El Gobierno vasco se gastó 7.000 euros en ikurriñas para el partido de Palestina
La Lehendakaritza vuelve a adjudicar a una agencia de publicidad el encargo de enseñas como ya hiciera en 2023

El partido del pasado 15 de noviembre entre las selecciones vasca y palestina de fútbol. | Europa Press
El Gobierno vasco destinó 7.042,20 euros (5.820 euros más IVA) en comprar ikurriñas para repartirlas en el partido entre la selección de fútbol regional y el equipo palestino. Según la información disponible en la Plataforma de Contratación Pública en Euskadi, la Presidencia del Ejecutivo autonómico sacó a licitación este contrato menor por la vía ordinaria. Aunque el número total de unidades adquiridas no ha trascendido, este movimiento ha sido leído como un intento de contrarrestar la presencia de banderas palestinas en el evento deportivo.
El contrato fue adjudicado por el Gobierno que preside Imanol Pradales el pasado 12 de noviembre a Master Touch Publicidad, una agencia de publicidad situada en Madrid, a nombre de Pedro Pablo Jiménez López. Este empresario es titular además de Tri Metalurgica, una compañía dedicada al tratamiento y revestimiento de metales. Ambas sociedades mercantiles tienen establecida su residencia fiscal en Paracuellos de Jarama.

No es la primera vez que la Lehendakaritza lanza una licitación de este tipo. Ya en 2023, durante la etapa de Iñigo Urkullu como lehendakari, Presidencia adjudicó el «suministro de ikurriñas para la campaña de comunicación de la marca Euskadi Basque Country durante el Grand Depart Pays Basque» a la misma firma, Master Touch, por cerca de 60.000 euros.
La ikurriña cuenta con carácter oficial al ser la bandera propia de la comunidad autónoma del País Vasco. Además, también se usa en Francia y en Navarra, aunque allí no está reconocida oficialmente. Más allá del uso institucional en las provincias de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, también se usa en el movimiento nacionalista con carácter reivindicativo, por ejemplo en la última Vuelta en señal de protesta.
50.000 aficionados y una ministra presente
El pasado 15 de noviembre Bilbao vivió una jornada en la que la reivindicación política, las muestras de solidaridad y el ambiente festivo se mezclaron antes de que arrancara el partido en San Mamés. Según la organización, más de 50.000 personas acudieron al estadio, en un encuentro concebido no solo como una cita deportiva, sino también como un gesto público de apoyo a Palestina. Desde primera hora de la tarde, grupos de todas las edades se congregaron en torno al campo, muchos procedentes de las movilizaciones y actividades previas celebradas en distintos puntos de la ciudad.
En los alrededores y en las gradas se entremezclaban estas ikurriñas junto a banderas palestinas, con especial visibilidad entre quienes lucían las camisetas verdes de la selección vasca, en otra jornada en la que volvió a mencionarse la reclamación de oficialidad. Sobre el césped, el círculo central apareció cubierto con una reproducción parcial del Guernica de Picasso. Los futbolistas dirigidos por Ehab Abu Jazar fueron recibidos con una ovación por parte de los primeros espectadores en acceder al estadio, gesto que agradecieron dando una vuelta al campo antes de posar para una fotografía inicial.
La delegación palestina había insistido en que esperaba convertir el día en «un mensaje para el mundo» sobre la situación que atraviesa su pueblo. Minutos antes del comienzo, las actuaciones de Izaro, Eñaut Elorrieta y Sol Band añadieron un componente cultural a los prolegómenos. Después, los seguidores de la Tribuna Este desplegaron un mosaico que combinaba la ikurriña con la bandera palestina.
Con los himnos de Palestina y de la Comunidad Autónoma Vasca sonando por megafonía, ambas selecciones posaron por separado: la de Euskadi tras un cartel con la palabra «fizialtasuna», y Palestina frente a una pancarta con el mensaje «Stop Genozide». A continuación, los jugadores se reunieron para una imagen conjunta bajo el lema «Bakea-Peace», seguida de un minuto de silencio en memoria de las víctimas en Gaza.
A lo largo del día, organizadores y asistentes se refirieron al encuentro como «histórico» por la carga simbólica que lo rodeó. Ya por la noche, la ministra española de Juventud e Infancia, Sira Rigo, que presenció el partido desde el palco, publicó en redes que se trataba de «una cita histórica» en la que se reivindicaba «el derecho del pueblo palestino a ser y existir». También acudió al estadio el ministro palestino de Juventud y Deportes, Jibril Rajoub, que acompañó a la delegación de su país en un acto planteado explícitamente con dimensión política y de proyección internacional.

