Pedro Sánchez lleva seis meses sin pisar la zona cero de la dana
El Presidente no ha pisado los municipios afectados por la tragedia desde que abandonó Paiporta el 3 de noviembre

El equipo de seguridad de Pedro Sánchez, iniciando su evacuación de Paiporta el 3 de noviembre de 2024. | Carlos Luján (Europa Press)
El próximo 29 de abril se cumplirán seis meses desde que una violenta dana arrasara buena parte de la provincia de Valencia, dejando un reguero de 228 muertos y miles de afectados en municipios como Paiporta, Torrent, Catarroja o Alfafar. Medio año después, una pregunta resuena con fuerza en la calle: ¿dónde está Pedro Sánchez?
Desde que tuvo que abandonar a correprisa la localidad de Paiporta el pasado 3 de noviembre, en un clima de tensión social que obligó a un repliegue exprés de seguridad, el presidente del Gobierno no ha vuelto a visitar las zonas más castigadas por la tragedia, en prácticamente seis meses. La que debía ser una visita institucional de consuelo y compromiso se convirtió en un símbolo de ausencia prolongada. Desde entonces, Sánchez sólo ha vuelto, pero a la capital, en dos ocasiones: el 23 de enero, para presidir una reunión interministerial en Valencia sobre la reconstrucción, y el 3 de febrero, para inaugurar el congreso del PSOE valenciano (PSPV).
Una agenda sin alma
Lo llamativo no es únicamente la escasa presencia, sino el contenido de esas visitas. En la del 23 de enero, el presidente se reunió con una treintena de alcaldes de las poblaciones más castigadas, pero no invitó al presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, algo que fue percibido como un desaire institucional de alto voltaje y que el propio Mazón se encargó de denunciar. Y en la segunda ocasión, el acto estuvo vinculado a su partido –del Falcon al Palacio de Congresos– sin contacto con las zonas afectadas por el desastre ni encuentros con vecinos ni familiares de las víctimas.
Desde la Moncloa no se ha ofrecido especial atención sobre por qué el presidente no ha vuelto a dar la cara en la zona cero de la tragedia y se trata de alimentar el relato de los problemas del presidente autonómico valenciano con el contacto ciudadanos. Pero la ausencia de empatía y sensibilidad de Sánchez, ha vuelto a ponerse en evidencia estos días con la falta de respuesta a la carta enviada por Mazón hace más de una semana, donde solicitaba una reunión en el Palau para hablar de la recuperación y la reconstrucción. El silencio ha sido la única contestación. Un silencio que suena ensordecedor para una ciudadanía que espera altura de miras de sus dirigentes políticos tras las consecuencias dramáticas de las inundaciones.
El contraste con otras figuras institucionales resulta clamoroso. Tanto el Rey Felipe VI como la Reina Letizia han visitado en varias ocasiones los municipios más afectados, reuniéndose con damnificados, equipos de emergencia y autoridades locales. Su cercanía ha sido constante desde los primeros días, y su compromiso ha sido ampliamente valorado por la ciudadanía. En esas visitas, los Reyes no sólo escucharon, también ofrecieron apoyo institucional y lo han cumplido. De hecho, los monarcas también se expusieron al enfado popular del 3 de noviembre en Paiporta, pero no por ello renunciaron a reunirse con los vecinos en posteriores ocasiones, como hicieron a las dos semanas del tenso encuentro, regresando hasta Chiva.
Del mismo modo, los reyes y sus hijas realizaron el 22 de diciembre una visita familiar privada a Catarroja, Picanya y Alaquàs en fechas navideñas. Durante las pasadas Fallas, Felipe VI visitó por sorpresa dos monumentos falleros de Torrent y después presenció una corrida de toros en Valencia entre gritos de «¡Viva el Rey!» y sonoros aplausos. Su presencia ha servido como recordatorio de que la tragedia no ha sido olvidada por todos. Pero la ausencia prolongada de Sánchez ya presagia un coste político evidente para el Ejecutivo.
Silencio de Moncloa
Uno de los síntomas más claros del desgaste de Sánchez en la Comunidad Valenciana se vio durante la misa funeral por las víctimas de la dana en la catedral de Valencia el pasado 9 de diciembre. A pesar de la presencia de los reyes y de otros miembros del Ejecutivo central, el presidente del Gobierno decidió no acudir, como tampoco lo hizo meses después en otras fechas señaladas donde tuvo oportunidad de ofrecer su solidaridad con la provincia de Valencia. La decisión de Sánchez de no dar la cara en la zona cero de la dana durante medio año es interpretada como una señal de desconexión con la ciudadanía y eso que varios de los alcaldes de dichas poblaciones militan precisamente en las filas socialistas.
El sentimiento en muchas localidades del área metropolitana de Valencia es de total abandono por parte del Gobierno central. Mientras que la instrucción judicial por la tragedia no ha hecho más que empezar, Sánchez ha preferido delegar por completo la presencia gubernamental a través de su representante en la región, Pilar Bernabé.
La carta enviada por Mazón la semana pasada, en la que proponía crear una comisión mixta entre Gobierno y Generalitat para coordinar la respuesta a los daños, no ha recibido contestación. El presidente valenciano pidió una reunión en Valencia para acordar planes de futuro, especialmente en lo relativo a las infraestructuras hidráulicas y las compensaciones a los municipios más perjudicados. La falta de respuesta alimenta el discurso de la desatención. Desde el Gobierno central se argumenta que la gestión ha estado en manos de los ministerios competentes y que las ayudas están en marcha, pero los datos y la percepción social no encajan en esa narrativa.
La fecha del 29 de abril marcará medio año desde la tragedia. El balance institucional será inevitable. A seis meses del desastre, la figura de Pedro Sánchez aparece como una de las más erosionadas. Porque el presidente del Gobierno, desde aquel 3 de noviembre, eligió no volver.