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Comunidad Valenciana

Mazón culpa al Gobierno de que el barranco del Poyo sólo tenga un sensor un año después

En la comisión de las Cortes valencianas sobre la dana: «Aquí nadie asume responsabilidades por parte del gobierno de España»

Mazón culpa al Gobierno de que el barranco del Poyo sólo tenga un sensor un año después

El presidente de la Generalitat Valenciana en funciones, Carlos Mazón, durante su comparecencia ante la Comisión de la dana | Jorge Gil / Europa Press

El presidente de la Generalitat Valenciana en funciones, Carlos Mazón, ha reaparecido este martes en el Parlamento autonómico en su primera comparecencia pública desde que el pasado 3 de noviembre anunciara su dimisión al frente del Ejecutivo. Lo ha hecho ante la comisión de investigación de la dana, en un ambiente de alta tensión política y en el mismo día en que el PP ha confirmado oficialmente a Juanfran Pérez Llorca como su candidato para sucederle en la Presidencia de la Generalitat.

Nada más entrar en la sala del Parlamento, Mazón se ha detenido para estrechar la mano del portavoz de Vox, José María Llanos, un gesto cargado de simbolismo que ha sido interpretado como una muestra del entendimiento que ambas formaciones han mantenido durante toda la legislatura. Ese mismo entendimiento deberá ahora reeditarse en forma de apoyo a la investidura de Pérez Llorca, cuyo previsible nombramiento abrirá un nuevo ciclo político en la Comunidad Valenciana.

Vestido de oscuro, visiblemente sereno y con tono contenido, Mazón ha iniciado su intervención recordando que sus responsabilidades políticas ya han sido asumidas y que su presencia en la comisión responde «a un ejercicio de respeto institucional». «He encontrado falta de voluntad —ha dicho— en otras administraciones con las que debíamos haber sido capaces de entendernos, si los valencianos hubieran sido lo primero».

El expresidente ha afirmado que, pese a haber acreditado la falta de información de las agencias estatales, su figura «sigue siendo utilizada como excusa política» para justificar «la inacción del Gobierno de España» y «el incumplimiento de sus competencias en materia hidráulica». «Mi persona ha sido utilizada por el Gobierno y la izquierda como gran excusa para rehuir el deber de la reconstrucción que los valencianos no podíamos afrontar solos», ha afirmado.

Críticas al Gobierno central

Mazón ha dedicado buena parte de su intervención a cuestionar la actuación del Ejecutivo de Pedro Sánchez durante la emergencia y en los meses posteriores. «Sé que mis errores han servido de pretexto para quienes llevan un año sin arrimar el hombro», ha señalado. «He encontrado falta de voluntad y una ausencia total de colaboración del Gobierno de España en la reconstrucción».

A su juicio, las causas de la tragedia no se limitan a errores de gestión sino a carencias estructurales que siguen sin resolverse. «Nadie en su sano juicio puede pensar que una emergencia de tal magnitud podía gestionarse desde mi despacho o desde un restaurante —ha sostenido—. Los mandos operativos de Emergencias, con más de treinta años de experiencia, actuaron con toda la información de la que disponían».

El expresidente ha denunciado además que «para algunos esta tragedia ha sido desde el principio una enorme oportunidad política». «Desde el día 29 de octubre —ha recordado— hubo quien solo ha tenido un objetivo: acabar con el Gobierno legítimamente salido de las urnas».

“Un año después, el barranco del Poyo solo tiene un sensor”

En su análisis técnico, Mazón ha puesto el acento en la falta de modernización del sistema de control de cauces en la Comunidad Valenciana. Ha recordado que la ley de aguas atribuye esa competencia a la Confederación Hidrográfica del Júcar y que, según datos del propio organismo, 36.000 kilómetros de cauces siguen sin estar monitorizados.

«Un año después no podemos aceptar que en el barranco del Poyo haya un solo sensor —ha reprochado—, ni que otros cauces peligrosísimos como el de la Horteta o el de Gállego sigan sin monitorizarse». Ha añadido que el coste de corregir esa carencia sería «mucho menor que el precio que se ha pagado en vidas humanas y en pérdidas materiales».

