Fran Hervías: «Tengo la moción de censura que Ciudadanos redactó contra Ayuso»
El hombre que fuera la mano derecha de Rivera en Cs se sincera con THE OBJECTIVE. Hervías espera que de las generales salga «un gobierno del PP con Vox»
Fran Hervías (Tossa del Mar, 1983) acaba de presentar su libro Ciudadanos. La historia jamás contada (Península) en el que relata su vida política en la formación liberal, de la que salió en marzo de 2021 para afiliarse al PP y trabajar en Génova a las órdenes de Pablo Casado y Teodoro García Egea. De aquellos días convulsos guarda bajo siete llaves el documento de la moción que los naranjas prepararon con el PSOE para desbancar a la presidenta de la Comunidad de Madrid.
No duda en echar las culpas a Inés Arrimadas de la situación por la que pasa la formación liberal -«Quien se carga a Ciudadanos es Inés», subraya-. También espera que de las próximas generales salga «un gobierno de PP con Vox» pues Alberto Núñez Feijóo tiene «imposible» alcanzar la mayoría absoluta por sí solo. Y de los 200 dirigentes y cargos de Cs que aparecían en su informe entregado en Génova hace dos años, únicamente quedan una treintena por pasarse al PP.
PREGUNTA.- ¿Por qué este libro?
RESPUESTA.- Básicamente, decido escribir el libro tras ver todas las falsedades que se han dicho sobre mí. Cuando yo decido dejar Ciudadanos y el acta en el Senado, desde mi antiguo partido salen en tromba con acusaciones muy graves, afirmaciones muy duras, que no es que se quedaran en ese día, sino que se han alargado durante dos años. Es un libro que lo que quiere es aportar luz y hacer un poco de justicia, ante la injusticia de todo lo que se ha dicho. Y también por mi hijo. Porque se han dicho tantas barbaridades sobre mí, una persona como yo que dejo mi acta en el Senado, algo que muy poca gente hace, lo dejo todo y me voy a trabajar, porque yo lo que quiero es ganar a Sánchez y Pablo Iglesias. Yo pensaba en mi hijo cuando fuese mayor y que a lo mejor va a leer por internet, va a empezar a buscar información y va a leer mentiras. Así que es un libro escrito por mí para que cuando lo lea, diga: «Vale, esta es la película, esto es lo que pasó».
P.- Bueno, vamos a empezar por el comienzo también de Ciudadanos. Ya han pasado muchos años de la aparición de Ciudadanos. ¿Cómo ve la Cataluña de hoy en día?
R.- Pues bueno, ahí está la actualidad. La performance que montaron con (Clara) Ponsatí. Realmente es triste. Cuando tienes un gobierno como el de Pedro Sánchez, con toda la morralla parlamentaria, en el que priman su interés personal por encima del interés de los españoles, nos encontramos, como hoy en día, que ser un delincuente en España sale gratis. Si tú eres una persona que homenajea a terroristas y después no te pasa nada, si tú eres una persona que comete un golpe de Estado y no te pasa nada, si eres una persona que te ponen y metes la mano en la caja y robas… Oye, pero no pasa nada. Ya te indultarán. En definitiva, como decía aquel, están dejando una España bonita. Y por tanto, Cataluña es igual. Hay mucho hartazgo. Allí voy a menudo por temas personales, temas de trabajo, y hay mucho hartazgo de la gente. Ya no es aquella Cataluña productiva, aquella Cataluña risueña, aquella Cataluña abierta, cosmopolita. Es una Cataluña cerrada, triste, oscura, gris. Ya no hay esa vida. Y los que viajamos mucho, lo notamos. Te vienes a Madrid y el Madrid de hoy es lo que era la Barcelona de hace 20 años. Al final, el nacionalismo, todo lo que toca lo corrompe.
P.- Usted vive en Sevilla, Albert Rivera en Madrid, Juan Carlos Girauta se vino a Toledo. Sus padres han vuelto a Granada como cuenta en su libro. Parece, no sé si decirlo, una maldición o todos los que empezaron en aquel Ciudadanos da la sensación de que han tenido que salir de Cataluña, como pasaba en el País Vasco en los tiempos de ETA.
