La saga/fuga del empresariado catalán y los dos pilotos del puente aéreo
Los empresarios de la región tratan de acelerar a marchas forzadas su influencia en Madrid ante el temor que suscita la posibilidad de que Colau renueve el bastón de mando en Barcelona
La incertidumbre que existe en Barcelona sobre el desenlace de las elecciones municipales es el plato fuerte que preside la comidilla de los peces gordos de la alta burguesía catalana y sus delegados en los círculos de influencia económica y financiera. La multiplicidad de las encuestas y sus más que volátiles resultados atenaza a los grandes empresarios, conjurados como están para impedir que Ada Colau agite durante otros cuatro años su bastón de mando. Los desahogos del mundo corporativo catalán han encontrado su paño de lágrimas en la patronal Foment y en la capacidad de lobby acreditada por su presidente, Josep Sánchez Llibre, general al mando de las operaciones para desalojar a la inquilina del consistorio o, en su defecto, preparar la retirada definitiva de un territorio comanche que se revela cada vez más hostil para el desarrollo de la actividad económica.
El cambio de ciclo político en la Ciudad Condal es el elemento clave en la definición de un nuevo orden interno en Cataluña que devuelva plena virtualidad a esa sociedad civil felizmente acomodada al poder hasta que el taimado procés quebrantó su convencional e inestable jerarquía de valores. La irrupción en las instituciones de las fuerzas antisistema se ha propagado desde la Generalitat hasta la Cambra de Comercio de Barcelona fracturando la vida pública en dos bloques claramente identificados a favor y en contra de las ínfulas secesionistas. Pero bien sea por la inmediatez de los comicios territoriales o por la incidencia directa que las decisiones municipales tienen sobre la vida de los ciudadanos, el Ayuntamiento de Barcelona se levanta ahora como la primera plaza de la reconquista que los grandes empresarios quieren aprovechar para ganar posiciones en su sorda batalla contra la deriva independentista.
Haciendo honor a su propio nombre, la patronal catalana ha tratado de fomentar desde un principio la candidatura del cabeza de lista del PSC, Jaume Collboni, lo que ha motivado durante toda la precampaña electoral una entente cordiale entre Sánchez Llibre y el Gobierno de la nación, representado a estos efectos por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. La apuesta, asumida a modo de clavo ardiendo, se ha visto enrarecida con la irrupción del candidato de Junts, Xavier Trias, que constituye un arma de doble filo porque la crecida en las encuestas del antiguo alcalde puede servir también de acicate al nacionalismo más radical, impulsando la reelección de una Colau a la que algunos habían dado ya por amortizada.
El factor Trias y los arrumacos de Díaz con Colau
Las posibilidades del candidato socialista dependen también en buena medida de su capacidad de pacto a ambos lados del espectro político en la región y especialmente de las alianzas que finalmente se construyan entre los principales partidos de izquierda a nivel nacional. Collboni puede negociar lo mismo con Trias que con Colau sin olvidar a Ernest Maragall, el candidato de ERC que aparece más descolgado en los sondeos. Cualquiera de estas opciones es válida, pero todas se desvanecerán si la fría calculadora de Pedro Sánchez no consigue dar con la ecuación que permita al PSOE sumar con Yolanda Díaz. No es de extrañar que los grandes señores del dinero estén de los nervios ante los arrumacos que la ministra comunista de Trabajo exhibe con la activista que preside el Ayuntamiento cada vez que se pasea por Barcelona.
«Los hay que no se quieren mojar ni debajo del agua y están dispuestos a asumir el riesgo de que la regidora ‘comunera’ de Barcelona repita por un tercer mandato, con todo lo que ello implica»
Ante el temor a que Collboni se la pegue el 28-M, los más precavidos hombres de negocios, que por lo general son los que llevan la voz cantante, empiezan a calibrar la conveniencia de un cambio de montura a lomos y en apoyo del que fuera primer edil en representación de la extinta CiU. La propuesta de Trías responde a los postulados más elementales de la élite empresarial como delata su vieja hermandad convergente con el propio Sánchez Llibre cuando el jefe de la patronal ocupaba su escaño político en Madrid. Eso sí, existe el inconveniente de errar el tiro y encender además la cólera de Sánchez, lo que podría dar lugar a una lamentable imprudencia sabiendo cómo se las gasta el inquilino de La Moncloa con todos aquellos que osan dejarle en la estacada.
La opción más socorrida pasa por seguir el curso del alambique político evitando las contraindicaciones que siempre entraña cualquier exposición pública. En otras palabras, los hay que no se quieren mojar ni debajo del agua y están dispuestos a asumir el riesgo de que la regidora ‘comunera’ de Barcelona repita por un tercer mandato, con todo lo que ello implica. En este escenario es donde adquiere carta de naturaleza la proyección que viene protagonizando Foment como bisagra en España del movimiento empresarial más genuino de Cataluña, incluyendo a las dos grandes entidades financieras como CaixaBank y Banco Sabadell, además de otras marcas renombradas como Naturgy, Almirall, Naturhouse, Freixenet y Agbar, esta última convertida en diana preferente de los dardos empresariales que lanza Colau.
Diáspora cultural sin menospreciar a Cataluña
El máximo representante institucional de los empresarios catalanes vendió cara su derrota frente a Antonio Garamendi en las últimas elecciones a la presidencia de la CEOE y comoquiera que su rival decidió retirarle las competencias que le facultaban hasta entonces como lobista excepcional de la cúpula patronal, Sánchez Llibre ha decidido abrir su propio local de relaciones con Las Cortes en Madrid. El presidente de Foment no ha querido que nadie se llame a engaño y ha elegido como sede una oficina a tiro de piedra del Palacio del Congreso de los Diputados, donde se mueve como pez en el agua, y en la que, para más señas, compartirá vecindad con Asedas, organización que agrupa a las principales cadenas de distribuidores, autoservicios y supermercados.
No conviene olvidar que la asociación creada a finales de los años 90 a instancias de Mercadona y, todo hay que decirlo, por oposición a El Corte Inglés, es presidida desde hace poco más de un mes por Josep Antoni Duran i Lleida, el jefe de toda la vida de Sánchez Llibre durante el largo periplo de ambos como parlamentarios al servicio de la causa catalana. Ahora, más de lo mismo pero en otras actividades mejor retribuidas y para las cuales puede ser de gran ayuda la colaboración de Ignacio García Magarzo, actual director general de Asedas del que muchos hablan como futuro hombre fuerte en el día a día de Foment en Madrid.
Con estos mimbres, y a la espera de la sentencia electoral, los empresarios escaldados de la deriva política en Cataluña que deseen asentar sus influencias reales en Madrid van a disponer de un pasaje en clase preferente para subirse al puente aéreo pilotado por una tripulación de lujo y que si algo tiene son horas de vuelo. Los dos viejos embajadores del seny catalán en la Villa y Corte vuelven por sus fueros para que la definitiva saga/fuga sea percibida como una diáspora cultural sin menosprecio del ancestral sentimiento catalanista. Algo así como lo que ha hecho Rafael del Pino afirmando su españolidad un minuto antes de que Ferrovial pusiera rumbo acelerado a Países Bajos.