Polémica en Almería por la coincidencia del 8-M con el Desfile de Carnaval
Las asociaciones feministas critican la decisión municipal y advierten de la pérdida de visibilidad del Día de la Mujer
Manifestaciones feministas en Sevilla con motivo del 8M. | María José López (Europa Press)
La gestión de la igualdad por parte de la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez Agüero, ha generado un intenso debate tras la decisión municipal de programar el Desfile de Carnaval el mismo día que las manifestaciones del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. La medida ha sido duramente criticada por sectores feministas y por la oposición, quienes acusan al Ayuntamiento de restar protagonismo a la jornada de reivindicación de los derechos de las mujeres.
Adriana Valverde, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, ha manifestado su decepción con la estrategia política de igualdad del equipo de gobierno municipal. Asegura que la elección de la fecha para el desfile responde a una estrategia para invisibilizar la lucha feminista y considera que la gestión de la alcaldesa en esta materia ha supuesto un retroceso. Entre sus argumentos, menciona la reestructuración de la Concejalía de Igualdad, la organización de eventos con enfoques cuestionables y la difusión de campañas municipales con mensajes poco acertados.
Los colectivos feministas de Almería también han expresado su descontento, señalando que el desfile carnavalesco ocupará la franja horaria habitual de la manifestación del 8-M, desde las cinco de la tarde hasta la noche. Ante esta situación, las asociaciones se han visto obligadas a replantear sus movilizaciones, enfrentando además las dificultades derivadas de las obras en el centro histórico de la ciudad, que limitan las posibles alternativas de recorrido.
Desde la Asamblea Abolicionista de Almería y la Plataforma de Acción Feminista han denunciado que esta decisión municipal supone un obstáculo más para la visibilidad del movimiento. Aseguran que no es la primera vez que el Ayuntamiento actúa de manera similar, recordando que en ocasiones anteriores ya se han realizado actos institucionales en fechas y lugares que han interferido con las manifestaciones feministas.
La compatibilidad de ambos eventos
Ante la polémica, la alcaldesa ha defendido que el Carnaval y el 8-M pueden coexistir sin inconvenientes, argumentando que la jornada de reivindicación de la mujer no se limita exclusivamente a las manifestaciones callejeras. Ha destacado que todas las mujeres, independientemente de su manera de celebrar o participar en el día, forman parte de la conmemoración de la fecha.
Por su parte, la Federación Almeriense de Agrupaciones de Carnaval (Fealca) ha explicado que la planificación del evento se hizo con antelación y siguiendo criterios tradicionales basados en el calendario lunar. La organización niega que haya intencionalidad de menoscabar la movilización feminista y sugiere que ambas actividades pueden desarrollarse simultáneamente.
El movimiento feminista baraja opciones
A pesar de las explicaciones del Ayuntamiento y de los organizadores del Carnaval, los colectivos feministas consideran que la decisión de celebrar ambos eventos el mismo día resta protagonismo a la lucha por la igualdad de género y dificulta la participación en la manifestación.
Varias asociaciones vinculadas a otras provincias se han sumado a esta denuncia y han exigido una rectificación por parte del Consistorio. A pesar de ello, según ha podido conocer THE OBJECTIVE, de no producirse cambios, buscarán alternativas para que su mensaje, según dicen, tenga la mayor visibilidad posible y la asistencia no se vea mermada por la otra concentración. Según fuentes cercanas a las asociaciones feministas almerienses, la opción de cambiar la cita a otra fecha no se descarta.
En este contexto, la controversia sigue abierta y la oposición observa de cerca los movimientos de María del Mar Vázquez, a la cual han acusado en varias ocasiones de afectar negativamente la presencia de la mujer en la sociedad almeriense. Mientras, el debate ha llegado a las calles, donde algunos defienden la coexistencia de ambas actividades y otros sostienen que programar un evento festivo en el mismo espacio y horario que una marcha reivindicativa supone una forma de restarle importancia.
