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Castilla y León

El osezno de Barniedo retoma la vida salvaje tras meses de recuperación

El joven oso, rescatado en León con graves heridas, vuelve a su hábitat equipado con dispositivos de seguimiento para garantizar su adaptación y seguridad

El osezno de Barniedo retoma la vida salvaje tras meses de recuperación

Liberado el osezno de Barniedo tras su etapa de aclimatación en la finca del monte de Valsemana. | Consejería de Medio Ambiente (JCyL)

El osezno hallado herido en Barniedo de la Reina ya recorre los robledales cercanos a su lugar de origen. Tras tres meses de recuperación en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de Valladolid y un periodo de aclimatación en Valsemana, el ejemplar, de casi 30 kilos, muestra gran energía y un comportamiento esquivo hacia los humanos, clave para su supervivencia en la naturaleza.

El osezno de Barniedo volvió a la naturaleza tras completar un proceso de rehabilitación que requirió la colaboración de técnicos, veterinarios y agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León, el Principado de Asturias y la Patrulla Oso. Las heridas que sufrió en sus patas al caminar por terreno quemado quedaron totalmente curadas, y el joven oso recuperó peso y energía para afrontar su regreso al medio salvaje.

Los vecinos de Barniedo de la Reina alertaron de su presencia a principios de agosto, cuando notaron que cojeaba. La Patrulla Oso localizó al animal, de apenas 6 kilos, y lo trasladó al CRAS de Valladolid. Allí, los veterinarios iniciaron un tratamiento intensivo que incluyó desparasitación, curas para sus patas quemadas y un plan de alimentación. Al llegar a la finca de aclimatación de Valsemana, ya pesaba 15 kilos y terminó su estancia alcanzando casi 30 kilos, un peso óptimo para su liberación.

Proceso técnico y liberación

La liberación del osezno siguió un protocolo técnico preciso. Veterinarios de la Junta sedaron al ejemplar en una sala habilitada, donde extrajeron muestras de sangre y pelo para estudios genéticos y revisaron sus garras, que ya muestran signos de regeneración. Luego, colocaron dos dispositivos de seguimiento: un emisor GPS en su espalda, operativo hasta el verano, y un crotal con radiofrecuencia que puede funcionar hasta seis años.

El transporte se realizó en una trampa ‘Culvert’, monitorizada con cámaras y acompañada por veterinarios. Al llegar al robledal elegido, el osezno no dudó en correr a gran velocidad entre los árboles. Daniel Pinto, responsable de la Patrulla Oso, explicó que los dispositivos permitirán seguir sus movimientos y prevenir conflictos con las poblaciones cercanas.

Seguimiento y expectativas

El equipo de seguimiento confirmó que el osezno se desplaza con normalidad y explora un amplio territorio, posiblemente reconociendo el entorno que compartía con su madre antes del accidente. Álvaro Soto, director veterinario del CRAS, señaló que probablemente el animal no necesite hibernar este invierno gracias a la abundancia de alimento en la zona.

Colaboración y éxito

La liberación contó con la participación de veterinarios del Principado de Asturias, quienes colaboraron activamente en varias fases del proceso. Este intercambio de conocimientos resulta fundamental para mejorar las estrategias de conservación del oso pardo, una de las especies más emblemáticas y amenazadas de la fauna ibérica.

El retorno del osezno al bosque no solo representa un triunfo en términos de conservación, sino también un paso más hacia el conocimiento de los hábitos de esta especie y las claves para garantizar su supervivencia en un entorno natural cada vez más amenazado.

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