Los ganaderos critican la falta de coordinación estatal ante el brote de lengua azul en Andalucía
El virus se extiende por seis provincias andaluzas y amenaza la viabilidad del sector ovino y caprino

Un rebaño de ovejas. | Fernando Sánchez (Europa Press)
Andalucía atraviesa una de las crisis sanitarias ganaderas más graves de los últimos veinte años a causa de la expansión de la lengua azul, enfermedad vírica que afecta principalmente a ovejas, pero que también impacta en cabras, vacuno y rumiantes silvestres. El brote, que se ha extendido por casi toda la comunidad y por otras regiones del país, mantiene en alerta al sector, que reclama desesperadamente respuestas conjuntas de las administraciones.
La Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía se ha sumado a la queja del campo insistiendo en los últimos días en la importancia de intensificar la vacunación y en la necesidad de coordinar actuaciones entre comunidades autónomas. Sin embargo, desde el Ejecutivo andaluz se denuncia la falta de respuesta del Ministerio de Agricultura a la petición de convocar un encuentro nacional que permita abordar de manera común la emergencia sanitaria. Según explican fuentes internas a THE OBJECTIVE, la situación requiere de la máxima urgencia y no es sostenible esperar más semanas para ofrecer una respuesta eficaz.
Críticas al Ejecutivo
El consejero andaluz, Ramón Fernández-Pacheco, ha trasladado públicamente su malestar por lo que considera una ausencia de implicación del Ministerio que dirige Luis Planas. Desde la Junta se había solicitado un encuentro multilateral con otras autonomías para consensuar medidas y, además, se había planteado la activación de la reserva de crisis de la Política Agraria Común con el fin de habilitar ayudas económicas. Según el responsable autonómico, hasta el momento no se ha obtenido respuesta.
El Gobierno andaluz reprocha al Ministerio que actúe de manera aislada en un asunto que afecta a territorios de todo el país y recuerda que la enfermedad está ocasionando un impacto severo en explotaciones de diversas regiones, más allá de Andalucía. En los últimos días, ganaderos de diferentes lugares han expresado su malestar ante la muerte de parte de su ganado, suponiendo grandes pérdidas para ellos.
Estrategia andaluza frente a la epidemia
Mientras persiste la falta de coordinación estatal, la Junta continúa desplegando medidas de apoyo directo al sector. La Consejería mantiene reuniones periódicas con las agrupaciones de defensa sanitaria ganadera para evaluar el avance de las campañas de vacunación y reforzar la información a los profesionales.
La estrategia incluye ayudas económicas que cubrirán hasta la mitad de los costes asociados tanto a la adquisición de dosis frente a los serotipos más extendidos (3 y 8) como a los servicios veterinarios necesarios para su aplicación. Además, se trabaja con las Oficinas Comarcales Agrarias para asesorar y formar a los ganaderos sobre protocolos de prevención y control.
Desde la administración autonómica, en vinculación con expertos, se subraya que la inmunización es la vía más eficaz para reducir la mortalidad y las pérdidas económicas en las explotaciones. El llamamiento es especialmente insistente de cara al periodo entre diciembre y abril, considerado el momento óptimo para aplicar las vacunas y garantizar la protección del ganado.
La presión sobre Andalucía
Actualmente, seis de las ocho provincias andaluzas presentan focos confirmados de lengua azul: Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén, Málaga y Sevilla. Solo Almería y Huelva se mantienen, por el momento, libres de la enfermedad, aunque desde las organizaciones agrarias se advierte de que podrían registrarse casos también en estas zonas en los próximos meses.
La virulencia del serotipo 3 ha provocado un aumento de la mortalidad en rebaños de ovino y ha comenzado a extenderse también al caprino, lo que repercute directamente en la producción de leche y en el número de abortos en las explotaciones. El sector recuerda que una situación similar no se vivía en la comunidad desde la crisis sanitaria registrada entre 2004 y 2007.
Según explican ganaderos sevillanos a este medio, las condiciones climáticas de este año, abundantes lluvias seguidas de un verano especialmente caluroso, han favorecido la proliferación del mosquito transmisor de la enfermedad, lo que incrementa el riesgo de contagio en toda la región.
Expansión a nivel nacional
El Ministerio de Agricultura confirmó a mediados de agosto la presencia de la enfermedad en seis provincias andaluzas, pero también en otras comunidades como Castilla y León, Navarra, Extremadura, País Vasco, Cantabria y Galicia. Los laboratorios regionales de sanidad animal, junto al Laboratorio Central de Veterinaria de Algete, están verificando los focos para establecer un registro común que permita evaluar la evolución epidemiológica en España.
La circulación simultánea de varios serotipos, en especial el 3, constituye la principal preocupación de las autoridades y del sector. En la última actualización oficial, se identificaron nuevos casos en provincias como Ciudad Real, Cáceres, Salamanca y Granada.
España carece en estos momentos de un programa estatal de erradicación, salvo en Baleares y Canarias, lo que deja al resto del territorio en una situación de mayor vulnerabilidad frente a la propagación del virus. El Ministerio ha insistido en la necesidad de que las comunidades comuniquen con rapidez cualquier nuevo foco, mientras que la vacunación se mantiene todavía como una recomendación voluntaria.
Reclamo de los ganaderos
Las organizaciones agrarias, especialmente COAG Andalucía, demandan que tanto la Junta como el Ministerio trabajen de manera conjunta para proteger un sector que consideran esencial para la economía y la vida en el medio rural. Insisten en que los productores que han cumplido con las pautas de vacunación y prevención merecen respaldo económico real y medidas eficaces que garanticen la viabilidad de sus explotaciones.