R.- Sí, la verdad es que hay mucha gente. Conozco mucha gente que ha dejado Cataluña por la política, por el nacionalismo, por la asfixia. Tenga en cuenta que los que nos consideramos catalanes y españoles, y lo decíamos y lo defendíamos sin tapujos y sin medias tintas, nos sentimos orgullosos de ser españoles. Automáticamente se te señalaba, se te insultaba, se te discriminaba, se te apartaba. Y eso ha pasado siempre. No es de ahora. No salía. Ahora se ha dado a conocer. A partir de cuando aceleraron el tema del procès, se ha dado a conocer, pero el libro lo cuenta. De niño lo he pasado yo: no podía decir que mi padre era guardia civil, porque estaba Terra Lliure. Me acuerdo, de niño, que no podía decirlo porque te la jugabas. Jugabas a que uno te pegara, el otro te insultara. Tenía que decir que mi padre era funcionario y, de hecho, cuando alguien se enteraba de que era guardia civil en el colegio, comenzaban a… A mí, me ha dado igual. Yo creo que crecemos con una piel más dura en una casa cuartel de la Guardia Civil en Cataluña. Con el tema del terrorismo ETA, creo que nacemos ahí con una piel diferente.
«Antes de Ciudadanos, los imputados por corrupción política se sentaban en los escaños, no dimitía nadie»
P.- Pero los constitucionalistas, ¿pueden vivir en Cataluña, pueden seguir estando allí?
R.- Los constitucionalistas pueden vivir en Cataluña, faltaría más. Pero sí es verdad que no puedes ejercer tu libertad. Si tú vienes a Madrid, nadie te pregunta quién eres, ni de dónde eres y de dónde vienes. Si tus apellidos son ocho apellidos catalanes o tienes ocho apellidos toledanos. Es decir, nadie te lo pregunta. Pero ni en Madrid, ni en Sevilla, ni en Asturias, ni en Burgos, ni en Valencia, sólo en Cataluña. Y entonces hay esa parte, al final, que es el supremacismo. Si tú eres catalán, eres de los míos. Si no lo eres, eres un charnego, no eres de los míos. Ese supremacismo, que es típico de todos los nacionalismos, existe y eso origina que los constitucionalistas pueden vivir en Cataluña, pero no pueden vivir con la libertad que podrían, que deberían.
P.- ¿Mereció la pena el nacimiento de Ciudadanos?
R.- Claro que mereció la pena. Mucho. Gracias a Ciudadanos, se comenzaron a cuestionar funcionamientos de la política española que hasta entonces nadie lo había hecho. Nadie ponía encima de la mesa que era necesario un pacto nacional por la educación, porque en la enseñanza se adoctrinaba en ciertos sitios de España. Nadie cuestionaba la funcionalidad del Senado y que era necesario reformarlo y que fuera una cámara territorial real. Y algo muy importante para mí. Antes de Ciudadanos, los imputados por corrupción política, los corruptos se sentaban en los escaños, no dimitía nadie. Hasta que no te metían en la cárcel, nadie se iba. Y los dos principales partidos era algo que lo tenían institucionalizado. Si alguien estaba imputado, si acaso se le apartaba y ya después se veía qué hacer. Gracias a Ciudadanos, no hay imputados por corrupción política ocupando un escaño. Y eso es un logro que ha conseguido Ciudadanos. Y después, la clave de todo y lo más bonito para mí: gracias a Ciudadanos se rompió la espiral del silencio en Cataluña y gracias a ello, conseguimos que miles y miles y miles de catalanes alzaran la voz y dijeran: «Hasta aquí hemos llegado».
P.- ¿En qué momento se torció el proyecto de Ciudadanos?
