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Comunidad Valenciana

Los municipios de la dana aceleran la limpieza de barrancos ante la desidia del Gobierno

La temporada de lluvias de otoño reaviva el miedo a otra alerta roja y empuja a la ‘zona cero’ a actuar por su cuenta

Los municipios de la dana aceleran la limpieza de barrancos ante la desidia del Gobierno

La limpieza de barrancos en la zona de la dana se ha convertido en una emergencia | Jorge Gil (Europa Press)

El episodio de lluvias y tormentas que afecta a la Comunidad Valenciana esta semana ha devuelto la tensión a los municipios más golpeados por la dana del pasado año. El temor a que la situación pueda escalar a una nueva alerta roja ha activado a los ayuntamientos de la ‘zona cero’ que trabajan a contrarreloj en barrancos, ramblas y redes de alcantarillado. Con el recuerdo del 29 de octubre de 2024 aún presente, los gobiernos municipales han optado por acelerar limpiezas y retiradas de material en los tramos urbanos «sin esperar a nadie», mientras señalan la inacción o la lentitud del Gobierno y de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) en actuaciones que consideran críticas ante un otoño que puede ser complicado.

En Valencia, el consistorio retiró hasta la semana pasada más de 111 toneladas de vegetación y residuos acumulados en los pilares de seis puentes del nuevo cauce del Turia —entre la CV-400 y la V-31—. El gobierno municipal lo justifica como medida preventiva para garantizar la capacidad de desagüe en episodios de lluvias intensas y ha solicitado ampliar trabajos en otro punto de la ciudad, en su vertiente más septentrional, el barranco del Carraixet. La alcaldesa, María José Catalá, ha defendido que el consistorio actuó pese a no ser su competencia directa, ante la «inacción» de la CHJ. La intervención la lleva a cabo la empresa SAV en un tramo de 2,3 kilómetros.

En la comarca de la Horta Sud, Torrent reclama una intervención urgente en el barranco de la Horteta por la acumulación de sedimentos, maleza y obstáculos que comprometen el curso del agua. Su ayuntamiento recuerda, además, que varias obras de emergencia anunciadas tras la dana siguen sin completarse. En paralelo, brigadas municipales intensifican la limpieza de alcantarillado y rejillas de drenaje con rutas de mantenimiento previas a los chubascos.

Beniparrell ha decidido también tirar de fondos propios para acelerar la limpieza del barranco de Picassent en su tramo urbano: desbroce de taludes, retirada de lodos y residuos y perfiles hidráulicos más despejados. El objetivo, en palabras del gobierno local, es «un barranco más limpio, seguro y cuidado» antes de que las tormentas puedan sobrecargar el cauce.

La presión vecinal también crece en la cuenca del Carraixet. En la localidad de Almàssera, el consistorio ha registrado 750 firmas para exigir la limpieza y adecuación del cauce. «Es una cuestión de seguridad», insisten, ante el riesgo de que la vegetación y los arrastres generen tapones. El alcalde, Emilio J. Belencoso, ha solicitado este martes la eliminación de las cañas y especies invasoras que suponen un grave perjuicio medioambiental, de seguridad y de riesgo en caso de fuertes lluvias.

Provincia de Alicante

El sur de la Comunidad Valenciana también pisa el acelerador. En Alicante se han iniciado labores de desbroce y limpieza en el barranco de Agua Amarga y se programan actuaciones en el barranco de las Ovejas, con especial atención a los límites competenciales entre el término municipal y Costas en los tramos de dominio público marítimo-terrestre. En la Marina Alta, Calpe mantiene operativas las brigadas en los barrancos del Quisi y Pou Roig para reducir el riesgo de desbordamientos.

Por su parte, Benidorm ha activado una campaña de limpieza intensiva con revisión de 102 kilómetros de conducciones y 6.000 imbornales. Además del saneamiento de tramos urbanos en barrancos como Barceló, Derramador, l’Aigüera, Foietes, Xixo, Rajarell, Moralet y Murtal, el ayuntamiento ha reclamado a la CHJ que acelere las intervenciones en tramos de su titularidad «para evitar mayores riesgos» si la semana cierra con un episodio más severo.

Ante las críticas, la CHJ se escuda en criterios técnicos: restauración de cauces dañados en el tramo bajo del Júcar, desde Albalat de la Ribera hasta Cullera, obras de emergencia en el Tancat de la Pipa (área de reserva en el Parque Natural de la Albufera) y en los barrancos del Poyo y la Horteta, y la retirada de 5.500 m³ de material en el Túria entre Xirivella y Valencia. La Confederación y el Ministerio para la Transición Ecológica insisten en que, en zonas urbanas, el mantenimiento es generalmente competencia municipal y recuerdan que la vegetación ribereña cumple funciones ecológicas que «no deben eliminarse sin un plan selectivo».

Sin embargo, la Generalitat Valenciana advierte que «siguen apareciendo vehículos y chatarra» en algunos tramos. El consejero de Medio Ambiente, Vicente Martínez Mus, plantea redelimitar administrativamente los cauces para acelerar un plan de grandes parques inundables que amortigüen futuras riadas mientras llegan las obras hidráulicas que reclama Carlos Mazón. Por parte del Gobierno central, la única actuación comprometida hoy es el encauzamiento del barranco de la Saleta, con licitación prevista en 2026, un calendario que el Ejecutivo autonómico juzga insuficiente.

La Generalitat ha apremiado al Gobierno central a reforzar la limpieza en ríos y barrancos, mientras varios ayuntamientos confiesan que han optado por «hacer primero y discutir después»: asumen costes con recursos propios y tramitan después autorizaciones para ampliar o regularizar intervenciones. El trasfondo es de sobra conocido por la opinión pública, con competencias solapadas, tiempos administrativos que se alargan y ventanas meteorológicas cada vez más cortas.

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