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El drama de Defensa con los médicos militares: no retiene al único que pasó la última oposición

La convocatoria extraordinaria de septiembre queda desierta al pedir la baja voluntaria el único opositor que superó las pruebas

El drama de Defensa con los médicos militares: no retiene al único que pasó la última oposición

La ministra de Defensa Margarita Robles. | Getty Images

La falta de miembros en el Cuerpo Militar de Medicina de las Fuerzas Armadas se ha vuelto preocupante. Se trata de una especialidad que ha dejado de ser atractiva para los galenos. La prueba más palpable es lo que ha sucedido este año: el Ministerio de Defensa no ha podido retener al único médico que aprobó la oposición extraordinaria del pasado 11 de octubre, J. G. M., quien apenas dos semanas después de lograr la plaza pidió la baja a petición propia.

El departamento que dirige Margarita Robles venía de una situación muy comprometida. En abril convocó 48 plazas de ingreso directo para oficiales de Medicina: en 25 puestos se exigía contar con una especialidad previa y en 23 no era necesario ese requisito. En agosto se publicaron los resultados de la oposición y en ella solo aparecieron como aprobados dos aspirantes del primer grupo y once del segundo.

Por lo tanto, el Ministerio de Defensa solo cubrió en abril el 27% de las plazas convocadas para captar nuevos médicos militares del ámbito civil para que diesen el salto a las Fuerzas Armadas, según adelantó El Confidencial Digital. Esa situación llevó al departamento de Robles a publicitar el 6 de septiembre una nueva convocatoria extraordinaria para médicos titulados. La oferta incluía 17 plazas en total, pero tampoco ha tenido el resultado esperado.

G. M. fue el único licenciado que aprobó esta última oposición de Defensa, a la que se presentó sin tener una especialidad. Logró la plaza en medicina familiar y comunitaria. Sin embargo, nada más llegar a Zaragoza pidió la baja a los 15 días. Fuentes castrenses consultadas por THE OBJECTIVE dan por hecho que el galeno prefirió las condiciones económicas de la sanidad civil, donde son más atractivas que en la militar, información desmentida por el propio G. M., que en declaraciones a este periódico ha explicado que «los motivos fueron estrictamente personales y familiares».

Defensa eliminó el límite de edad en las oposiciones

Al tema del bolsillo -el director del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla cobra la mitad que sus homólogos civiles de La Paz o el Ramón y Cajal, por poner un ejemplo- se unen las duras condiciones para ser médico militar dentro de las Fuerzas Armadas. Sobre todo, ante la posibilidad de ser movilizado para trabajar en misiones en el exterior o subir a bordo de buques de guerra para travesías de varios meses. De ahí que, de forma recurrente, tengan que echar mano de la vocación para compensar la difícil conciliación familiar y la mencionada discriminación salarial.

Defensa eliminó el límite de edad para los aspirantes a la última convocatoria extraordinaria, en un intento por cubrir el mayor número de vacantes que hay dentro de la Sanidad militar. Este hecho dio lugar a una paradójica situación: una de las candidatas se presentó a la oposición con 63 años, por lo que hubiera entrado directamente a la reserva de haberla aprobado.

Este fenómeno de las plazas para la especialidad de Medicina del Cuerpo Militar de Sanidad que quedan desiertas no es nuevo. En la oposición de 2021 se convocaron 46 plazas y se cubrieron 19: 15 de las 21 ofertadas sin exigencia de especialidad previa, y cuatro de las 25 con exigencia de especialidad. Aun así, esas cifras fueron ligeramente mejores que las de este 2022.

Todos ellos tuvieron que pasar primero por la Academia General Militar de Zaragoza para una formación específica y luego fueron destinados a la Escuela Militar de Sanidad, ubicada en la Academia Central de la Defensa en Madrid, donde continuaron con el plan de estudios para los oficiales médicos. Al finalizar el curso escolar, fueron promovidos al empleo de teniente.

Ante el alto número de plazas desiertas registrado el año pasado, Defensa recurrió a otra convocatoria extraordinaria con 28 plazas en liza, pero solo seis superaron las pruebas de la oposición. El departamento que dirige Robles ha lanzado campañas de reclutamiento específicamente dirigidas a este colectivo, pero no ha tenido éxito a tenor de los pocos médicos militares que entran en las Fuerzas Armadas.

«Siendo médico militar desarrollarás tu vocación con proyección de futuro contribuyendo a la seguridad, la defensa y el bienestar de nuestra sociedad. ¡No dejes escapar esta oportunidad!», arengó el Ministerio en su última convocatoria del pasado 10 de septiembre. Pero las palabras se las lleva el viento. Y, mientras tanto, se parchean los huecos con reservistas. Esta situación contrasta con el alto número de solicitudes de ingreso que hay en otros colectivos de las Fuerzas Armadas.

En la escala de tropa, por ejemplo, el pasado año hubo 37.757 solicitudes para 6.500 puestos en liza. Es decir, hubo 5,8 candidatos por cada plaza. Un porcentaje que va en aumento con el paso de los años, ya que en 2019 fue de 4,6 y en 2020, de 4,8 candidatos. Además, dentro de la Sanidad militar también hay especialidades que concitan el interés de los aspirantes y donde se logran cubrir casi todas las plazas que se ofertan: es el caso de Farmacia, Veterinaria, Odontología o Psicología. En la oposición de 2021 a la escala de oficiales enfermeros se completaron las 45 plazas que salieron a concurso. Es decir, el 100%.

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