R.- Hay dos Ciudadanos. Está el Ciudadanos auténtico, que representaba los valores liberales, de defensa de derechos individuales, donde tenían cabida las sensibilidades ideológicas de muchos aspectos. Pero ese Ciudadanos desaparece en el momento que Albert (Rivera) se va. Cuando se va, ese Ciudadanos desaparece. Yo fui de los que apoyó a Inés (Arrimadas) y le eché una mano. De hecho, entró en Ciudadanos y en la dirección de mi mano, y yo la apoyé a pesar de saber muchas cosas que había hecho en contra de la estrategia que se marcaba en su día. Y la apoyé, pero me equivoqué. Cuando, de golpe, ves a Inés con Carlos Cuadrado y José María Espejo, que comienzan a darle cheques en blanco a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias, es que algo no funciona. Yo intenté cambiarlo y hablé con ellos varias veces, sobre todo con Cuadrado y con Espejo. Y les decía: «Oye, que esta estrategia no puede ser, que no podemos ir por este camino». Ellos seguían. Una persona liberal quiere que una Ayuso sea presidenta de la Comunidad de Madrid y gobierne Madrid. En cambio, Inés lo que quería era quitar a Ayuso de la presidencia de Madrid para poner a (Ángel) Gabilondo o quitar a (José Luis Martínez) Almeida de alcalde de Madrid para poner a Begoña Villacís. Esas mociones de censura, que no tenían ninguna lógica, ni pies ni cabeza, además en plena pandemia, son el claro ejemplo de la deriva, no estratégica, sino ideológica, en la que sumió Inés a Ciudadanos. Dejó de ser lo que era y se convirtió en algo totalmente irreconocible. Y algunos, para no tener que cambiar de principios, tuvimos que cambiar de partido.
P.- Pero a Inés mucha gente la recuerda disciplinada con Albert, y sin ninguna declaración altisonante. El libro desnuda a esa Arrimadas que llegó a ser un mito, una heroína nacional como la define.
R.- Efectivamente, Inés llegó a ser una heroína nacional y con unos discursos brillantes, de lo mejor que se ha escuchado en Cataluña. Y en el libro lo pongo y lo explico, que yo me sentía orgulloso de ver a Inés, a Espejo, a Carrizosa, defendernos a los constitucionalistas en aquellas semanas duras (de 2017) cuando el golpe de Estado. Una cosa no quita la otra. Por eso digo que es un libro justo, porque explico todo tal y como fue. Yo discrepaba de muchas cosas también, pero se lo decía a Albert, a Villegas. En el libro explico esas discrepancias. No lo aireaba a los cuatro vientos. Y cuando estaba Inés, a Inés yo también le decía: «Oye, cuidado con los pactos con Sánchez». Yo les trasladaba, desde la lealtad al proyecto y la lealtad interna, la parte de que esto es un error, que por ahí no podemos ir. En el libro lo detallo. Yo alcé la voz ya después de las elecciones catalanas. Estamos hablando más de un año después. Durante ese año (2020), yo soy leal hasta que llega un punto, cuando salen diciendo que la culpa es de Rivera, de la herencia del equipo de Albert, del pasado. Ahí dije que no podía, que hasta aquí.
P.- Justamente, el equipo de Inés hablaba mucho de la herencia recibida como un baldón…
R.- … de la que ellos formaban parte.
P.- ¿Considera que Ciudadanos se termina de estropear con ella? ¿Ella es culpable de la situación actual de Ciudadanos?
R.- Claro. Inés coge un partido con 1.700.000 votantes en las generales, un partido con diez diputados nacionales, 169 diputados autonómicos, 3.000 concejales, ocho eurodiputados y creo que seis o siete senadores. No está mal, ¿eh? Gobernando para 20 millones de españoles y por delante toda una legislatura entera, porque estábamos hablando que no llevábamos nada. Es decir, quien se carga a Ciudadanos es Inés. Nosotros le dejamos un partido con casi 30.000 afiliados, insisto, 160 diputados autonómicos, diez diputados nacionales, siete senadores, ocho eurodiputados y 3.000 concejales, nada más y nada menos. Si tú realmente eres bueno, eres brillante, Albert muy malo. Y los del pasado son muy malos, pero tú heredas un músculo institucional muy, muy importante, nada menos que el tercer partido político de España a nivel autonómico y municipal. Hombre, yo creo que tienes un buen ejército, una buena tropa en todo los territorios de España para poder tirar hacia adelante. De hecho, Cs estaba en un 6-7% de voto y después, cuando comienza con las mociones de censura, los pactos con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, es cuando comienza a caerse. Me gustaría saber qué le pasó por la cabeza a Inés para dar la espalda, para querer entregar Ciudadanos a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. ¿Qué hubo ahí? Porque Inés venía de sufrir el nacionalismo en Cataluña.
