Al tiempo que el Kremlin rechazaba este martes cualquier implicación en el procés independentista catalán frente a informaciones que apuntaban lo contrario, el encargado de negocios de la embajada de Rusia en Madrid, Dimitri Sokolov, insiste en calificar de «mentiras y falsedades» estas acusaciones. «No tenemos ningún contacto; no existe ni nunca ha existido ningún contacto con Puigdemont ni con su entorno», asevera Sokolov en una entrevista con EFE en la cual hace hincapié en que su país siempre ha respetado la integridad territorial de España y asegura que no tiene interés alguno en promover movimientos separatistas.
En contexto: un artículo publicado recientemente por The New York Times ha reavivado la polémica por el supuesto respaldo que el expresidente catalán huido a Bélgica Carles Puigdemont habría recibido desde Rusia en su estrategia independentista, a partir de varios contactos, especialmente los de su colaborador Josep Lluís Alay. Sostiene el diplomático ruso que todas estas informaciones constituyen «mentiras, falsedades e insinuaciones» que «no tienen ninguna base», y las equipara con las mismas fake news que precisamente esos medios insisten en atribuir a Rusia.
Recalca, en la misma línea, que «no ha habido ningún contacto confirmado» con autoridades o «personalidades oficiales» rusas y por tanto las conversaciones que hayan podido mantenerse con el entorno de Carles Puigemont y el movimiento independentista no tenían el aval de Moscú. Sí admite que el exdirigente de CDC Víctor Terradellas, al que investigaciones judiciales le atribuyen el papel de interlocutor de Puigdemont con Rusia, mantuvo «algún contacto» con un exdiputado ruso, pero remarca que el propio exparlamentario declaró que no tenía intención alguna de apoyar el separatismo.
Para avalar sus reflexiones, Dimitri Sokolov insiste en que los principales dirigentes rusos, incluido su presidente, Vladimir Putin, siempre han manifestado que Rusia «apoya la integridad territorial de España» y cree que sus «problemas internos» deben ser resueltos a partir de la Constitución y las leyes. «Rusia no tiene ninguna intención de involucrarse en los procesos internos de España», agrega el diplomático.
Es más, argumenta que si la justicia de Bélgica, donde vive Puigdemont, o de Alemania, donde fue detenido, han criticado en algún momento a la justicia española, Rusia nunca lo ha hecho. Y defiende que en el polémico encontronazo de febrero del ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, con el jefe de la diplomacia de la UE Josep Borrell, el dirigente ruso se limitó a pedir para la justicia de su país el mismo respeto que los españoles exigen para la suya cuando recibe críticas desde fuera.
En suma, Sokolov niega que Rusia vea con buenos ojos el proceso independentista catalán, al igual que rechaza la idea de que su nación pretenda debilitar España o al conjunto de la Unión Europea. «Todo esto son mentiras. ¿Para qué querrá Rusia esto?», se pregunta el número dos de la embajada, el cual recuerda que la UE es un «importante socio comercial» de su país y hace hincapié en que mantiene unas «sólidas» y «excelentes» relaciones económicas, políticas y culturales con España que deben seguir creciendo.
Un país que, además de considerarlo fiable sin ninguna duda, es uno de los preferidos y más queridos por sus compatriotas, tanto para visitarlo como para afincarse en él, y con el cual Rusia quiere seguir impulsando sus buenas relaciones. Algo que, lamenta, puede verse influido negativamente por estas «campañas» contra su país a partir de «noticias falsas», que, según denuncia, solo pretenden «destruir» este entendimiento.