Mazón ha lamentado también que dos de los radares que permiten seguir las tormentas fallaran el 29 de octubre de 2024, y ha pedido al Gobierno que aclare si esos problemas «han sido ya subsanados». «Los valencianos tenemos derecho a saber con la mayor exactitud cuándo va a llover, dónde y durante cuánto tiempo», ha señalado.

El expresidente ha aprovechado para reclamar unidad política para exigir en Madrid la monitorización total de los cauces: «Nos jugamos demasiado como para conformarnos con la resignación que nos proponen algunos dirigentes del Ministerio».

“El Gobierno no ha ejecutado ni una sola obra hidráulica”

Mazón ha recordado que los expertos que han pasado por la comisión «han coincidido en que las obras hidrográficas salvan vidas» y ha denunciado que el Gobierno de España no ha ejecutado ninguna de las actuaciones necesarias para reducir el riesgo de nuevas inundaciones. «¿Dónde están las obras que habrían servido para paliar los daños de la dana?», ha preguntado.

Ha asegurado que el Consell intentó eliminar «obstáculos absurdos» como los derivados de la Ley socialista de la Huerta, que dificultaban esas intervenciones, pero que el Ministerio ha preferido mirar hacia otro lado. «Los valencianos deben poder dormir tranquilos sin temer cada vez que se nubla el cielo», ha dicho.

Mazón ha lamentado que ni el presidente del Gobierno ni ninguno de sus ministros hayan querido comparecer ante la comisión parlamentaria. «Reconozco que me hubiera gustado hacerles estas preguntas a los responsables del Gobierno, pero no han tenido a bien pisar Valencia», ha afirmado. «Todos los miembros del Ejecutivo y sus agencias han declinado venir bajo el argumento de la falta de competencias de esta Cámara. ¿Qué se espera entonces de nosotros cuando seamos citados ante el Congreso?».

Reproches por la falta de efectivos

Mazón ha asegurado que «los saqueos y el pillaje durante las noches posteriores a la catástrofe se habrían evitado si se hubiera permitido la movilización inmediata de la Policía Nacional y la Guardia Civil». También ha cuestionado «por qué se tardó 96 horas en contar con la ayuda del Ejército» y ha insistido en que muchos afectados se sintieron solos y desamparados los días siguientes al 29 de octubre.

Ha recordado que fue él quien propuso crear la comisión de investigación y que compareció en Les Corts «a petición propia y antes que nadie» porque consideraba que era su deber político. «Lo hice cuando aún estaba vigente el nivel 2 de emergencia y sin conocer todos los datos que hoy confirman la falta de coordinación de las agencias estatales», ha explicado.

El presidente saliente ha subrayado que el Consell reformó su estructura tras la tragedia, creando una Consejería de Emergencias y una Vicepresidencia para la Reconstrucción y la Recuperación dirigida por un perfil técnico. Ha destacado que el Gobierno autonómico ha aprobado más de 50 líneas de ayuda y movilizado 2.500 millones de euros para atender a víctimas y afectados. «Me voy con la sensación de que aún debemos lograr más, porque la gente lo necesita», ha admitido.

El dirigente autonómico ha aprovechado también para rebatir las críticas sobre la comida en el Ventorro, reiterando que se trató de una reunión de trabajo y que «nadie le pidió autorización ni necesitaba su visto bueno» para las decisiones operativas del CECOPI. «Si el mensaje no llegó a tiempo a la comarca de la Horta Sud —ha dicho—, fue porque el CECOPI desconocía lo que ocurría en la zona hasta que fue demasiado tarde». Ha insistido también en que ese día se enviaron más de 22.000 SMS y más de 6.000 correos electrónicos desde Emergencias.

Ha reivindicado además la labor de los profesionales de emergencias y de los cuerpos de seguridad, «que hicieron todo lo que estuvo en su mano», y ha expresado su gratitud a «médicos, militares, voluntarios y personal sanitario» que sirvieron a los valencianos en su hora más difícil. «Mi reconocimiento y respeto —ha dicho— a quienes más perdieron en la riada. No podemos rendir mejor homenaje a las víctimas que trabajar unidos para impedir que esta tragedia vuelva a repetirse».

