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Comunidad Valenciana

Los cinco nombres en la sombra que suenan para sustituir a Mazón si Pérez Llorca no cuaja

Vox tiene la llave, Génova pide estabilidad y el PP valenciano baraja varios nombres entre los posibles sucesores

Los cinco nombres en la sombra que suenan para sustituir a Mazón si Pérez Llorca no cuaja

De izquierda a derecha, Alfredo Castelló, Magdalena González, Eduardo Dolón, Paqui Bartual y Vicente Betoret. | THE OBJECTIVE

Desde la firma de su renuncia este lunes, Carlos Mazón ha activado el reloj institucional que marca el relevo en la Generalitat valenciana. De acuerdo con la normativa autonómica, se abre ahora un plazo de 12 días para que los grupos parlamentarios presenten sus candidaturas a la presidencia del Gobierno autonómico. Tras ello, en un periodo de entre tres y siete días, la Mesa de las Cortes Valencianas convocará el pleno de investidura. A partir de la primera votación se inicia un plazo máximo de dos meses para elegir nuevo presidente; si nadie logra los apoyos necesarios, las Cortes se disolverán automáticamente y se convocarán elecciones anticipadas.

Con este calendario en marcha, el futuro del Ejecutivo valenciano está en manos de Vox, cuyo voto será decisivo para determinar si el PP logra mantener la legislatura o si el bloqueo conduce a las urnas. Consciente de ello, Mazón trasladó en su negociación con Génova poder tutelar su relevo y facilitar una sucesión controlada. Su apuesta personal es Juanfran Pérez Llorca, actual secretario general del Partido Popular valenciano, alcalde de Finestrat y miembro del comité ejecutivo nacional del PP.

Pérez Llorca ha sido estrecho colaborador de Mazón durante los últimos años y cuenta con buena reputación en Madrid, donde se le considera una figura fiable para garantizar la continuidad del proyecto político que el todavía presidente en funciones inició en 2023. «Es la opción más razonable para mantener la estructura de la administración autonómica actual», advierten fuentes populares. Sin embargo, su nombre no genera total unanimidad. Algunos dirigentes recuerdan que participó en la reunión del pasado viernes con los presidentes provinciales —el llamado G-4— que trató de cerrar el paso a María José Catalá y precipitó todos los acontecimientos, lo que ha despertado algunas suspicacias.

Además, hay quienes defienden que el nuevo presidente debería ser de la provincia de Valencia, tanto por su afectación directa de la dana de 2024 como por un argumento simbólico, dado que hace 15 años que la Comunidad Valenciana no tiene un presidente originario de su provincia más poblada.

En la dirección nacional del PP no quieren un relevo traumático. En Génova no se menciona otro nombre que el del propio Mazón, y el mensaje que trasladan es inequívoco: la prioridad es la estabilidad institucional y la continuidad de los gobiernos autonómicos, no los nombres. Sin embargo, en los pasillos de las Cortes Valencianas y en el entorno del PPCV ya circulan alternativas por si la candidatura de Pérez Llorca no obtiene el respaldo de Vox o se enreda en los equilibrios internos. Cinco nombres, con distintos grados de experiencia y apoyos, se mueven discretamente en la sombra.

Paqui Bartual, la alcaldesa de la dana

A sus 47 años, Paqui Bartual representa el perfil más joven y municipalista. Alcaldesa de Xirivella, uno de los municipios golpeados por la dana, preside además la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP). Gobierna con Vox y mantiene buena sintonía con sus ediles, lo que la convierte en una figura aceptable para los de Abascal. En su entorno subrayan que «es una mujer preparada, es de Valencia y gobierna con Vox», tres condiciones que podrían facilitar su consenso. Además, su procedencia territorial y su contacto con la gestión local refuerzan el peso simbólico de la provincia de Valencia, algo que muchos en el partido consideran necesario recuperar.

Alfredo Castelló, el sello de Catalá

El exalcalde de Sagunto y miembro de la Mesa de las Cortes Valencianas, Alfredo Castelló, es otro de los nombres que suenan con fuerza. Con experiencia en la administración autonómica y buena relación con María José Catalá, su perfil encajaría en una presidencia de transición hasta el final de la legislatura. Diversas fuentes interpretan su nombre como «una apuesta de Catalá» y lo describen como «un hombre de partido, sin aparentes aspiraciones personales y con disciplina orgánica». En Génova se le podría ver como una figura «de paso», adecuada para garantizar una legislatura tranquila, aunque desde Vox se la vincula excesivamente con la figura de la alcaldesa de Valencia.

Vicente Betoret, el veterano

Vicente Betoret, exalcalde de Villamarchante, expresidente provincial y durante años secretario ejecutivo electoral del PP nacional, es un dirigente con gran experiencia y muy conocido en Génova. Su conexión con el empresariado valenciano y su actual papel como vicepresidente de la comisión de la dana junto a Miriam Turiel (Vox) refuerzan su perfil institucional. En el entorno del partido lo definen como «una opción pragmática y fiable», capaz de mantener la legislatura sin sobresaltos y de negociar sin desgaste con Vox.

Magdalena González, la negociadora silenciosa

Actual vicepresidenta de las Cortes Valencianas, Magdalena González se ha ganado la reputación de negociadora paciente y eficaz. Acostumbrada a mediar con Vox, ha sido pieza clave en varios acuerdos parlamentarios. Casada con David Serra, antiguo número dos del PP en la etapa de Francisco Camps, su perfil discreto y técnico genera respeto dentro y fuera del partido. «No tiene enemigos y sabe negociar, justo lo que ahora necesita el PP valenciano», explica un miembro del grupo parlamentario.

Eduardo Dolón, otra opción alicantina

Por último, se menciona a Eduardo Dolón, alcalde de Torrevieja, con una amplia trayectoria institucional y una relación de confianza con Mazón. Pese a ello, su condición de alicantino y su distancia de las zonas afectadas por la dana lo sitúan fuera del centro de gravedad política. «Tiene experiencia y lealtad, pero no encarna el equilibrio territorial deseable en estos momentos», señalan fuentes del entorno popular.

El precedente de Olivas

El presidente en funciones de la Generalitat valenciana desea a un relevo sin fracturas y con perfil de gestor, capaz de mantener interlocución con Vox y culminar la reconstrucción pendiente. En Génova insisten en que lo esencial es preservar la estabilidad y evitar elecciones anticipadas, aunque eso implique una presidencia de transición.

Muchos en el partido evocan el precedente de José Luis Olivas, que en 2002 sustituyó al entonces jefe del Gobierno valenciano, Eduardo Zaplana, durante menos de un año antes de ceder el testigo a Francisco Camps. Aquel relevo temporal permitió conservar el poder sin crisis institucional. Veintidós años después, Génova busca el mismo resultado: una sucesión ordenada, una legislatura sin sobresaltos y un PP cohesionado de cara a 2027.

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