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La Generalitat de Cataluña oculta en su mapa de fosas a 2.037 víctimas del bando republicano

El ‘Govern’ no señala en su página oficial a las víctimas de los cementerios clandestinos, acreditadas por el juez Josep Maria Bertran de Quintana

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, durante una sesión de control al 'Govern'. | Europa Press

La Generalitat oculta en su mapa oficial de fosas los llamados cementerios clandestinos del Frente Popular, donde fueron inhumadas de manera furtiva las víctimas de las Patrullas de Control del Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña. Una circunstancia que denuncia a THE OBJECTIVE la Asociación Raíces, que ampliará por este motivo su querella criminal contra el director de Memoria Democrática en la regiónAntoni Font, presentada en septiembre por su negativa a exhumar la fosa de Moncada y Reixac, que alberga 700 cadáveres de víctimas de la retaguardia republicana durante la Guerra Civil.

El de Moncada y Reixac es sólo uno de estos cementerios clandestinos, dentro de los cuales también se hallan los de Molins de Llobregat, Roses de Llobregat, Les Corts, Prat de Llobregat, Terrassa, Vilanova i la Geltrú, Olot, l’Escala… Y donde se exhumaron un total de 2.037 víctimas causadas por el bando republicano. Así figura en el informe del juez Josep Maria Bertran de Quintana, admitido como verídico por el Gobierno de Pedro Sánchez en respuesta a una pregunta de varios diputados de Vox.

El informe, que data del 18 de noviembre de 1937, contiene un balance demoledor, y supuso la detención de 5 militantes del PSUC, uno de ERC y otro de Estat Català, junto a otros del POUM y de la CNT, relacionados con los asesinatos de Sitges. Unas cifras vergonzantes para los antifascistas de la época, pero también para sus herederos ideológicos, hoy al cargo de la Generalitat de Cataluña, que han ocultado el informe y las víctimas que éste contiene en su portal dedicado a la Memoria Democrática.

El secretario de la Asociación Raíces, Guillermo Rocafort, ha solicitado a la Generalitat que los cementerios clandestinos, así como el mencionado informe, sean incluidos en la web del mapa de fosas y se le informe de por qué ahora mismo están excluidos «cuando estamos hablando de más de 2.000 víctimas del Frente Popular que fueron enterradas en dichas fosas clandestinas en Cataluña y posteriormente muchas de ellas exhumadas por las propias autoridades frentepopulistas».

La memoria democrática del ‘Govern’

Llueve sobre mojado. Y es que, tal y como ha informado al detalle THE OBJECTIVE, el Govern de Cataluña se ha negado sistemáticamente a exhumar la fosa de Moncada y Reixac, que alberga 700 cadáveres de víctimas de la retaguardia republicana durante la Guerra Civil. Esto ha provocado que la Asociación Reivindicativa de la Memoria Histórica Raíces haya interpuesto una querella criminal contra el responsable de la Dirección General de Memoria Democrática, Antoni Font, que podría ser ampliada.

Tal es la dejación de la Administración catalana con esta fosa, la más grande de toda la región, que en su mapa oficial las víctimas no se atribuyen a ningún bando. Esto no sucede cuando se trata de víctimas del bando nacional, o de ambos bandos. 

El mapa oficial de fosas de la Generalitat de Cataluña no precisa que las 700 víctimas que se hallan en la fosa de Moncada y Reixac fueron fusiladas por el bando republicano.

Para más inri, la fosa hallada en mayo de 2019 en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, donde se hallaron cuatro cadáveres de víctimas del Frente Popular, tampoco figura en la web. Se da así la paradoja de que la fosa más grande de Cataluña y la primera localizada en Barcelona son las más ignoradas por la Generalitat. «Prueba del sectarismo de ese mapa de fosas es que ni siquiera se tiene en cuenta en su base de datos al mártir Arzobispo de Barcelona, D. Manuel Irurita, fusilado en Moncada e identificados sus restos mediante pruebas de ADN», zanja Rocafort.

8 comentarios
  1. Naboleon

    Creo acertados los tres comentarios anteriores.

  2. Kinirto

    Es puro revisionismo. Los que hicieron la transición tenían muy claro que había que hacer borrón y cuenta nueva porque la historia no se puede cambiar ni juzgar en los tribunales. Que se conozcan los hechos, que se sepa la verdad, que los hitoriadores hagan sus trabajos y los publiquen. Pero sólo la reconciliación conduce a la convivencia. Parece que esa reconciliación que, por necesidad quizás, firmaron las generaciones que vivieron la guerra civil no sirve a generaciones posteriores que no la vivieron. Pardójico.

  3. Alias0

    Dudo que la condición personal, la sensibilidad (o la carencia de ella) y la honestidad intelectual de la mayoría de los políticos que mantenemos con nuestros impuestos permita un acuerdo general que resuelva definitivamente, de forma objetiva, ecuánime y respetuosa este asunto para restituir con digna sepultura a quienes no la tuvieron, sin que lo conviertan en un turbio y esperpéntico espectáculo.

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