Barcelona y Madrid quedan excluidas de los ecosistemas tecnológicos más dinámicos
El ranking de Startup Genome sí incluye a ambas ciudades en su top 100 de los hubs emergentes
La economía basada en el elemento tecnológico opera como una constelación de hubs de diverso tamaño e importancia. Una de las consultoras internacionales más reputadas, Startup Genome, con sede en San Francisco y una visión que pretende ser global, elabora el que podría considerarse el planetario de startups más completo del mundo.
En su ranking de los 30 ecosistemas más relevantes de 2023 no aparece ninguna ciudad española. Silicon Valley, considerada en este caso el equivalente a una urbe, domina la clasificación por delante de Londres y Nueva York, que empatan en la segunda plaza.
El top 10 está dominado por EEUU y Asia con la honrosa excepción británica y la presencia (quinto puesto) de Tel Aviv en lo que parece tanto un aval al concepto de startup nation acuñado allá mucho antes que en España, como a la evidente conexión entre las comunidades judías de negocios de América y Oriente Próximo.
Llama la atención que ni siquiera en la ampliación de esa lista (diez ciudades extra consideradas candidatas a integrarse en la élite) haya noticias de Barcelona y Madrid, los campeones nacionales.
Curiosamente, en el contexto comunitario, los propios fundadores de startups colocan a Barcelona (tercer puesto) y Madrid (décimo) entre sus polos favoritos para emprender, según Startup Heatmap Europe. La capital catalana, por ejemplo, queda por delante de otras que salen mejor paradas con la vara de medir de Startup Genome (Ámsterdam, París, Múnich y Estocolmo).
Dicha vara incluye entre sus parámetros las oportunidades de financiación, el talento, las conexiones con otros actores del ecosistema, la cuota de mercado, el conocimiento y el rendimiento de las startups que conforman cada hub.
En el club de los emergentes
Junto a esta lista de 30+10, Startup Genome diseña un compendio mucho más amplio con un centenar de áreas emergentes. Esta vez sí, aunque sin la compañía de otras referencias como Valencia o Bilbao, aparecen tanto Barcelona (cuarta posición) como Madrid (décimo tercera).
Ambas obtienen de hecho la máxima puntuación en tres apartados (fondos, conexiones y talento), pero flojean en cuota de mercado y conocimiento. Barcelona gana cuatro posiciones en un año impulsada por el éxito de Paack, el unicornio de la logística, cuyo valor de mercado se estima en 1.465 millones de euros. Este segundo listado acumula un valor de mercado de 1,37 billones. Europa representa el 41% del total.
Comenzar con buen pie
Competir en la segunda división (según este ranking) puede parecer anticlimático, pero la consultora estadounidense aún identifica un factor adicional que hace brillar a Madrid y Barcelona: las dos ciudades españolas puntúan alto si se tiene en cuenta la salud y actividad de sus fondos especializados en fases semilla y series A. Estas primeras rondas marcan a menudo el futuro de las startups.
Startup Genome dedica un pasaje tanto a Barcelona como a Madrid en este apartado. De la primera alaba un incremento tanto en el número de operaciones como en el montante agregado de las mismas, subrayando en 2022 las rondas de Yaba (85 millones) y Splice Bio (56). En el caso madrileño los repuntes son similares y se cita la serie A de Tinybird (34).
Otro espejo donde mirarse
Si Israel inspiró al Gobierno para crear una narrativa del emprendimiento, Estonia bien podría ser la siguiente musa. En 12 meses, el país báltico (integrado como un solo hub en esta clasificación) escala 28 posiciones, se cuela en el top 10 de ecosistemas emergentes y experimenta un alza del 100% en el número de exits de más de 50 millones. Entre 2018 y 2022, las cantidades levantadas en etapas tempranas crecieron allí un estratosférico 439%.