Alerta en Andalucía por la 'droga de los pobres': hachís con ansiolíticos que llega de Marruecos
El auge del karkubi y la venta ilegal de psicofármacos, en el punto de mira tras una detención en Algeciras

Material incautado en una operación de la Guardia Civil. | Guardia Civil
La creciente preocupación por la expansión del karkubi, una droga de origen marroquí compuesta por hachís y clonazepam, ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias y policiales en Andalucía. La Policía Local de Algeciras detuvo recientemente a una mujer de 46 años en posesión de 169 pastillas de tranquilizantes y varios documentos de identidad robados, un caso que, según las autoridades sanitarias, es el claro reflejo de la creciente problemática del tráfico ilegal de psicofármacos en la región.
Según informó el Ayuntamiento de la localidad, el arresto tuvo lugar en las inmediaciones de la calle Tarifa, donde una patrulla de la Unidad de Seguridad y Convivencia observó un vehículo detenido en plena calzada, impidiendo el paso. La conductora hablaba con un hombre a través de la ventanilla cuando ambos notaron la presencia de los agentes y comenzaron a comportarse de manera nerviosa.
Tras proceder a su identificación, la policía encontró en el bolsillo del hombre tres pastillas de Tranquimazim, lo que derivó en una sanción administrativa. En el interior del vehículo, los agentes hallaron dos cajas de Rivotril, lo que generó sospechas sobre la mujer.
Durante un registro más exhaustivo, se le incautaron 120 pastillas de Rivotril, 49 de Tranquimazim y 180 euros en efectivo, además de 12 recetas médicas expedidas por un centro de salud de Fuengirola y varias prescripciones a nombre de distintos pacientes. También llevaba consigo tres documentos nacionales de identidad denunciados como robados y una tarjeta de crédito. Ante estos hallazgos, la detenida fue trasladada a dependencias de la Policía Nacional junto con los objetos incautados.
Auge del karkubi en Andalucía
Este caso se enmarca en una tendencia creciente que preocupa a las autoridades: la expansión del karkubi, una droga popular entre sectores vulnerables debido a su bajo coste y, por tanto, su fácil acceso. Combinando hachís con clonazepam, esta sustancia puede producir efectos alucinógenos y estados de violencia extrema cuando se mezcla con alcohol.
Los expertos en salud pública consultados por THE OBJECTIVE alertan de que el consumo de esta sustancia está en aumento, especialmente entre jóvenes y personas en situación de exclusión social. La facilidad con la que se obtienen estos fármacos en el mercado negro ha disparado las alarmas.
Agresiones y mercado negro
El Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM) ha denunciado recientemente un incremento en las agresiones a sanitarios relacionadas con la prescripción de psicotrópicos como el clonazepam. En Algeciras, algunos pacientes recurren a la violencia cuando los médicos se niegan a expedir recetas de estos fármacos, lo que ha obligado a reforzar las medidas de seguridad en los centros de salud.
Gaspar Garrote, coordinador contra las agresiones del CACM, ha señalado que algunos individuos solicitan repetidamente recetas para luego alegar su pérdida y obtener una nueva. Ante esta situación, en algunas zonas se ha establecido la obligatoriedad de presentar una denuncia para la reexpedición de recetas.
El presidente del CACM, Alfonso Carmona, ha señalado que el karkubi está causando «verdaderas catástrofes», especialmente entre jóvenes con adicciones. Según la organización, la venta ilegal de Rivotril y otros psicofármacos puede generar hasta 3.000 euros diarios en algunas redes de tráfico, favoreciendo su comercio ilícito.
Medidas urgentes
Mientras las fuerzas de seguridad intensifican sus esfuerzos para frenar la distribución de estos fármacos, los expertos en salud pública insisten en la necesidad de medidas más estrictas y en una regulación por parte de las autoridades que controle la dispensación de medicamentos psicotrópicos. Desde el Sindicato Médico Andaluz, Rafael Gómez ha propuesto aplicar un sistema de visado obligatorio para la prescripción de estos fármacos, lo que permitiría un mayor control sobre su distribución y evitaría el desvío al mercado negro.
Por su parte, la Policía Nacional ha lanzado campañas de concienciación en redes sociales para advertir sobre los riesgos del karkubi en las que se destaca que, aunque su precio sea bajo, sus efectos pueden ser devastadores.
Aunque el Ministerio de Sanidad no considera que el consumo de esta droga sea significativo a nivel nacional, las organizaciones especializadas en reducción de riesgos advierten sobre la necesidad de mayor información para evitar la estigmatización de los consumidores y abordar el problema desde una perspectiva de salud pública.