Japón combatirá su "adicción al carbón" tras las críticas recibidas en la COP25
Japón, la tercera economía mundial, es el quinto mayor emisor mundial de CO2
El ministro nipón de Medio Ambiente, Shinjiro Koizumi, ha afirmado este jueves que el país hará todos los esfuerzos posibles por reducir «su adicción al carbón» como fuente energética tras las críticas recibidas en la COP25 por su excesiva dependencia de este combustible. Koizumi se ha pronunciado en una rueda de prensa en Tokio a su regreso de la Cumbre Mundial del Clima COP25 celebrada este mes en Madrid, donde el representante nipón fue objeto de críticas directas e indirectas de la comunidad internacional y de ONGs por sus poco ambiciosos objetivos medioambientales.
El ministro japonés ha señalado que dichas críticas, centradas en el continuado uso del carbón del país y en su financiación de nuevas plantas de energías fósiles en el extranjero, «eclipsaron los esfuerzos y contribuciones que Japón está haciendo en muchos frentes medioambientales». Además ha afirmado que Japón «trabaja activamente por lograr que la plantas de combustión de carbón sean más limpias y más eficientes», tanto a nivel nacional como en la tecnología que exporta a otros países del sudeste asiático.
Shinjiro Koizumi es hijo del popular primer ministro Junichiro Koizumi (2001-2006) y es considerado uno de los políticos más prometedores del gobernante Partido Liberal Demócrata, también ha afirmado en que las críticas que acaparó en Madrid ayuden a cambiar la concienciación en Japón sobre temas medioambientales. «En Japón, hay muy poca atención al uso del carbón. Existe una amplia brecha en cuanto a la percepción en nuestro país y en el resto del mundo», ha dicho Koizumi.
Por este motivo, ha añadido, que ha decidido incorporar a su discurso la expresión de «adicción al carbón» que había empleado en su intervención en Madrid el secretario general de Naciones Unidas António Guterres, para referirse a países como Japón que siguen apostando por este combustible fósil altamente contaminante.
Japón, la tercera economía mundial, es el quinto mayor emisor mundial de CO2, y a raíz del apagón nuclear posterior a la catástrofe atómica de Fukushima de 2011 aumentó el uso del carbón hasta superar en la actualidad el 30% de su generación energética total. El Gobierno nipón prevé seguir utilizando este combustible aunque aspira a reducirlo por debajo del 25% para 2030, mientras que para ese año planea elevar el uso de energías renovables desde el 15 % actual hasta un 22-24 %, según la última estrategia del Ejecutivo.
Koizumi se ha comprometido a trabajar por lograr cifras «más ambiciosas», y ha citado algunas iniciativas que ya están en marcha, como la estrategia «Ciudades Cero C02 2050», en la que participan 28 gobiernos locales -entre ellos los de Tokio, Yokohama, Kioto y otras de las mayores ciudades niponas – que aspiran a eliminar por completo sus emisiones de dióxido de carbono para dicho año.