Mañueco acusa al nuevo PSOE de Castilla y León de «traicionar a Tudanca con el apoyo de Cerdán»
Sesión tensa en Castilla y León: el presidente de la Junta arremete contra un PSOE «corroído» por la corrupción

Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León. | JCyL
El pleno del pasado martes dejó claro que la tensión política está al rojo vivo en las Cortes de Castilla y León. El ambiente, como pudimos comprobar en THE OBJECTIVE, estuvo muy cargado, reflejo del malestar que se arrastra desde que empezaron a salir a la luz los casos de corrupción que salpican al PSOE y a varios colaboradores y familiares cercanos al presidente del Gobierno.
Durante la sesión, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, no se mordió la lengua. Acusó al PSOE de estar «corroído por la corrupción» y les reprochó que «miren hacia otro lado» mientras sus compañeros están implicados en contratos irregulares.
Alfonso Fernández Mañueco volvió a aprovechar su cara a cara con la portavoz socialista, Patricia Gómez, para lanzar un nuevo dardo a Pedro Sánchez. Le pidió que dimita y convoque elecciones generales porque, según él, «sin Sánchez, Castilla y León tendrá más oportunidades».
El presidente autonómico insistió en que las políticas del Gobierno central están perjudicando a la comunidad y que su salida sería, en sus palabras, «una liberación para todos».
Partido «corroído por la corrupción»
El jefe del Ejecutivo autonómico no dudó en lanzarse a la yugular de los socialistas cuando afirmó que el partido del puño y la rosa está «corroído por la corrupción» y, además, «humilla a las mujeres», en clara alusión a los polémicos audios entre Ábalos y Koldo sobre las prostitutas.
Pero lo que más hirió a los procuradores socialistas, tal y como pudimos comprobar en THE OBJECTIVE, fue cuando recordó que el anterior líder socialista en la comunidad, Luis Tudanca, fue «apuñalado» con el apoyo del exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
Las palabras de Mañueco encendieron a la bancada socialista, que respondió con gritos, interrupciones y varios toques de atención desde la presidencia de la cámara.
Los socialistas defendieron la gestión del Gobierno central y acusaron a Mañueco de usar el Parlamento como plató de campaña. Criticaron el tono «bronco e irresponsable» del presidente y le recordaron que su partido, el PP, también tiene causas judiciales abiertas en otras comunidades. La sesión terminó sin acuerdos y con un ambiente aún más tenso, reflejo de una política cada vez más crispada y polarizada.