Moncloa y Ferraz «recomendaron» a Lobato sacar del Senado al candidato de Bolaños
Fuentes socialistas ven «consolidado» al líder madrileño. «Madrid no va a saltar por los aires. No hay probabilidades de cargarse a Lobato»
Ni es un movimiento pensando en aspirar a dar el salto nacional, ni fue una idea del propio Juan Lobato. O no sólo. Ocurrió hace dos meses, cuando al secretario general del PSOE de Madrid le trasladaron la «recomendación» de coger el escaño del Senado para hacerse con «una ventana de visibilidad» pensando en un horizonte a 4 años» que le permita elevar su conocimiento y ganar la presidencia de la Comunidad de Madrid en 2027. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, fue una sugerencia que respaldaron desde diferentes sectores del partido, pero sobre todo desde los relevantes, Moncloa y Ferraz, donde el secretario de Organización, Santos Cerdán, vio la lógica de «abrir esa ventana» para «trascender de la Asamblea» donde el PSOE mejoró resultados el 28-M pero no lo logró conquistar la segunda posición a Mónica García, de Más Madrid.
Una fórmula poco original porque ya la habían explorado otros dirigentes territoriales, tanto del PSOE como del PP, con el mismo propósito. Fue el caso de los hoy presidentes de Castilla La Mancha, Emiliano García Page; de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla; y del secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas. Aunque en este último caso, Santos Cerdán desaconsejó a Espadas optar por la vía del Senado porque se hizo antes de la campaña electoral andaluza, y no después de las elecciones, y daba pábulo al presagio de derrota anticipada a las urnas que finalmente se produjo-, y la necesidad de buscar cobijo en la Cámara Alta.
Bolaños pierde la batalla
La polémica del escaño de Juan Lobato se explica por dos cuestiones ajenas al movimiento: de un lado, la proyección nacional que pudiera tener el líder del PSOE de Madrid; del otro, el ruido interno creciente proveniente de los sectores damnificados, empezando por el ya exsenador José Cepeda, afín al todavía ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ambos de la agrupación madrileña de La Latina. Cepeda ocupaba el escaño de senador en la cuota de designación autonómica y «con el respaldo de Moncloa», presumía su entorno. Pero la caída en desgracia de Bolaños en el círculo de confianza de Sánchez y la determinación de Lobato de hacerse con el escaño arrebataron el acta a su candidato, que estaba «apalabrado» para esta legislatura.
Según ha podido confirmar este periódico, los ‘cepedistas’ amenazan con guerra después del 23-J, en la confianza de que el resultado en toda España hará saltar por los aires al PSOE nacional y, después, al PSOE de Madrid: «El 24, lo vamos a matar», dicen en referencia a Lobato. De momento es una familia sola la que anticipa la batalla, pero son muchos más los que critican, con mayor o menor benevolencia, la acumulación de cargos del secretario general, que también ostenta la presidencia del grupo parlamentario y la portavocía. Pero lo que más inquieta no son las críticas sino los silencios. Los del todopoderoso Javier Ayala, alcalde de Fuenlabrada, derrotado por Lobato en las primarias para secretario general del PSOE-M pero bendecido en las urnas con un 54% de los votos y el cuarto regidor más votado de España. Tanto él como la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, refrendada nuevamente el 28-M, optan por la prudencia en un ambiente de calma chicha. Ambos guardaron silencio en la ejecutiva regional que aprobó las listas electorales al 23-J en medio de una lluvia de críticas.
«Lobato está consolidado, Madrid no volará por los aires»
Muchas de esas criticas iban dirigidas a los simanquistas, que consiguieron colarse en la lista por Madrid. Tanto el factótum Rafael Simancas como su pupila Mercedes González, actual secretaria general de Madrid Ciudad, lograron hacerse con el puesto número nueve y diez de las candidaturas madrileñas. Pero las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE fijan el puesto de salida en el número 7, el de Óscar López, jefe de gabinete del presidente del Gobierno. Si este mal augurio se cumpliera, los simanquistas, hoy silentes y cumpliendo como figuras en la depresiva campaña electoral, darían nuevamente batalla.
Pero son pocos los que ven posibilidades de éxito a la revolución madrileña. «Juan Lobato está consolidado y lo está haciendo bien», coinciden en Moncloa y en Ferraz las mismas fuentes que se mofaban hace un año del líder madrileño a quien «se le eligió para quemarse en Madrid». El encaje de bolillos del grupo parlamentario ha sido complicado, pero se ha conseguido un relativo equilibrio que contrasta, sin embargo, con las listas electorales, donde Sánchez ha colocado a sus ministros y gente de confianza dejando para el puesto octavo al primer referente madrileño: la presidenta del PSOE de Madrid, Isaura Leal.
Calma chicha en el PSOE hasta el 23-J
Bolaños ocupa la quinta posición pero «está muerto políticamente y no tiene el apoyo de nadie», como evidenció el mitin de Alcalá de Henares el pasado jueves en el que «éramos cuatro gatos». El incidente del ministro de Presidencia con la jefa de protocolo de Ayuso el 2 de mayo le convirtió en el hazmerreír de la convulsa federación madrileña. Algo determinante en la carrera de Bolaños, que dejará de ser ministro de Presidencia para ser diputado raso y «quiere aspirar a coordinar al grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados», según fuentes socialistas.
Por eso, las fuentes consultadas auguran que «Madrid no va a saltar por los aires porque los críticos no tienen fuerza contra Lobato». «Sólo pueden aspirar a hacer ruido» presagiando la «crónica de una muerte anunciada» y llamando a «prepararse para el 24». Cepeda no quiso ir al acto de constitución del grupo parlamentario socialista en la Asamblea de Madrid, ni tampoco fue el mitin de pegada de carteles en Madrid el pasado 6 de julio. Un mitin en el que Pedro Sánchez no citó a su ministro de Presidencia, sentado en primera fila, pero sí al resto de ministros presentes como Margarita Robles o Teresa Ribera. Por primera vez en mucho tiempo, según fuentes socialistas, «Pedro y Juan mostraron más feeling» que en ocasiones anteriores, marcadas por la frialdad. En el PSOE de Madrid y el resto de territorios son conscientes de que «si hay una debacle, todos intentaran ajustar cuentas pendientes» pero que «el proyecto de Juan Lobato es ganar en 2027 y no otro, como intentan vender algunos».