P.- Llega a decir que ese Ciudadanos pensaba en formar gobierno con Sánchez, que Cuadrado lo planteaba internamente.
R.- Sí, sí, así es. Realmente, a mí me trasladan que no se descarta entrar en gobierno y me insistía en la frase ‘Es que vamos a tener más poder con diez diputados que con 57’. Claro, cuando te dicen que van a tener más poder con 10 que con 57.
P.- ¿No le llegaron a profundizar cómo sería esa coalición con Sánchez? Porque se tendría que prescindir de Podemos, entiendo yo.
R.- Ellos decían que había movimientos en los que querían que Ciudadanos entrara en gobierno para moderar. Es decir, una estrategia lógicamente de Moncloa para meter a Ciudadanos en el bolsillo. Y yo dije, si le están poniendo alfombra roja y han perdido el oremus…por eso digo que a mí me gustaría saber exactamente qué hubo ahí para dar ese viraje apoyando a Sánchez y a Pablo Iglesias. Cada vez que lo pienso, a día de hoy no encuentro explicación.
P.- ¿Cree que Rivera se arrepiente de Arrimadas?
R.- Hay que preguntárselo a él, pero no creo que se arrepienta. Yo no me arrepiento de todo lo que ayudé a Inés y todo lo que hice por ella, que tuve que dar la cara por ella y protegerla. Hizo una buena labor en su día en Cataluña, a pesar de las discrepancias, a pesar de oponerse a algunas estrategias que queríamos hacer. Pero vamos, yo no me arrepiento ni de Inés, ni de Toni Roldán… cada uno entró a aportar su granito de arena. Lo que sí es que estoy decepcionado. Es una decepción. Cuando uno se decepciona con alguien es porque realmente le tenías un cariño a esa persona. Pero esa decepción es mayor porque te aporta esa tristeza de el por qué. El por qué lo habéis hecho y por qué me habéis hecho esto.
P.- Se marcha de Ciudadanos justo cuando se presenta la moción de censura en Murcia y en el libro se queda justo ahí. Me gustaría que contase cómo fueron aquellos días, porque creo recordar que tanto el PP como Ciudadanos le pidieron ayuda para intentar resolver lo que parecía irresoluble. Era una moción de censura de Ciudadanos y PSOE, con el apoyo externo de Podemos y contra el PP, que era el socio del gobierno hasta entonces en Murcia…
R.- …de hecho, yo decido irme de Ciudadanos el 18 de febrero. En el libro lo explico y justo la semana que voy a (anunciarlo), después venía el nacimiento de mi hijo y lo tuve que aplazar. Pero yo, después de la reunión con Carlos Cuadrado y José María Espejo el 17 de febrero, a una trabajadora del partido se lo digo, que me voy a ir, lo voy a dejar, no tengo cabida. Me acuerdo de ese día que llamé a (su mujer) Virginia y me puse a llorar saliendo de la sede de Ciudadanos. Rompí a llorar porque, y a día de hoy es que me da pena, porque joder, era muy bonito lo que construimos y cuando ves lo que hacen ellos. Y coincidió con la moción de censura de Murcia. Sí, me acuerdo. De hecho estaba yo, casualidades de la vida por plaza Colón, de golpe me llamaba Cuadrado para pedirme ayuda, que si por favor podía localizar a (la consejera) Valle Miguélez de Murcia y hablar con los diputados de allí, porque ella tiene la llave de la gobernabilidad, y que intenté hablar con ella. Y yo ya había decidido irme de Ciudadanos y había hablado ya con Pablo Casado y Teodoro García Egea de que me iba a ir con ellos a trabajar. Y a pesar de ello, yo llamé a Valle y dije oye, que sepas que me llama Cuadrado. No la localizaban. Y cuando conseguimos hablar con ella, le dije a Cuadrado ‘Oye, no hay nada que hacer’.
P.- ¿Era muy frágil esa moción de censura?
