Dos socios denuncian a la dirección del Casino de Madrid por homofobia y acoso
Esta pareja relata varios capítulos de discriminación sufridos por parte de distintos miembros de este club social desde hace más de dos años
Dos socios han interpuesto una denuncia ante la Policía Municipal de Madrid contra parte de la dirección del Real Casino de Madrid (RCDM) por las «faltas de respeto, insultos y vejaciones» que vienen sufriendo a causa de su condición sexual desde hace más de dos años en este club social. Este matrimonio, además, tiene abierto un expediente sancionador para ser expulsado de dicha sociedad desde julio de 2021. Un castigo, según explican ambos afectados a THE OBJECTIVE, que llegó tras haber denunciado de manera interna los capítulos de homofobia que habían sufrido por parte de distintos miembros del Casino, fundado en 1836 y presidido actualmente por Rafael Orbe Corsini.
En la denuncia, remitida a la Unidad de Gestión de la Diversidad de la Policía de Madrid, los dos socios describen distintos episodios de acoso y discriminación enmarcados en los últimos años, que supondrían una infracción administrativa de la Ley de Protección Integral contra la LGTBifobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual de la Comunidad de Madrid. Como prueba de ello, la pareja también aporta una lista con nombres de cinco socios, testigos de las supuestas conductas de algunos miembros de la dirección hacia los dos denunciantes.
Esta matrimonio sitúa el origen de los hechos en 2018, cuando uno quiso inscribir como asociado al otro en el Casino de Madrid, que cuenta con 1.800 miembros. La posibilidad de asociar a los cónyuges es un derecho del que gozan todos los socios de este club social. Sin embargo, no fue el caso de esta pareja, en un primer momento. Desde la Gerencia, «siguiendo instrucciones de la presidencia», alegaron que las parejas de los socios «debían ser del sexo contrario». En otras palabras, se lo negaron por ser hombre y no mujer.
Tras haberlo conseguido finalmente meses después, fue cuando ambos comenzaron a «sentirse juzgados por su orientación sexual» en las instalaciones del Casino, según reza la denuncia a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. El primer episodio «grave» tuvo lugar en el gimnasio, en octubre de 2019, cuando ambos «sufrieron la violencia del monitor del gimnasio», quien se dirigió a uno de ellos en el pasillo «arrancándole con agresividad una bombona de agua que transportaba» al mismo tiempo que le profería insultos como «maricón».
Gritos de «maricón»
Faltas de respeto que se han repetido hasta la actualidad, pero que se vieron agravadas a partir de julio de 2021, cuando la dirección del Casino de Madrid les comunicó la apertura de un expediente disciplinario para expulsarlos del club social. «Lejos de obrar en defensa de nuestros derechos e intereses como dictan los estatutos, actuaron en represalia por nuestras continuas denuncias contra el monitor de gimnasio, pero no contra el propio agresor», denuncian ambos socios. Solo unos días antes, habían vuelto a vivir otro episodio en la sauna del espacio deportivo, cuando «estando desnudo uno de ellos el monitor le forzó a salir y le retó a salir a la calle mientras le gritaba —de nuevo— maricón».
Una escena no muy distinta a la que vivió este socio tres meses después, a finales de octubre del pasado año. No solo fue el monitor, sino también varios miembros de la directiva del RCDM —y algunos de sus familiares— los que le insultaron e incluso «se abalanzaron sobre el socio para increparle en tono soez para, acto seguido, sin razón alguna, aludir a su pareja» y manifestarle que «su presencia en el Casino de Madrid les incomodaba enormemente». «Toda la familia de un socio me increpó a gritos y dijo toda clase de insultos sobre mí y mi pareja. Llegando al punto de señalarme con el dedo a pocos centímetros de la cara», relata la denuncia.
Desde entonces hasta hoy, el matrimonio no ha vuelto al gimnasio para evitar encontrarse con el monitor, según expresan. No obstante, quien era socio del casino con antelación y su pareja han sido vetados, según cuentan a este periódico, en algunos eventos del club social, situado en la madrileña calle Alcalá.
Guerra por el control del Casino
Ambos se habían inscrito como voluntarios para servir la cena de Nochebuena a personas sin techo en las instalaciones del Casino , pero «desde la Secretaría del RCDM se nos prohibió asistir al acto». Tampoco pudieron a las dos Juntas Generales del RCDM que se celebraron a lo largo el pasado lunes para ratificar a distintos miembros de la dirección y aprobar los presupuestos de 2022. «Cuando entré al edificio para entrar a la convocatoria de la tarde, el jefe de seguridad me dijo que no me podía acreditar por orden del presidente. Interpuse una queja y seguí la junta desde fuera», cuenta este socio.
Dejando a un lado los episodios denunciados por este matrimonio, los enfrentamientos entre distintos miembros del club por el control del Real Casino de Madrid vienen repitiéndose desde 2020, cuando Rafael Orbe asumió la presencia interina del RCDM. No obstante, según ha comunicado este miércoles a los socios, convocará elecciones en las próximas semanas. La actual junta directiva tiene abiertos tres frentes judiciales. Dos por la posible manipulación de las elecciones que confirmaron al secretario del club, en los Juzgados de Instrucción número 37 y 39 de Madrid. Y otra por presunto fraude en la votación de las cuentas en una junta que tuvo lugar el pasado 27 de octubre.
Tras la publicación de este artículo, el Real Casino de Madrid niega que los dos demandantes tuviesen problemas para asociarse a este club social por su condición sexual, como no lo han tenido otras parejas «del mismo sexo que forman parte del Casino». Justifica la apertura del expediente disciplinario a uno de los dos socios por las «descalificaciones graves y altercados que ha provocado con otros socios», lo que supone «un incumplimiento grave de las normas de conducta del Real Casino». Y sostiene que el monitor de gimnasio, que mantuvo distintos altercados con los demandantes, «causó baja laboral» hace unos meses precisamente por estos motivos.