islámica. Sin embargo, su ejecución a través de altavoces ha generado controversia en varias localidades. No es la primera vez que los vecinos de diferentes barrios han expresado su malestar por el ruido a deshoras que produce en sus hogares.
Repercusiones futuras
Según ha explicado la administración competente, la prohibición del uso de megafonía entre las 21.00 y las 09.00 horas se ajusta a las normativas españolas sobre contaminación acústica. Siendo conocedores de que este tipo de decisiones plantea un reto en ciudades como Melilla, Ventura ha destacado la necesidad de mutuo entendimiento para que no surjan disputas en la ciudad.
La CIM, en su comunicado, reiteró su disposición al diálogo, abogando por el respeto mutuo y destacando la necesidad de proteger las tradiciones religiosas. No obstante, también solicitó una mayor sensibilidad y comprensión por parte de las autoridades locales. A esta postura se han sumado otras comunidades locales, que han sido más críticas y consideran esta medida como un paso adicional hacia restricciones que afectan la libertad religiosa. Mientras tanto, la comunidad islámica y los vecinos esperan una resolución a este conflicto: para unos, representa un alivio frente a las molestias en sus hogares, mientras que otros lo perciben como un precedente preocupante.