R.- Hombre, quien conocía el partido sabía que no podías hacer esa moción de censura. Y además, coordinando una moción de censura en la Región de Murcia, Ayuntamiento de Murcia. Comunidad de Madrid y Ayuntamiento de Madrid.
P.- ¿Es verdad que corría riesgo la Comunidad de Madrid? Porque eso lo siguen negando en Ciudadanos.
R.- De hecho, la moción está redactada. Te puedo decir la persona que redactó la moción. Y hasta te puedo decir que la misma mañana llamaron a los senadores para que fueran corriendo a la Asamblea (madrileña) a firmar la moción de censura, tanto a los del PSOE como a los de Ciudadanos. Es más, es que no lo digo yo. Es que el propio (José Luis) Ábalos lo ha explicado. Pero sin señales de todo lo que se fraguó. Estaba acordada esa moción de censura. Pero es que, algo que cuento en el libro, a principios de febrero, durante las elecciones catalanas, que es cuando se preparan todas las mociones de censura, un alto dirigente de Ciudadanos, no voy a decir el nombre, habla con tres altos dirigentes de la Comunidad de Madrid, de Ciudadanos, y les pregunta que cómo verían la moción de censura en Madrid, que si la hacían en Murcia, que qué pasaría en Madrid y cómo verían hacer las dos mociones de censura juntas. Y me consta que las tres personas a las que el acto dirigente de Ciudadanos les hizo esas preguntas, todos ellos hombres, le dijeron que era una locura.
«La moción de censura contra Ayuso se redactó y se pasó para que la firmaran los diputados de la Asamblea de Madrid»
P.- ¿Que era una locura intentarlo en Madrid?
R.- Y en Murcia en general, que era una locura. Uno de estos altos dirigentes me dijo ‘Nos han engañado, nos han vendido’. Creo que ese mensaje me lo resume claramente todo. No tenía ningún sentido. ¿Por qué quieres quitar a Ayuso de presidenta de la Comunidad Madrid?, ¿por qué Inés quería quitar a Ayuso o a Almeida de alcalde de Madrid? Además, Ayuso, que era la que estaba sacándole los colores a Pedro Sánchez, que era el azote del sanchismo. Y tú te pones a intentar quitar Ayuso de la Comunidad de Madrid. Por eso yo digo que esos pactos con Sánchez, esa protección que al fin y al cabo lo que hacía Ciudadanos era proteger a Sánchez y fortalecerle. Te quito a la persona que más te molesta, que más daño te está haciendo, que es Díaz Ayuso. Y además te lo entrego a ti, porque pongo a Gabilondo de presidente.
P.- ¿Era poner a Gabilondo en la presidencia de la Comunidad de Madrid y a Begoña Villacís…
R.- …en el Ayuntamiento de Madrid. Y eso lo explica Ábalos. La moción de censura se redactó y se pasó para que la firmaran los diputados de la Asamblea de Madrid. Y no digo la persona que la redactó porque es muy buena amiga mía y por eso nunca he sacado ese documento, porque lo tengo en digital.
P.- Su paso por Génova fue breve porque duró lo que Pablo Casado y Teodoro García Egea. ¿Cómo fueron aquellos meses de asesor del PP, qué le encomendaron, qué hacía en el día a día?
R.- Pues muy bonito, la verdad. Me centré donde dejo Ciudadanos y mi acta del Senado, me voy como un trabajador más a Génova, como un asesor más contratado por Ana Beltrán, por la vicesecretaria general de Organización. Yo me voy a preparar lo que consideraba que se tenía que hacer, que es reunificar el centroderecha para ganar a Pedro Sánchez. Desde Ciudadanos no conseguimos ganar, no conseguimos el objetivo. Y España tiene un problema que se llama Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, entonces Podemos. Había que dar servicio a España por amor a España uno tenía que remangarse y ponerse a trabajar para intentar revertir la situación. Yo hago todo un documento de estrategia, de reunificación del centro-derecha con un plazo, un calendario de ejecución, un listado de personas, no solo de Ciudadanos sino de la sociedad civil, el mundo del periodismo, de la cultura, del deporte, políticos de otras formaciones políticas también, qué formaciones políticas también podían apoyar en un momento dado al Partido Popular en las elecciones generales. Un documento estratégico que servía para esa unificación. Y yo ahora, cuando veo lo que se está haciendo desde Génova, yo me alegro porque realmente están haciendo, ejecutando esa misma estrategia que en su día algunos dejamos diseñados allí.