“Feijóo me advirtió: no ocurrirá”

En su segunda turno de intervención, con los ánimos más caldeados en la sala, Mazón ha defendido su actuación y ha negado haber estado incomunicado durante la emergencia. «No escuchar una llamada después de haber realizado quince no significa estar incomunicado», ha dicho, en alusión a las críticas recibidas. Ha subrayado que la Generalitat «no fue invitada a la reunión convocada por la Delegación del Gobierno el 29 de octubre, día de la tragedia» y ha explicado que no solicitó la declaración de emergencia nacional «porque ningún mando operativo lo propuso, el Gobierno manifestó públicamente que no la deseaba y, sobre todo, porque no habría traído más medios ni más efectivos». Sobre este punto, ha destacado que «me fié de que Gobierno nos iba a dar el mayor nivel de colaboración posible. Y Feijóo me advirtió, no ocurrirá. Y tenía razón».

Mazón ha insistido en que «ningún miembro del Gobierno de España ha dado explicaciones ni ha querido comparecer», mientras él «ha soportado bulos, amenazas personales y campañas de toda índole sin dejar de dar la cara».

En su despedida, Mazón ha querido dirigirse directamente a las víctimas. «Siempre he considerado que las víctimas debían ser lo prioritario», ha dicho, reprochando a la oposición que haya convertido la tragedia «en un arma política». «La Generalitat ha estado en primera línea asumiendo el dolor, el desgaste y la gestión —ha concluido—, mientras el Gobierno de España ha permanecido de lado. Pudo haber errores, pero he asumido la responsabilidad más alta que puede asumir un presidente: la de dimitir».

Sesión de alta tensión política

El clima en la comisión de investigación ha sido tenso desde el inicio. Desde Vox, su portavoz José María Llanos ha agradecido a Mazón «dar la cara» y ha culpado al Gobierno central de «haber dejado sola a la Comunidad Valenciana». Por el contrario, Joan Baldoví (Compromís) y José Muñoz (PSOE) han arremetido duramente contra el expresidente, al que han acusado de «mentir durante un año» y de «no haber cancelado su agenda mientras la gente se ahogaba».

El portavoz popular, Fernando Pastor, ha cerrado filas con Mazón y ha cargado contra el Ejecutivo de Sánchez por negarse a comparecer en Les Corts. «Las sillas vacías de Sánchez y sus ministros representan una estafa y una burla a las víctimas», ha afirmado. En un momento de especial tensión, ha dirigido sus críticas a Baldoví, al que ha calificado como «pagafantas del PSOE», expresión que ha provocado un murmullo general en la sala y un intercambio de reproches entre los grupos.

Durante el turno de réplica, el portavoz socialista ha calificado de «indigno» el discurso de Mazón, acusándole de «evitar cualquier asunción de responsabilidad» y de «no responder sobre los minutos clave de la tragedia». «Usted tiene sobre su conciencia 229 muertos», ha afirmado el dirigente del PSOE, antes de reclamarle que «renuncie al aforamiento» y que «vaya a declarar ante la juez». Por su parte, el síndico nacionalista ha acusado al expresidente de «haber convertido su intervención en una burla a las víctimas». Le ha reprochado que «no respondiera ni una sola de las preguntas planteadas por las asociaciones» y que intentara «deslizar la culpa hacia el Gobierno central». En un momento de gran tensión, le ha interpelado directamente: «¿Qué clase de presidente se queda a comer cuando su tierra se está inundando?», ha preguntado, antes de exigirle también que «comparezca ante la juez de Catarroja» y «cuente la verdad».

Finalmente, Fernando Pastor (PP) ha defendido al expresidente y ha denunciado la «cacería política» emprendida por la izquierda. Ha destacado la «valentía y serenidad» de Mazón por comparecer «voluntariamente» y ha señalado que «ningún otro presidente ha dado tantas explicaciones». Ha acusado a PSOE y Compromís de «utilizar a las víctimas desde el primer día» y ha recordado que el Ejército tardó «96 horas en llegar a Valencia mientras se debatía sobre 15 minutos arriba o abajo». «La hipocresía —ha concluido— no es buena compañera de viaje para esta comisión».

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