Camps desafía a Pérez Llorca: «Quiero ser el candidato del PP en 2027»
El expresidente abre la precampaña ante más de 300 personas en un acto multitudinario

Francisco Camps, durante la presentación de su candidatura. | Jorge Mestre
El expresident de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, ha aprovechado este jueves —el mismo día en que Juanfran Pérez Llorca ha puesto en marcha su nuevo Gobierno autonómico— para dar el paso político que llevaba meses insinuando: su voluntad explícita de ser el candidato del Partido Popular a la presidencia de la Generalitat en 2027. Lo ha hecho ante más de 300 personas en un acto multitudinario organizado por el Foro Pedro Agramunt bajo el título ‘La Comunitat Valenciana del futuro próximo: una visión para todos’, donde ha presentado un programa de 21 puntos que definió como su proyecto de gobierno para dentro de dos años y donde ha deslizado su eslogan de corte trumpista: La Comunidad Valenciana ha vuelto.
Preguntado por si su intención es también ser candidato en 2027, dejó de lado cualquier reserva. «Lo digo con absoluta claridad: sí, quiero abrir esa puerta», respondió. La explicación que ha ofrecido es nítida: «Quiero ser candidato en 2027 porque el PP tiene la obligación de aspirar a una mayoría absoluta». Su defensa de la mayoría absoluta no es retórica: la describió como condición necesaria para que el PP vuelva a situarse en el centro de la iniciativa política tanto en la Comunidad Valenciana como en el contexto nacional. «Para que Feijóo pueda gobernar, el PP valenciano debe salir con esa aspiración», añadió.
La coincidencia temporal no ha pasado desapercibida. Mientras Pérez Llorca se rodeaba durante la mañana en el Palau de sus once consejeros tras la toma de posesión formal y pedía «no perder ni un minuto» en la reconstrucción tras la dana, Camps abría sin ambages la precampaña orgánica del PP valenciano. «He puesto sobre la mesa un proyecto de partido y, hoy, también un proyecto de Gobierno», ha afirmado, reivindicando que su propuesta está elaborada con la participación de «más de 200 personas de distintos ámbitos del territorio».
Antes de la conferencia, Camps ha defendido que el próximo candidato a la Generalitat debe ser elegido directamente por la militancia en un proceso «abierto, sin cuotas ni barreras económicas», porque el partido —ha dicho— necesita volver a involucrar a los afiliados que se alejaron en los últimos años. Para ello, ha reclamado un congreso con un censo de al menos «50.000 militantes», subrayando que «el PP debe actualizarse y volver a casa». Su planteamiento, que cuestiona implícitamente el funcionamiento orgánico reciente del partido, apunta a un congreso interno mucho más amplio del que tradicionalmente ha celebrado la formación en la Comunidad Valenciana.
Camps ha sostenido que el PP valenciano debe recuperar la vocación de liderazgo territorial y la ambición de volver a las mayorías absolutas, insistiendo en que «un presidente de la Generalitat del Partido Popular tiene que ser elegido por los militantes, por los votantes y respaldado por una mayoría absoluta de los diputados del PP». En su intervención no solo ha reivindicado su legitimidad histórica —recordado que esa combinación se dio en 2003, 2007 y 2011, bajo su mandato— sino que convierte esa triple legitimidad en un mandato político para el futuro: «Creo que tengo la obligación moral de intentarlo», ha asegurado, rompiendo así la ambigüedad que había mantenido hasta ahora».
El expresidente también ha aprovechado su intervención para deslizar un mensaje directo a Pérez Llorca. Ha recordado que, meses atrás, le pidió enviar a toda la militancia un decálogo con sus propuestas para renovar el partido y que la dirección no lo hizo. «Le pediría, señor presidente de la Generalitat, que cuando sea presidente del partido envíe esa propuesta a todos los militantes», ha señalado, dejando en el aire la duda sobre si el actual jefe del Ejecutivo será también, en el futuro, quien encabece el PP valenciano. El matiz no es casual, pues subraya la disociación entre el liderazgo institucional de Pérez Llorca y la carrera orgánica que Camps quiere abrir cuanto antes.
El acto celebrado este jueves refuerza una dinámica que lleva meses desplegándose por toda la Comunidad. Camps ha protagonizado numerosas citas públicas de formato similar, con aforos nutridos y un mensaje reiterado: el PP debe recuperar músculo interno, ambición programática y una estrategia territorial coherente. Su discurso en Valencia de este jueves ha seguido esa línea al asegurar que «mi partido no sabe no liderar» y que su objetivo es «volver a poner al PP valenciano en marcha». A lo largo de la conferencia, ha apelado repetidamente al orgullo de partido y a la necesidad de reconectar con las bases, insistiendo en que «los militantes deben elegir a los dirigentes y apoyar un proyecto de futuro».
Camps ha confirmado también que seguirá recorriendo la Comunidad Valenciana para presentar su programa allí donde se lo soliciten. «Vamos a ir a Castellón, a Alicante… a todos aquellos lugares que nos lo pidan», aseguró, resaltando que ya ha mantenido encuentros con agricultores, empresarios y distintos sectores sociales para recoger propuestas e incorporar aportaciones al documento. El mensaje fue claro: su precampaña se acelera.
En un contexto en el que Pérez Llorca inaugura una etapa marcada por la urgencia de reconstruir tras la dana y por la necesidad de reforzar la capacidad institucional de la Generalitat, la irrupción de Camps abre un segundo plano político imposible de ignorar. Aunque la recomposición del PP valenciano es un asunto estrictamente orgánico y ajeno al papel del president como líder de todos los valencianos, ambos procesos —el institucional y el partidario— avanzan en paralelo y se condicionan mutuamente. La puesta en marcha del Gobierno coincide, así, con el inicio explícito de la disputa por el liderazgo del partido.
Camps ha terminado su intervención recordando que la fecha del congreso regional es todavía una incógnita, pero que, sea cuando sea, piensa pelearlo: «Cada día que pasa, es un día que perdemos». Mientras el nuevo Gobierno comienza a andar, el expresidente ya ha dejado claro que su campaña interna no ha hecho más que empezar.
