El gasoducto con Italia propuesto por el Gobierno no estaría listo hasta 2028
El coste de esta operación sería casi ocho veces más caro que la alternativa con Francia, reticente ante las dudas que despierta el proyecto
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez junto a Mario Draghi. | Massimo Di Vita (Europa Press)
Los planes del Gobierno ante la negativa de Francia para construir el gasoducto Midcat -que conectaría España y el país galo a través de los Pirineos, permitiendo convertir el sur de Europa en uno de los grandes exportadores de gas a nivel comunitario– pasan por asumir que, si todo se tuerce, todos los caminos llevan a Roma.
Es por ello que el conocido como ‘plan B’ del Ejecutivo es una apuesta por conectar Barcelona y Livorno y crear una nueva conexión desde el sur, aunque lo que los ministros y el presidente no han explicado es que el coste de este proyecto sería de 3.000 millones y llevaría seis años de construcción.
Tal y como desvela el diario El Economista, la principal traba para este proyecto será su coste. Un gasoducto con Francia tendría un precio de 400 millones de euros, mientras que la alternativa italiana requeriría un desembolso de 2.500 y 3.000 millones de euros, aunque queda pendiente conocer el plan de viabilidad previo a cualquier operación de esta magnitud.
El gasoducto tardaría años en estar listos
Otro problema en unas obras que ni siquiera han comenzado se encuentra en el tiempo que tardaría en finalizarse la construcción de este proyecto. Atravesar el Mediterráneo hasta llegar a las costas italianas requeriría, según las primeras previsiones, de una construcción de más de seis años, que llevarían a que este proyecto estuviera finalizado en 2028 en el mejor de los casos, según asegura Enagás.
El actual Gobierno de Italia ha dado su visto bueno a la operación, aunque al encontrarse en la rampa de salida, será necesario granjearse el sí del próximo gabinete.
El presidente Pedro Sánchez anunció esta alternativa durante su visita a Colombia como parte de su gira latinoamericana ante las reticencias de Emmanuel Macron por el coste de la operación y el tiempo de construcción. A renglón seguido, los ministros Bolaños y Ribera salieron a defender esta propuesta, vislumbrada «con mucha seriedad» por el Ejecutivo, que recuerda que la principal alternativa sigue siendo el paso por el norte -financiado con fondos europeos-, aunque sin dejar de mirar al este.
