Los afines a Sánchez se rinden en Valencia y aceptan a Bielsa para no fracturar al PSOE
La ministra y dirigente de los socialistas valencianos, Diana Morant, sale derrotada en su intento de controlar el partido

Bielsa, Morant y Raga tras alcanzar el acuerdo que valida los resultados provisionales de las primarias. | PSPV (Europa Press)
La crisis interna en el PSOE valenciano (PSPV) llegó anoche a su desenlace con el reconocimiento de Carlos Fernández Bielsa como secretario general provincial de Valencia. Tras días de tensión, acusaciones de pucherazo e intentos de impugnación, la secretaria general del PSPV, Diana Morant, se vio forzada a pactar in extremis con Bielsa y Robert Raga para salvar los restos de la unidad interna del partido. La maniobra, lejos de interpretarse como un cierre en falso, evidencia el fracaso de Ferraz en su intento de reescribir el resultado de unas primarias que amenazaban con hacer implosionar al socialismo valenciano.
El acuerdo final llegó tras horas de negociación en la sede de los socialistas valencianos, donde Morant, Bielsa y Raga sellaron un pacto que reconoce la victoria del alcalde de Mislata. Sin embargo, para maquillar la rendición de la dirección nacional en manos de Pedro Sánchez, se ha pactado una ejecutiva de integración en la que se repartirán puestos con el sector de Raga. Con esto, Ferraz trata de evitar una ruptura total, pero el golpe a su autoridad ya es incuestionable.
Ferraz pierde el pulso
Lo que comenzó como una jugada del sanchismo para imponer a Raga ha terminado en un sonoro fracaso de la cúpula socialista. A pesar de que la Comisión de Garantías avaló la repetición de las votaciones en varias agrupaciones, el intento de cambiar el rumbo de las primarias se topó con la firmeza del equipo de Bielsa, que se negó a aceptar el cuestionamiento de su victoria.
El PSPV, que se encontraba al borde de la fractura por las acusaciones de pucherazo y el enfrentamiento entre candidaturas, vivió jornadas de máxima tensión. La amenaza de impugnar los comicios y de acudir a los tribunales planeaba sobre el partido, lo que habría sumido a los socialistas valencianos en un conflicto de consecuencias impredecibles.
La resistencia de Bielsa y su equipo logró revertir la estrategia de Sánchez y sus seguidores. La dirección nacional, al ver que las impugnaciones no harían más que agudizar la crisis y que el apoyo a Bielsa dentro del partido era mayor del esperado, optó por ceder. Con ello, se evita un escándalo mayor, pero a costa de un enorme desgaste para Morant y su equipo.
Morant, derrotada en su intento de controlar el PSPV
La también ministra Diana Morant ha salido debilitada de este proceso. Lo que debía ser una transición controlada por la dirección nacional ha terminado por convertirse en una crisis que ha socavado su autoridad y ha evidenciado las divisiones dentro del PSPV. La victoria de Bielsa supone un revés para Morant, que había apostado por Raga como candidato afín a la dirección del partido. Sin embargo, la realidad de los votos ha demostrado que la militancia no ha seguido sus instrucciones.
Para tratar de salvar su imagen, Morant trató de vender el acuerdo como un ejercicio de unidad y cohesión, insistiendo en que lo importante es que el PSPV salga fortalecido de este proceso. Sin embargo, dentro del partido se percibe como una derrota clara de la dirección, que ha tenido que plegarse ante la evidencia de que la mayoría de la militancia respaldó a Bielsa.
El acuerdo firmado entre Bielsa, Raga y Morant incluye la creación de una ejecutiva de integración en la que el sector de Raga tendrá representación. Sin embargo, esto no oculta el hecho de que el gran vencedor de estas primarias ha sido Bielsa.
El pacto, lejos de cerrar las heridas, deja en evidencia que la desconfianza sigue latente en el PSPV. El enfrentamiento entre Bielsa y Raga ha sido demasiado duro como para disiparse con un simple reparto de cargos. Además, muchos militantes consideran que la dirección del partido ha actuado de manera interesada, intentando alterar el resultado legítimo de las primarias.
Un PSOE más dividido que nunca
A pesar de la foto de unidad que Morant, Bielsa y Raga han intentado proyectar tras el acuerdo, la realidad es que el PSOE valenciano sale de este proceso más fragmentado que nunca. La batalla interna ha sacado a la luz profundas divisiones y ha evidenciado que la dirección nacional ya no controla el partido con la misma firmeza que en el pasado.
La desconfianza generada por las acusaciones de pucherazo y la intervención de Ferraz han dejado una huella difícil de borrar. La militancia ha sido testigo de un proceso viciado, en el que la dirección ha intentado torcer la voluntad de los afiliados y solo ha reculado cuando la resistencia interna ha hecho imposible consumar la maniobra.
La revalidación de Bielsa supone una victoria para su sector, pero no para el PSPV en su conjunto. El partido sale debilitado, con su dirección nacional cuestionada y con heridas que tardarán en cicatrizar.
Ferraz ha sufrido una de sus derrotas más humillantes en el control del socialismo valenciano. El intento de intervención ha fracasado y ha dejado al descubierto un partido dividido y con una dirección debilitada. Morant, que buscaba reforzar su autoridad, ha terminado claudicando ante la realidad de los votos.