El padrón gana 7.509 habitantes en Castilla y León
El padrón definitivo en Castilla y León contabiliza 2.380.149 personas inscritas
La pérdida de habitantes en Castilla y León es uno de los grandes problemas que atenaza a la comunidad desde hace lustros, por lo que, pese a que el aumento es escaso y fundamentalmente posibilitado por el incremento del fenómeno de la inmigración, es una noticia positiva para el territorio castellano y leonés.
Los datos definitivos del Padrón a 1 de enero de 2022, publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y del que nos hacemos eco en THE OBJECTIVE, sitúa en 2.380.149 las personas inscritas en el padrón en Castilla y León, frente a los 2.3372.640 de la misma fecha un año antes, lo que supone un aumento del 0,31 por ciento con de 7.509 inscritos más.
Datos del padrón
La población ha crecido durante este 2023 en todas las provincias menos en León, Palencia y Zamora. En el resto de provincias se ha registrado un incremento de la población con mayor incidencia en Soria con 1.105 habitantes más, seguida de Segovia con 1.455 habitantes más y Burgos con 2.135 habitantes más.
Igualmente, también se ha incrementado la población en la provincia de Valladolid y en la provincia de Salamanca.
Despoblación en Castilla y León
La despoblación es uno de los principales problemas de Castilla y León, la comunidad más extensa de Europa, con 94.224 Km2, superando en superficie a muchos de los países miembros de la Unión Europea como Austria, Bélgica, Dinamarca, Holanda, Irlanda, Luxemburgo y Portugal.
La rápida pérdida de población, derivada de una serie de problemas endémicos en el territorio, cuyo denominador común es el envejecimiento de los habitantes en todas las provincias, la tendencia a residir en las grandes ciudades, lo que supone mantener un gran número de municipios con apenas habitantes, pero que mantienen una serie de servicios básicos, así como la falta de empleo de calidad en los núcleos de población del mundo rural, hacen que el problema se agrave cada vez más.
La necesidad de tener cerca los servicios sanitarios, educativos y de ocio, así como empresas capaces de proporcionar un futuro laboral de la población, han provocado que el problema de la despoblación se haya convertido en crónico.