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Andalucía

Málaga dice adiós a los coches de caballos... y los animalistas piden seguir el ejemplo

El Ayuntamiento ha indemnizado con más de tres millones de euros a los cocheros tras revocar las últimas 25 licencias

Málaga dice adiós a los coches de caballos… y los animalistas piden seguir el ejemplo

Coches de caballos en Sevilla. | Bruce Chambers (Zuma Press)

El Ayuntamiento de Málaga ha cerrado definitivamente el capítulo de los coches de caballos como medio de transporte turístico en la ciudad. Desde este lunes, los tradicionales carruajes tirados por animales dejan de circular por las calles del centro histórico tras la revocación de las 25 licencias que aún se mantenían activas. La medida, impulsada por el Área de Movilidad y ratificada por el alcalde Francisco de la Torre, pone punto final a una imagen histórica que durante décadas ha formado parte del paisaje urbano y de la oferta turística de Málaga.

El proceso cierra una transición iniciada hace casi una década, cuando el consistorio comenzó a rescatar y amortizar licencias de manera voluntaria. Según los registros, en 2018 quedaban 55 permisos, de los cuales 30 fueron retirados entre 2016 y 2020 a cambio de compensaciones económicas. Con la revocación actual, las 25 restantes quedan definitivamente extinguidas.

La ordenanza municipal de 2015 que regulaba el servicio fijaba un límite máximo de veinte años para cada licencia, con vencimiento previsto en 2035. Sin embargo, el Ayuntamiento ha decidido adelantar el fin de la actividad por motivos de bienestar animal y de seguridad, argumentando que el tránsito de carruajes es «incompatible con el desarrollo urbano y con la movilidad actual de la ciudad».

Ayuda para los afectados

La decisión incluye la compensación económica a los titulares de las licencias, que ya ha sido abonada. Según el informe de valoración elaborado por la consultora R&L Auditores, cada cochero recibirá más de 125.000 euros, lo que supone un desembolso total cercano a los tres millones de euros. De esta forma, el consistorio cierra el proceso de manera definitiva y ordenada.

Como parte de la medida, el Ayuntamiento ha comenzado a retirar la señalización vertical que reservaba espacio para estos vehículos en zonas emblemáticas de la capital. Las antiguas paradas se destinarán ahora a otros usos, como el estacionamiento de motocicletas.

Málaga posiciona el turismo

El alcalde ha enmarcado la decisión dentro de una estrategia más amplia para promover un turismo sostenible y responsable. Según explicó en un vídeo difundido por las redes municipales, el objetivo es adaptar la ciudad a un modelo de movilidad más moderno y respetuoso con los animales. De la Torre subrayó que Málaga ha evolucionado hacia una ciudad donde se puede disfrutar paseando a pie o utilizando medios sostenibles.

El fin de los coches de caballos también supone la desaparición de una estampa habitual para los visitantes, especialmente en enclaves como la plaza de la Marina, la calle Larios o el Paseo del Parque. Durante décadas, las familias y turistas que llegaban a la ciudad encontraban en estos paseos una experiencia clásica.

Un conflicto de años

La medida no ha estado exenta de polémica. Desde que el Ayuntamiento comenzó a plantear el rescate de licencias, el debate ha enfrentado de manera recurrente a los profesionales del sector con las asociaciones animalistas. Mientras los cocheros defendían el valor patrimonial y tradicional de su oficio, las entidades de protección animal denunciaban las condiciones de trabajo de los caballos y reclamaban su retirada definitiva.

Entre los colectivos más activos se encuentra el Partido Animalista (Pacma), que ha celebrado la medida como un «avance histórico». En un comunicado, la formación subraya que la decisión del Ayuntamiento pone fin a «más de diez años de lucha» para abolir el uso de animales con fines turísticos. Pacma sostiene que Málaga «puede convertirse en un referente ético en bienestar animal» y anima a otras ciudades andaluzas a seguir el mismo ejemplo. El partido ha pedido además que los caballos retirados sean trasladados a santuarios donde puedan vivir sin cargas laborales.

Durante los últimos años, Pacma había impulsado diversas acciones para mejorar las condiciones de estos animales, como la instalación de puntos de agua y sombra, la limitación de horarios o la inspección de cuadras.

La mirada puesta en Sevilla

Mientras tanto, en Sevilla, la situación es muy distinta. Según ha podido contrastar THE OBJECTIVE con fuertes internas del consistorio hispalense, el Ayuntamiento de Sevilla no contempla, al menos por ahora, eliminar este tipo de transporte turístico. En la capital andaluza existen aproximadamente un centenar de licencias de coches de caballos, y el consistorio trabaja con el Colegio de Veterinarios y las asociaciones del sector en una actualización de la normativa para adaptarla a la nueva Ley de Bienestar Animal.

El gobierno local sevillano considera que los coches de caballos forman parte del atractivo turístico y cultural de la ciudad, al igual que sucede en otros destinos europeos. Además, se resalta que la Policía Local mantiene controles regulares para garantizar el cumplimiento de las condiciones de bienestar animal.

Los colectivos animalistas, satisfechos con el paso dado en Málaga, centran ahora su mirada en otras ciudades andaluzas como Sevilla o Córdoba, donde, aseguran a este medio, «aún queda mucho por hacer». Consideran que la decisión del Ayuntamiento malagueño marca un antes y un después en la forma de entender el turismo urbano y el trato hacia los animales. Para estas organizaciones, la eliminación de los coches de caballos demuestra que el atractivo turístico no depende de mantener prácticas tradicionales que impliquen sufrimiento animal, y que el impacto económico de estos servicios resulta insignificante frente al daño que generan.

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