Collboni coloca a su ex número dos en un cargo para el que no cumple los requisitos
Arantxa Calvera sobrevive a la reestructuración de Turisme de Barcelona pese a las quejas y su nula experiencia
Arantxa Calvera, ex jefa de Gabinete de Jaume Collboni, entonces teniente de alcalde de Ada Colau, aterrizó en Turisme de Barcelona (TdB) en agosto de 2022. Esta colocación sorprendió en su momento por la poca experiencia de la asesora en turismo y sigue creando estupor en el sector, donde antes no era conocida, puesto que la socialista ha sobrevivido en su puesto casi cienmileurista a los cambios políticos que ha vivido Barcelona en los últimos meses.
En primer lugar, Collboni ya no es teniente sino alcalde, tras haber quedado en segundo lugar en las últimas elecciones municipales y haber recibido los votos del partido de su predecesora, BComú, y del PP en la investidura con tal de evitar que la alcaldía volviese a manos de Xavier Trias (Junts). En segundo lugar, también las elecciones camerales trajeron un relevo tanto en la Cámara de Comercio de Barcelona como en TdB, consorcio público-privado que gestiona la promoción del destino y en cuya gobernanza participa el organismo junto al Consistorio y a la Fundación Barcelona Turismo.
Desde entonces, Calvera ha percibido un salario de 90.000 euros anuales gracias a ocupar un cargo que no existía previamente a su llegada, la gerencia del consorcio. Su creación conllevó transformar la gestión de TdB en un modelo tricefálico con ella como gerente, una presidencia que actualmente ocupa el también presidente de la patronal hotelera, Jordi Clos, y una dirección general ahora en manos del directivo Mateu Hernández, un perfil con más aceptación en el sector, aunque las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE apuntan que no es un secreto su estrecha vinculación tanto con Collboni como con el PSC.
De hecho, el nombramiento de Calvera es leído como una primera piedra en la creciente «politización» y «chanchulleo» de un consorcio que antes no era un mero satélite del Ayuntamiento, sino que contaba con voz propia para seguir las estrategias turísticas por las que apostaban los diferentes sectores económicos privados representados en la organización. El nombramiento de la gerente provocó tensiones en un ente que acababa de despedir a más de una cuarta parte de su plantilla y que había identificado la necesidad de reforzarse con perfiles altamente cualificados y especializados en materia turística.
«Ella obviamente no cumplía con nada, pero Collboni se la quería sacar de encima y ella dijo que, de todo, lo que más le gustaría es turismo», indican fuentes sectoriales, que subrayan que Calvera incumplía requisitos como ser mayor de 40 años, titulado en Economía o con experiencia en entidades público-privadas. La designada carecía de trayectoria en el turismo y de hecho, sus labores en la empresa privada se limitaban a unos meses en una sucursal bancaria y otros tantos en un despacho jurídico, para posteriormente desempeñar su trayectoria en la política de la mano del PSC, si bien es cierto que pasó una temporada en el extranjero, con un puesto en el Parlamento Europeo en Bruselas.
De activista a gerente
A Calvera se le reprocha también su actitud «soberbia», que le conllevó «dos quejas llevadas al comité de empresa por el mal trato dispensado a los trabajadores», que la anterior presidencia trató de atender a través de la mediación y no llegaron a la vía judicial. El mismo interlocutor hace hincapié en que «hay gente de baja» y que «de hecho Collboni se la cargó porque tenía muchas quejas de sectores y de gente interna de lo mal que trataba a la gente».
El consorcio reestructuró el pasado otoño su cúpula directiva, con vocales nuevos además del relevo en la presidencia y dirección general, que llevaba un año vacante. Además, acaba de nombrar a una nueva directora de Marketing tras la dimisión de la anterior. Sin embargo, la gerencia se ha mantenido intacta pese a las críticas de una parte del sector, que no olvida el activismo antiturístico que protagonizó Calvera cuando militaba en las juventudes socialistas, cuando criticaba los congresos internacionales como el Mobile por convertir Barcelona en «el burdel de Europa».
Otro reproche contra la gerente es que su nombramiento fue a dedo, sin realizar entrevistas a ningún otro candidato, algo que fuentes de TdB niegan, enfatizando que se entrevistaron a «unas cuantas» personas. «Cuando fichamos a Arantxa, pasó por un proceso de selección transparente y abierto y quedó seleccionada porque es una persona muy preparada y ganó un concurso de entre una serie de gente», señalan.
Dentro de la organización la definen como «una buena jurista que ha estado en Bruselas y habla muchos idiomas» –catalán, castellano, inglés, italiano y francés– y justifican su falta de experiencia en el sector porque se buscaba un perfil de gerencia. «Tiene una carrera y una proyección internacional, es una persona muy capacitada que trabaja mucho y desencalla temas», insisten, remitiéndose al compliance y al servicio de Recursos Humanos. Recuerdan que el suyo es «un papel de gerencia», mientras que el director general, Hernández, a quién definen como una figura «de consenso», «tiene un papel más de puertas hacia fuera». Ambos se centran ahora en la nueva hoja de ruta hacia «el turismo de calidad», promocionando Barcelona desde «el producto, la gastronomía y eventos como la Copa América para que venga un turista de valor».