El entorno de Sánchez sugirió una lista con Díaz, pero el presidente la ha descartado
Fuentes socialistas aseguran que el presidente se planteó en algún momento su fichaje, pero la vicepresidenta dio «calabazas» a quienes le sondearon
El CIS confirmó las sospechas. Podemos no tira en las encuestas y Yolanda Díaz es una burbuja mediática y no un fenómeno electoral como lo fue el Podemos de Pablo Iglesias. El ultimo barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas rebajó las expectativas electorales del espacio al que aspira a liderar la vicepresidenta segunda por debajo del umbral del 10% de voto, un 9,6% que no llega ni a la mitad del 20,66% con el que su antecesor en la coalición se coronó en su estreno en las elecciones generales de 2015. Fuentes socialistas consultadas por THE OBJECTIVE aseguran que «la tendencia no deja lugar a dudas: Yolanda no logrará más de un 9% en las elecciones de aquí a un año».
Tezanos parece no equivocarse esta vez en la tendencia demoscópica que coincide con las empresas de sondeos privados, donde son pocos los que ubican el llamado frente amplio por encima del 10%, y los que se atreven lo hacen tímidamente en el 11%. Unas perspectivas que ensombrecen el estreno de una candidatura a la que Díaz bautizará como ‘sumar’, generando la sorna agridulce en las filas socialistas. «Sería injusto decir que Yolanda resta más que suma porque la culpa no es suya sino de quienes han torpedeado su candidatura», denuncian desde Moncloa y Ferraz señalando a Pablo Iglesias, Irene Montero e Ione Belarra.
La desazón socialista se deriva de que se frustre la suma que realmente preocupa a Pedro Sánchez más allá del espacio de la izquierda extrema de Podemos y sus confluencias. «Con Yolanda en un 9% de voto, será muy difícil revalidar gobierno por mucho que nos mantengamos en el 30%», admiten, poniendo también en tela de juicio que el PSOE no experimente un coste electoral de aquí a un año y medio tras la descontada debacle en Andalucía y las municipales de mayo de 2023.
Dualidad entre voto y valoración
Sin embargo, el PSOE no menosprecia a Díaz como activo electoral dado su alto nivel de valoración ciudadana. Es la política que obtiene mejor puntuación de la tabla de líderes, por delante del presidente Pedro Sánchez, un 5,05 frente a un 4,25. Pero lo que llama la atención en la mesa demoscópica de Ferraz es que sea la mejor valorada en contraste con las dos que se sitúan en los puestos más bajos, las también ministras de Podemos Irene Montero e Ione Belarra. Algo que traducen en Ferraz como que Yolanda Díaz «está conteniendo todavía la participación de sus militantes y simpatizantes» que, sin ella, podrían pasar directamente a la abstención.
Este es el motivo por el que Pedro Sánchez «necesita» a Yolanda Díaz para activar «desde fuera del partido al espacio al que no llegamos». Un «tíquet natural» frente a un tíquet electoral que algunos llevan meses sugiriendo al presidente y al equipo electoral de Ferraz y que, según algunas fuentes, «el presidente valoró en algún momento pero ya lo ha descartado». Otro de los motivos es el miedo a que la suma conlleve finalmente una resta, como ocurrió en 2016 con la fusión de Podemos e IU que se dejó más de 1,2 millones de votos en el proceso electoral.
Según fuentes socialistas consultadas, es imperativo «ampliar el espacio» y garantizar un frente amplio entre PSOE y Podemos. Un reparto de papeles y de espacios en el que Sánchez y Díaz funcionarán como número 1 y número 2 pero desde distintas formaciones políticas o plataformas y que explican a la perfección las palabras del presidente y secretario general del PSOE hace unas semanas en una entrevista televisiva: «Sólo hay dos opciones. Una coalición de la derecha con la ultraderecha o una coalición de centroizquierda entre el PSOE y el espacio que represente Yolanda Díaz», señaló en Antena 3.
Las supuestas ‘calabazas’ de Díaz a Sánchez
Tanto en Moncloa como en Ferraz explican que ya entonces estaba perfilada la estrategia y que «no se contempla que Díaz se integre en la lista socialista ni siquiera por ella misma» . Pese a la buena imagen de la vicepresidenta, «ella es cuota PCE. Es comunista, nunca aceptaría ir en las listas del PSOE por la enemistad histórica entre ambas formaciones políticas».
De hecho, algunos aseguran que «cuando algunos emisarios del presidente le sondearon, ella le dio calabazas». Los más cercanos del presidente lo niegan y añaden que, de haberse planteado, el actual y reducido espacio de Díaz y la ajustada suma de PSOE y Podemos han descartado esa opción. Por eso no habrá adelanto electoral. Porque Pedro Sánchez necesita darle tiempo a Díaz para recomponer un espacio que realmente ‘sume’ con el PSOE para gobernar a partir de 2024.