Los estudiantes se movilizan contra el machismo: "No queremos la cultura proxeneta en las escuelas"
El Sindicato de Estudiantes y la plataforma feminista Libres y Combativas, una extensión del grupo, ha convocado con éxito una huelga y una manifestación en el centro de Madrid para transmitir un mensaje claro y corto: “Fuera el machismo de las aulas”. La respuesta ha sido imponente: centenares de alumnos, todos adolescentes, han recorrido las calles portando pancartas de “Estamos hasta los ovarios de tantos cojones” o “Se preocupan por las notas, no por los valores”, aludiendo no solo al sistema educativo, sino a la sociedad entera.
El Sindicato de Estudiantes y la plataforma feminista Libres y Combativas, una extensión del grupo, ha celebrado este miércoles una huelga y una manifestación en el centro de Madrid para transmitir un mensaje claro y corto: “Fuera el machismo de las aulas”. Centenares de alumnos de secundaria y universitarios, han recorrido las calles portando pancartas con lemas como “Estamos hasta los ovarios de tantos cojones” o “Se preocupan por las notas, no por los valores”, aludiendo no solo al sistema educativo, sino a la sociedad entera. La convocatoria se ha replicado en más de 50 ciudades españolas, con miles de estudiantes protestando en total.
La movilización de Madrid avanzaba a paso lento, pero continuo, con algún lapso de pausa dispuesto para la lectura de las reivindicaciones del sindicato, a las que se respondió con una oleada de vítores. “No queremos a la cultura proxeneta en las escuelas”, vociferaba una representante de Libres y Combativas, megáfono en mano, apelando a las relaciones igualitarias y al respeto mutuo entre hombres y mujeres. “Queremos introducir la educación afectivo-sexual desde la infancia”.
“Nos tratan de imponer roles con los que ya nadie está de acuerdo”
A los rostros jóvenes se ha unido una última extensión de movilizados: jubilados que reclamaban igualmente sus derechos. La simpatía entre ambas secciones se hacía evidente. Algo adelantado caminaba un grupo de chicas, todas ellas de 15 años, que llevaba con orgullo símbolos propios del feminismo, colores morados.
Entre ellas Claudia, que defiende la necesidad de esta manifestación, que para ese momento cubría sin márgenes la calle Preciados. “Estoy de acuerdo con que se incluya una asignatura de educación sexual en el instituto”, reconoce, a lo que Arancha añade que es esencial para “quitar el machismo” y que se deje de “discriminar al colectivo LTGBI”, al cual insiste que se sigue discriminando.
Una de las cuestiones que más les preocupa, un elemento definitivo que delata el machismo, es el modo en que se juzga a las mujeres por la forma en que visten. “Nos tratan de imponer roles con los que ya nadie está de acuerdo”, dice Arancha. “¿Por qué el uniforme de las chicas debe ser una falda?, ¿por qué no pantalones?”. Ana se suma a la conversación con The Objective y denuncia los comentarios o el tratamiento que reciben habitualmente por su aspecto: “Se nos juzga mucho por cómo vestimos. Por más que enseñe, tengo derecho a que me traten igual que a una chica que va más tapada”.
Igualmente asevera que, entre los chicos de su generación, persiste ese sexismo ramplón. “Es que sigue habiendo mucho machismo”, continúa. “Muchos comentarios que parece que van de coña, pero que demuestran que existe el machismo. ¡Como lo de Machista opresor! Esas tonterías forman el cúmulo, y ese es el problema”.