El Gobierno vasco alega motivos humanitarios para el tercer grado al exdirigente de ETA 'Fiti'
José María Arregui Erostarbe es uno de los históricos líderes de la banda y uno de los dos responsables de ordenar el atentado contra la casa cuartel de Zaragoza
La consejera vasca de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha defendido que los motivos humanitarios fueron los que llevaron al Gobierno autonómico a conceder el tercer grado al histórico dirigente de ETA José María Arregi Erostarbe, ‘Fitipaldi’, quien ha tenido que regresar a prisión después de que el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional revocase esta concesión.
La consejera ha explicado que las razones humanitarias están justificadas por la avanzada edad de este preso, 76 años, por el cumplimiento de su condena y por el hecho de que la haya cumplido en diferentes centros penitenciarios.
No ha querido valorar la decisión del Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria, pero ha dejado claro que su departamento seguirá trabajando para mejorar sus expedientes en esta materia desde el punto de vista técnico, tras insistir en que no comparte «las excepcionalidades penitenciarias de la Audiencia Nacional».
Ha subrayado que el Gobierno Vasco aplica «de forma rigurosa» el reglamento penitenciario y ha recordado que desde que asumió la gestión de prisiones las juntas de tratamiento de las cárceles vascas han aprobado 32 progresiones de grado de presos de ETA.
Del total de presos beneficiados, doce han progresado a tercer grado, seis de las resoluciones han sido revocadas, seis están pendientes de resolución y ocho aún están en plazo para ser recurridas.
‘Fiti’, uno de los etarras más sanguinarios
Desde la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ya trasladaron su malestar al Gobierno después de que se decidiera a finales de 2019 el acercamiento desde Alicante a Asturias de ‘Fiti’. Calificó la decisión de política y advirtió de que este jefe de ETA es «responsable de algunos de los atentados más sanguinarios».
La Audiencia Nacional condenó en 2002 a ‘Fiti’, considerado experto en explosivos de ETA, y al jefe etarra Francisco Mujika, ‘Pakito’, a 743 años de cárcel cada uno como cooperadores necesarios en el atentado contra un autobús militar en Zaragoza en 1987, en el que hubo dos muertos –Ángel Ramos Saavedra y Manuel Rivera Sánchez– y 28 heridos.
En 2007 ‘Fiti’ también fue condenado a 26 años y 8 meses de cárcel por el intento de asesinato del comisario general de la Expo-92 de Sevilla, Manuel Olivencia, en 1990, mediante el envío de un paquete-bomba que terminó causando heridas a dos empleados de la organización.
Instituciones Penitenciarias informó entonces de que la Junta de Tratamiento de la prisión de Alicante II propuso su traslado a un centro próximo a su vinculación familiar tras cumplir tres cuartas partes de la pena en junio de 2019.
Justificaron la decisión en que el preso había pedido perdón por el daño causado.
‘Fiti’ ingresó en prisión en España en noviembre de 2000 y cumple una condena de 30 años por los delitos de terrorismo, asesinato, amenaza y lesiones. Fue detenido el 29 de marzo de 1992 en la operación en Bidart donde se asestó el primer golpe a la cúpula de ETA formada por éste, Francisco Múgica Garmendia, ‘Pakito’, y José Luis Álvarez Santacristina, ‘Txelis’. Posteriormente, en 2020, el Ministerio del Interior abogó por acercar a una cárcel del País Vasco a Arregui Erostarbe.
Este nuevo acercamiento del preso, que ya sobrepasa los 75 años, fue nuevamente criticado con dureza por la AVT, desde donde recordaron que tiene «15 asesinatos a sus espaldas» y fue inductor, entre otros, del atentado contra la casa-cuartel de Zaragoza.