Por qué es imposible que se repitan los comicios vascos aunque empaten PNV y Bildu
Allí son los propios grupos quienes deciden presentar o no candidato a la investidura y el Parlamento no permite el ‘no’
Imagen de archivo de un pleno del Parlamento vasco.
Casi dos millones de vascos están llamados este domingo a las urnas, ante un escenario que se prevé muy ajustado y que podría saldarse por primera vez con un empate de los dos dos partidos que conforman el bloque nacionalista, PNV y Bildu. Sin embargo, y a diferencia de lo que podría ocurrir en una elecciones generales, esta circunstancia no amenaza con provocar un bloqueo político que impida nombrar a un lehendakari que reúna suficientes apoyos y aboque a una repetición de los comicios, debido a una particularidad única de la ley electoral vasca.
Mientras que en el caso del Gobierno central, es el Rey quien debe proponer un candidato a la investidura tras celebrar una ronda de reuniones con los grupos parlamentarios, en el caso vasco son los propios grupos quienes deciden presentar o no a su candidato a la investidura. Asimismo, en el caso de una votación de investidura en el Congreso, los diputados pueden votar a favor, en contra o abstenerse, mientras que en el Parlamento Vasco no existe la opción de votar en contra: solo es posible votar a favor o abstenerse.
Esta circunstancia hace muy improbable un bloqueo en la designación de lehendakari. En todo caso, si se produce un empate entre varias candidaturas en el Parlamento Vasco, se volvería a repetir la votación sucesivamente hasta que alguien sea investido. Bien es cierto que la ley vasca establece que si en el plazo de sesenta días desde la convocatoria del Parlamento para la investidura ésta no se produce, el lehendakari en funciones deberá disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones, pero es algo harto improbable y que no ha sucedido nunca en el País Vasco.
Y esta no es la única particularidad del sistema electoral vasco. La Cámara vasca está formada por 75 parlamentarios, a razón de 25 por cada circunscripción electoral (provincia) independientemente de la población de cada una de ellas. Se trata, así, del único sistema electoral autonómico en el que no se tiene en cuenta la población para repartir proporcionalmente los escaños, una excepción que obedece a motivos históricos y también políticos.
La comunidad autónoma del País Vasco se configuró como una realidad confederal, una unión de sus tres territorios históricos, auténticos depositarios del autogobierno vasco a través de sus fueros. El censo electoral de 2024 asciende a 1.795.206 electores. Vizcaya cuenta con 945.874, Guipúzcoa suma 587.709 y Álava 261.623. Esto significa que el voto de un alavés pesa 3,6 veces más que el de un vizcaíno. En Vizcaya, cada parlamentario representa a 37.834 votantes, mientras que un escaño guipuzcoano corresponde a 23.508 y uno alavés a 10.464.
