Canarias amenaza con convertirse en otro vodevil para Podemos al estilo Andalucía
El ex dirigente de Podemos, Alberto Rodríguez, quiere liderar una confluencia regionalista parecida a Por Andalucía que los morados rechazan
La situación política en Canarias va acercándose a lo que ocurrió en Andalucía en el pasado verano, cuando la división interna en la izquierda, y el choque entre IU y Podemos, acabó con la debacle electoral de junio. Al igual que en Andalucía, en Canarias la formación morada se ha enfrentado a su ex secretario de Organización, Alberto Rodríguez, que aspira a lanzar una marca regionalista nueva y llegar a un acuerdo con Izquierda Unida para la candidatura de las elecciones de mayo. Podemos corre peligro de quedar excluido de las primeras negociaciones para las listas, al igual que ocurrió en Andalucía, con el caos de una candidatura presentada en los últimos minutos y con errores en el registro.
Rodríguez anunció en el pasado octubre el lanzamiento de un partido regionalista conocido como Proyecto Drago. Rodríguez ejerció de secretario de Organización de Podemos hasta su salida del Congreso. Y en esa presentación habló de un proyecto dirigido a defender la unicidad e intereses del archipiélagos: «Sin ningún lugar a dudas, vamos a estar presentes en las contiendas electorales de mayo y en muchas que vendrán. En qué formato y con qué fórmula, se irá viendo. Son decisiones colectivas. Esto no es el proyecto de Alberto Rodríguez», afirmó.
Tras su salida del Congreso, la relación con la cúpula de Podemos ha ido empeorando. Rodríguez dijo haber tenido pocos contactos con los referentes del partido morado después aquella salida, mientras que en esta formación hablan de un acercamiento al sector de Yolanda Díaz, lo que automáticamente le convierte en un traidor.
Choque entre Alberto Rodríguez y Podemos
Cuando perdió el acta de diputado, Rodríguez se dio de baja de Podemos y emprendió un nuevo camino personal. Esta semana, ha anunciado que pretende ser el candidato de una confluencia de izquierdas en Canarias, algo que desde el partido de Belarra rechazan. «Tenemos a la mejor candidata, Noemí Santana [actual consejera de Derechos Sociales], y estamos convencidos de que va a ser capaz de articular un proyecto de unidad de la izquierda lo más plural, diverso y representativo de la realidad social en Canarias», argumentó el portavoz Pablo Fernández.
Según afirman en el espacio de Unidas Podemos, el ex dirigente del partido morado aspira a llegar a un acuerdo de coalición con Izquierda Unida en la región para así poner entre las cuerdas a la formación de Ione Belarra e Irene Montero. Así que en Madrid se percibe el sabor a choque entre las diferentes familias de la izquierda.
Un Más Madrid canario
Podemos teme que Rodríguez trabaje para crear un sujeto político parecido al experimento exitoso de Más Madrid. La proliferación de este tipos de iniciativas amenaza con sustraer al partido muchos votantes, ampliando su brecha y debilidad territorial. Si Podemos nació como coagulante de todos los votantes que se sentían ajenos o críticos a los grandes partidos nacionales, ahora corre peligro de quedar como una fuerza más del sistema, menos atractivas que proyectos centrados en el territorio.
En Andalucía, Izquierda Unida intentó ese restyling político. Lideró una confluencia bajo la marca instrumental de Por Andalucía, capitaneada por la dirigente de IU Inma Nieto y bendecida por Yolanda Díaz (los morados cuestionaron el nuevo nombre). Podemos se sintió al margen del proyecto, y se sumó a la confluencia in extremis. Pero después culparon a Díaz y Alberto Garzón de trabajar con Íñigo Errejón para debilitarles. Los otros, en cambio, culparon al equipo de Montero y Belarra de los retrasos y de lograr un peso en las listas que no se correspondía a sus presencia en las diferentes provincias de Andalucía. El reparto del dinero de las subvenciones públicas agudizó el enfrentamiento.
La situación en Canarias amenaza con repetir lo ocurrido en Andalucía, explican fuentes de Unidas Podemos. Los morados se han enrocados y no quieren que Alberto Rodríguez les tome la delantera. Pero el ex número tres del partido de Pablo Iglesias aspira a liderar una confluencia que podría tener el visto bueno en la sombra de Yolanda Díaz y los dirigentes de IU como Garzón y Enrique Santiago. De ser así, a Podemos solo le quedaría romper o volver a las andadas de Andalucía, para sumarse a ella en los últimos compases de las negociaciones.
Cabe señalar que el caos generado en Andalucía no sirvió para que la nueva confluencia obtuviera un buen resultado electoral. La izquierda alternativa al PSOE logró su peor resultado histórico en la región. El PCE, tradicional fuerza principal de este segmento por presencia territorial, no logró ni un diputado autonómico. Y el Partido Popular su hizo con la mayoría absoluta de los escaños del parlamento regional.