Nueva estación en Valladolid: modernización y polémica
El Gobierno invierte 253 millones, pero el alcalde y vecinos exigen soterrar las vías

Óscar Puente presenta la futura estación de Valladolid. | Transportes y Movilidad Sostenible
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha presentado la futura estación de Valladolid, cuyas obras se licitarán mañana por 253 millones de euros. La nueva infraestructura ferroviaria prevé la construcción de un edificio de viajeros, la ampliación de vías y andenes, y la creación de una plaza con itinerarios peatonales y para bicicletas. Sin embargo, la iniciativa ha generado controversia: el alcalde, Jesús Julio Carnero, y la Plataforma por el Soterramiento consideran que el proyecto no soluciona la integración urbana de las vías.

Un proyecto ambicioso con dudas sobre su impacto
El proyecto presentado por el ministro de Transportes, Óscar Puente, transformará la actual estación de Valladolid en un nodo ferroviario moderno, manteniendo su ubicación en el centro de la ciudad. La futura terminal, diseñada como un edificio puente, priorizará la funcionalidad ferroviaria, accesibilidad y sostenibilidad. Su estructura contará con 2.200 toneladas de acero, el equivalente al peso del London Eye, y estará recubierta por una piel textil, convirtiéndola en un icono arquitectónico.
La nueva estación dispondrá de 7.900 metros cuadrados de superficie útil, distribuidos en dos plantas y dos entreplantas, con una plataforma de acceso que la integrará mejor en el entorno urbano. Se espera que acoja hasta cinco millones de pasajeros al año, y las obras comenzarán en octubre de 2025. Además, la terminal operará exclusivamente para viajeros, desviando el tráfico de mercancías por la variante Este.
Según información a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, este proyecto ha sido defendido como una solución necesaria para modernizar la movilidad en Valladolid. No obstante, persisten dudas sobre su impacto real en la integración de la ciudad.
Críticas del alcalde y la Plataforma por el Soterramiento
Pese a la relevancia del proyecto, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, ha expresado su desacuerdo con la iniciativa. Según ha manifestado, «la prioridad para la ciudad sigue siendo el soterramiento de las vías del tren», una demanda histórica que considera esencial para la integración urbana. «No es un problema de vistas, sino de conectar a los 92.000 vecinos de los barrios Delicias, Pajarillos y Pilarica, que siguen aislados», ha declarado. Además, sostiene que la inversión prevista podría destinarse a avanzar en el soterramiento y lograr un cambio urbanístico más significativo para Valladolid.
En la misma línea, la Plataforma por el Soterramiento del Ferrocarril en Valladolid ha mostrado su oposición a la construcción de la estación en superficie, afirmando que «la iniciativa impide que se lleve a cabo el soterramiento». La entidad sostiene que «la inversión de 253 millones de euros podría haberse destinado a una solución integral» que incluyera la eliminación del actual «muro» que divide la ciudad. Además, ha cuestionado la subida del coste del proyecto, que en 2017 se estimaba en 70 millones.
Ante estas críticas, el ministro Óscar Puente ha insistido en que «el debate del día era la nueva estación» y ha adelantado que «próximamente se presentarán informes sobre la compatibilidad del soterramiento con la infraestructura ferroviaria proyectada». Mientras tanto, la Plataforma por el Soterramiento ha anunciado que seguirá movilizándose para reclamar una solución que considere la integración urbana y la mejora de la conectividad de la ciudad.