El Gobierno asume su papel de 'poli malo' para desligarse de Zarzuela: «No nos viene mal»
Fuentes gubernamentales confirman que Sánchez y Felipe VI celebraron su despacho el miércoles pasado en Zarzuela
El Gobierno clama por la falta de transparencia de la anterior Jefatura del Estado, pero se blinda ante la cascada de preguntas sobre las gestiones que el Palacio de la La Moncloa ha hecho con el Palacio de la Zarzuela para organizar una eventual estrategia ante la llegada del Emérito, si es que esta se ha producido. Porque, según confirman fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE, conversaciones entre el Ejecutivo y la Jefatura del Estado ha habido. Sin ir más lejos, Felipe VI y Sánchez despacharon el miércoles pasado en Zarzuela, 24 horas antes de la llegada de Don Juan Carlos a Galicia el jueves por la tarde.
Otra cosa es que de ellas haya surgido un plan que se haya llegado a ejecutar. Lo que deslizan las fuentes gubernamentales consultadas es que la Corona ha asumido el grueso de la estrategia y que el Gobierno se ha limitado a acatar asumiendo el mantra de que se trata de un «viaje privado» en el que el Ejecutivo no participa, si bien toda las decisiones sobre la seguridad del rey Emérito es gestionada por el Ministerio del Interior. «Interior no es Presidencia», explican en Moncloa desligándose de un operativo que pretenden dejar en el plano de las gestiones ordinarias y no de las operaciones extraordinarias que recaen sobre la cúpula del Gobierno en general y el ministro de presidencia en particular.
Es Félix Bolaños el interlocutor del jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, con quien negociaron el reciente decreto sobre la Corona y con quien se despachan las cuestiones que afectan a ‘La Casa’ al margen de los habituales despachos entre el rey Felipe VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, los miércoles por la tarde en Moncloa.
Sin embargo, el pulso que se ha producido entre Felipe VI y Juan Carlos I para poder viajar a España ha derivado en una «evasión» de la Jefatura del Estado que, a modo de reproche, cuestionan sólo en privado en el Gobierno. Un intento de Zarzuela de evitar la ocasión para evitar el peligro en la convicción de que el Emérito no se atrevería a darse un baño de masas como el que se ha producido en Sangenjo. Y, por ello, es Zarzuela quien más enfado acumula de entre las dos instituciones del Estado porque «no les ha salido bien».
«A nosotros no nos viene mal»
En contraste, «a nosotros no nos viene mal, ni al Gobierno ni al PSOE» porque se ha escenificado en los medios de comunicación un ˝reparto de papeles en el que nosotros asumimos el papel de malo de la película. Pero esto no nos viene mal» en tanto en cuanto desliga a Moncloa de la errática gestión de Zarzuela de este viaje del Emérito a España que sólo se critica en la esfera privada. En público, ni el Gobierno ni el partido quiso valorar la reacción de Don Juan Carlos al responder con un «explicaciones, ¿de qué?» a la pregunta sobre la petición de aclaraciones de su patrimonio y delitos fiscales archivados por la justicia.
Pero, en privado, en Moncloa califican de «chulesca» la reacción del Emérito y su nula intención de dar explicaciones o pedir disculpas, tal y como han venido solicitando desde el Gobierno y el PSOE algunos de sus principales portavoces. Una pista de ese malestar o reproche lo sugirió la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, este lunes en una entrevista en Radio Nacional: «Ha perdido una oportunidad que los españoles esperaban de dar explicaciones y pedir perdón».
Moncloa y Ferraz suben el tono
Desde Ferraz, el portavoz de la Ejecutiva, Felipe Sicilia, evitó ser tan contundente y se limitó a decir que «no hay ninguna novedad» respecto a su reclamación la semana precedente. «Esperábamos las explicaciones y disculpas por parte del Emérito». Preguntado por THE OBJECTIVE, Sicilia ha insistido en que «lo único que esperamos es que explique y pida disculpas» y evito valorar si la Casa del Rey ha gestionado correctamente el viaje del Emérito.
Tanto el portavoz socialista como la portavoz del Gobierno establecieron una linea divisoria entre Felipe VI y su padre para salvar a la Corona de las andanzas del Emérito. «Del actual Jefe del Estado reconocemos su papel para dar transparencia a la Casa Real y se pueda abordar la modernización de la Monarquía», señaló Sicilia. «Queremos reconocer la labor que el rey Felipe VI está haciendo con nuestro país», alabó Rodríguez. Alabanzas en público, reparto de papeles en privado y satisfacción porque, tras el escándalo Pegasus, esta nueva tormenta no descargue sobre el Gobierno sino sobre la primera institución del Estado.