Ernest Maragall abandona ERC después de la polémica por los carteles sobre el alzhéimer
La formación independentista tuvo que admitir que las pancartas difamatorias partieron de militantes de la formación.
El exlíder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona Ernest Maragall ha anunciado este lunes que abandona Esquerra tras la polémica por los carteles difamatorios contra él y el expresidente de la Generalitat Pasqual Maragall y la enfermedad de Alzheimer.
«Desde hoy dejo de pertenecer a la organización, pero sigo identificado con la perspectiva de una ERC en un proceso explícito de renovación», ha subrayado en rueda de prensa en la sede de los republicanos. Así lo ha hecho en una rueda de prensa que ha ofrecido desde la sede del partido, en la que ha reiterado la «vergüenza» y el «horror» que le ha generado esta operación, de la que ha responsabilizado nuevamente al entonces director de comunicación, Tolo Moya.
El excandidato a la alcaldía de Barcelona ha asegurado que si ha tardado tanto en comunicar esta decisión es porque ha estado enfermo de covid-19 y que, en cualquier caso, le parece que «la dirección política del partido se ha comportado de manera inicialmente correcta». No ha entrado a valorar si le parecen suficientes los cuatro expedientes abiertos por la organización a raíz de este caso: «Para mí esto está cerrado», ha dicho.
Maragall ha querido esperar a que se tomaran las decisiones, individuales y orgánicas, que tocaban tras lo ocurrido, pero constata que «siguen abiertos aspectos pendientes» para aclarar. «Pero llego a la conclusión de que no puedo permanecer callado ante todo esto, y aún menos podría aceptar que alguien confundiera silencio con conformidad o con complicidad», ha señalado.
En su opinión, no puede seguir con una apariencia de normalidad o que se especule sobre su actitud o valoración sobre lo ocurrido: «Como no puedo dejar esto en el aire, hasta aquí hemos llegado».
Decepcionado y crítico
Tras aclarar que ha sido la suma de un cúmulo de circunstancias y elementos los que le han llevado a abandonar la militancia de ERC, se ha mostrado decepcionado y crítico con las actuaciones protagonizadas por una parte determinada del partido, pese a añadir que la dirección política «se ha comportado de una manera inicialmente correcta».
Además de reivindicar que si se ha llegado hasta este punto fue por la denuncia que presentó al día siguiente de conocerse los hechos, ha lamentado que cuando ocurrió nadie quiso «dar la cara ni asumir las responsabilidades» que tocaban.
A su juicio, el episodio de los carteles evidencia «la ignorancia, inconsciencia y frivolidad política» de lo que idearon, ejecutaron y autorizaron la iniciativa, y ha acusado a la dirección de Comunicación de entonces de ser responsable de ello por acción, omisión o por descontrol, ha dicho textualmente.
«También sabemos que la dirección política no lo supo hasta unos meses después. Lo que no la exime ni elimina su responsabilidad directa e indirecta», ha manifestado Maragall, que ha lamentado que lo ocurrido haya sido utilizado, en su opinión, con objetivos políticos.
En concreto, reprocha que se haya querido usar aprovechando el debate interno que vive la formación y como herramienta «de descrédito del conjunto de la organización».
«Fuera el alzhéimer»
La aparición de un cartel denigratorio contra Ernest Maragall en el marco de la campaña de las municipales del 28 de mayo del año pasado causó revuelo en la formación independentista. El cartel en cuestión incluía el lema «Fuera el alzhéimer de Barcelona», acompañado de la imagen del alcaldable junto a su hermano Pasqual Maragall, expresidente de la Generalitat y que padece desde hace años esta enfermedad degenerativa.
Ernest Margall presentó una denuncia en su momento para esclarecer los hechos, pero la retiró meses más tarde cuando desde el partido le comunicaron que la iniciativa procedía del seno de Esquerra, algo que se desconocía públicamente hasta principios del mes de julio, a propósito de una investigación al respecto publicada por el diario Ara.
La formación republicana admitió el lunes los hechos, provocando un lío interno en un momento especialmente delicado para ellos, tras su batacazo en las elecciones catalanas y mientras se debaten si pactar con el PSC una investidura de Salvador Illa o resucitar el frente independentista con Junts y abocar a la comunidad a una repetición electoral.