Más de 2.000 voluntarios extraen tres toneladas de residuos del litoral español
En solo dos jornadas se detectó un repunte de residuos electrónicos y la acumulación de desechos en espigones

Un buzo extrae un cono en la playa de Puente Mayorga de San Roque. | Gogo Lobato
Los fondos marinos y las playas de buena parte del litoral español han vivido este fin de semana una gran operación de limpieza gracias a la Red de Vigilantes Marinos, impulsada por la ONG Oceánidas. En esta edición, más de 2.000 personas han participado en 40 enclaves repartidos por España, con la colaboración de grupos en Colombia y Brasil. El resultado: más de 3.270 kilos de basura retirados del agua, de las rocas y de la arena.
La acción se enmarca en la campaña «1m2 contra la basuraleza» del Proyecto Libera, liderado por SEO/BirdLife y Ecoembes. Se extrajeron plásticos, redes, textiles, pilas, baterías, envases de alimentación, objetos metálicos e incluso hallazgos tan llamativos como prótesis, un árbol de Navidad, señalizaciones de tráfico y una mesa completa con sus cuatro sillas.

El éxito no se mide en kilos
El presidente de Oceánidas y coordinador de la Red, Antonio Márquez, ha explicado a THE OBJECTIVE que la iniciativa no debe evaluarse solo por la cantidad de residuos extraídos. «Muchas veces nos preguntan si es importante la cantidad de residuos que logramos retirar, que si eso es un síntoma del éxito de esta iniciativa. Y no, no es un síntoma del éxito. Nosotros el éxito de la iniciativa lo medimos por la cantidad de voluntarios que tenemos», afirma.
En este sentido, Márquez recordó los inicios: «Hace 11 años empezamos un grupo pequeño de un club de buceo con nuestro mientras nosotros buceábamos la familia que nos acompañaban, niños, parejas iban recogiendo por la playa. 11 años después ha crecido y ahora son 40 puntos los que hemos tenido este fin de semana en España con más de 2000 voluntarios participando entre España y los que además han participado en Colombia y Brasil, lo cual quiere decir que de verdad la ciudadanía se está concienciando de que se necesita hacer algo».
Para Antonio Márquez, lo esencial de estas campañas es la creciente implicación de la ciudadanía. Sin embargo, resulta significativo que, mientras en 2023 se retiraron 1.400 kilos de residuos, este año la cantidad se ha más que duplicado.
Vapers y colillas
Este año se ha detectado un aumento de residuos electrónicos bajo el agua. Márquez lo detalla con preocupación: «Han aparecido por una parte vaper, que también es un residuo nuevo que antes no aparecía. Tuvimos un tiempo que eran las mascarillas cuando la pandemia y ahora lo que tenemos es muchos más vaper. También hemos recogido baterías de coche, muchas pilas, hay como mucho residuo electrónico más del que encontrábamos antes».

En cuanto a los residuos, además de los nuevos elementos detectados en los fondos marinos, las colillas continúan siendo un problema persistente. Aunque los ayuntamientos emplean maquinaria para limpiar las playas, estas máquinas no consiguen retirar ni las colillas ni los microplásticos. Además, hay un foco olvidado en las zonas rocosas y en los espigones, donde se acumulan latas, plásticos y botellas que no son eliminados por este tipo de limpieza mecánica.
El caso de Algeciras sirve de ejemplo. Allí, según relata Márquez, el ayuntamiento había limpiado la arena, pero las zonas rocosas acumulaban una gran cantidad de desechos, convirtiéndose en uno de los puntos con mayor volumen de basura retirada.
Obstáculos administrativos
El coordinador también señala que la burocracia puede convertirse en un obstáculo para estas actividades. Recuerda que en Barbate, pese a tener todos los permisos municipales preparados, la Capitanía Marítima de Cádiz decidió en el último momento no autorizarlas. Esta situación obligó a suspender la limpieza y demuestra, según él, cómo la excesiva burocracia puede entorpecer o incluso impedir la realización de estas acciones tan beneficiosas para la comunidad.
De la limpieza a la solidaridad
Más allá de la recogida de residuos, la campaña convierte cada kilo de basura en un gesto doblemente solidario. Gracias al acuerdo con Nueva Pescanova, los residuos se transformarán en kilos de alimentos que se donarán a la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL).

Además, los datos obtenidos se registran en la aplicación MARNOBA, dentro del sistema de ciencia ciudadana del Proyecto Libera, lo que permite a investigadores y administraciones conocer mejor los tipos de residuos, su origen y vías de llegada al mar.
La Red de Vigilantes Marinos también fomenta la participación de los más pequeños a través de los llamados «pequevoluntarios», niños y niñas que colaboran en la limpieza de la playa mientras los buceadores trabajan en el fondo. Para ellos, la experiencia es una lección práctica de educación ambiental.