El Gobierno cree que ERC «teatraliza» y no tumbará el decreto de la guerra este jueves
El Ejecutivo mantiene la calma y confía en que sus socios «no se atreverán» a hacer caer la bonificación de 20 céntimos en la gasolina
En Moncloa son conscientes de que la amenaza de ERC de tumbar su plan anticrisis no es un farol y que hace falta algo más que una investigación interna para calmar la fuerte marejada en la que navega su socio de legislatura. Aunque tampoco se creen que la legislatura «penda de un hilo», como ha apuntado la consejera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà, ni que los independentistas estén a punto de dejar caer al Ejecutivo, ni esta semana ni las venideras. El Gobierno intenta calmar los ánimos del Govern con la triple vía de investigación propuesta por Bolaños (CNI, Comisión de gastos reservados y Defensor del Pueblo) pero, en privado, creen que los de ERC «están teatralizando» una advertencia al Gobierno que no llevarán a término.
Según fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE, el Ejecutivo cree que ERC «no se atreverá a votar en contra» este jueves del decreto que recoge las medidas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania. Entre otras cosas, porque «se convertirían en responsables de quitar a los españoles los 20 céntimos de bonificación de la gasolina», que el Gobierno tardó varias semanas en conceder tras las protestas de transportistas y ganaderos que produjeron el desabastecimiento de materias primas en los supermercados.
«Que se atrevan», dicen en Moncloa en un intento por restarle importancia a lo que la Generalitat califica de «crisis de magnitud sideral». Lo cierto es que el Ejecutivo minusvaloró la semana pasada la magnitud del enfado de sus socio, que intentó aplacar con la simple promesa de que el Gobierno había cumplido con la legalidad y que todo se había hecho con «arreglo a derecho».
Según pudo saber THE OBJECTIVE, el viernes por la tarde el Gobierno intentó corregir el paso y mantuvo las primeras conversaciones y reuniones «a varias bandas» encaminadas a suavizar el enfado de ERC. Estos contactos derivaron en el encuentro del ministro de Presidencia el domingo con su homóloga autonómica, pero Bolaños y Vilagrà no templaron gaitas ni acercaron posiciones.
Tanto Bolaños como la ministra de Defensa, Margarita Robles, se han limitado a defender públicamente en las últimas horas que el Gobierno y el CNI «actúan exclusivamente con arreglo a la legalidad». Pero las verdaderas gestiones se producen bajo la superficie, donde las conversaciones se intensifican de cara a la votación del jueves, y donde el Gobierno está constatando que ni las declaraciones ni las promesas de explicaciones secretas en la comisión de gastos reservados son suficientes para ERC. Tanto el gobierno catalán como el socio minoritario de la coalición, en boca de la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, exigen dimisiones : «es evidente que hay que dirimir responsabilidades».
Un meteorito contra López en el Congreso
Un error de cálculo y medición de los efectos del supuesto espionaje que se puso en evidencia en la tarde de este lunes en el Congreso de los Diputados, en la comparecencia del jefe de gabinete del presidente, Óscar López, en la Comisión de seguridad nacional en la que los grupos llegaron a comparar al Ejecutivo con los protagonistas del film Don’t look up.
Uno de los cuatro diputados espiados, Jon Iñárritu de EH Bildu, advirtió a López: «Les esta viniendo un meteorito y no lo están viendo venir. Si esto viene de un gobierno extranjero, entonces ha sido un problema de seguridad nacional», y se preguntó «qué sentido tiene entonces activar una comisión de investigación interna en el CNI».
Por su parte, el jefe de gabinete de Pedro Sánchez, poco dado a las declaraciones públicas, ha dicho a la representante de ERC «que solo lo pueden comprar los Estados, yo eso no lo sé… no lo sé. Ni eso sé». «Algunos no queremos volver a 2017 ni a 2019. Eso no fue bueno para nadie», ha continuado López, que apuntó también que «si los catalanes ni el resto de españoles se merecen esa confrontación con la que no gana nadie».