P.- O sea, ¿que el informe Hervías está siendo utilizado por Feijóo?
R.- No lo sé si lo está utilizado, no sé si está siendo utilizado el mío o alguien ha hecho uno que es igual que el mío. También puede darse el caso. Sea una cosa, sea la otra, si es alguien que ha hecho una estrategia que es igual que la mía, quiere decir que hicimos un buen trabajo porque coincidimos en lo que piensa la estrategia de Feijóo de unificar el centro-derecha. Y si han cogido el mío y lo están ejecutando, pues también me alegro porque, insisto, señal de que hicimos muy buen trabajo y que lo que teníamos planificado era lo mejor que le podía pasar al PP y por tanto, lo mejor que podía pasarle a España.
P.- ¿Se fue o prescindieron de usted cuando llegó el equipo de Feijóo a Génova?
R.- Ahí se publicaron muchas falsedades, que me habían despedido de una manera muy graciosa, porque cada dos o tres días decían que era mi último día en Génova. Y yo estaba allí en Génova. A varios periodistas les tuve que pasar mi vida laboral para que vieran que estaba de alta, así como la cláusula de mi contrato, que estaba vinculado a Ana Beltrán. Cuando deja de ser vicesecretaria general de Organización, la cláusula del contrato se ejecuta. Todo correcto. Era lo que yo decía: yo tengo la cláusula y el equipo nuevo de Feijóo tendrá que decidir si cuenta conmigo o no cuenta conmigo. Tendrán que decidir ellos. Ellos decidieron no contar conmigo en esta nueva etapa, pero sí ejecutar toda la estrategia que yo tenía pensado. Por tanto, lo que yo quería, que al fin y al cabo es lo importante, que lo que uno quiere se haga, se está haciendo. Por tanto, estoy feliz.
«Me sorprende que Ciudadanos haya puesto a Villacís de número uno. Es algo un poco surrealista»
P.- De los 200 nombres más o menos que incluía en tu informe, ¿cuántos pueden estar ahora ya dentro del PP o en la órbita o ayudando al PP?
R.- Se lo diré al revés. Quedan por incorporarse, de personas de peso, en torno a unos 30 más o menos.
P.- Ahí entiendo que tienen que estar Begoña Villacís e Inés Arrimadas, que las incluía en tu informe.
R.- Yo incluí a Begoña Villacís en el informe por el tema de imagen, que era una persona que podía tener esa proyección y visualizar el tema de lo que es. Era el activo que tenía Ciudadanos. Digo era porque después la pillaron, como digo yo, con el carrito de los helados negociando con el PP de la manera que lo hizo, tan torpe.
P.- Con Elías Bendodo…
R.- …ahí, su imagen se.. a mí me sorprende que Ciudadanos la haya puesto de número uno (por Madrid). Una persona que está negociando irse a otro partido y le dicen ‘Bueno, como no te quieren, pues ahora no te dejamos y encima te aplaudimos’. Es algo un poco surrealista, pero bueno, cada uno en su casa que haga lo que quiera. Inés también la puse, en ese sentido, también como imagen y presidenta del partido, pero añadía lógicamente que Inés era una persona que había traicionado al PP.
P.- ¿Ah sí?, ¿cuándo?
R.- Con las mociones de censura. Inés ha traicionado. Lo que he dicho, Inés quería quitar a Ayuso de presidenta de la Comunidad de Madrid. Pregunte a un votante de Ciudadanos, a un madrileño, qué le parece quitar a Ayuso de presidenta de la Comunidad de Madrid para poner a Gabilondo.
P.- ¿Y no le sorprende lo que dice de que Arrimadas está negociando con el PP ahora?
R.- Me llega de varios sitios que ha abierto una vía de negociación. Algo también un poco surrealista. Que una persona que traiciona a un partido, que habla pestes de ese partido, que lo pone de vuelta y media… porque Inés es más vehemente estos años con el PP que con Sánchez. Curioso, ¿no? Aunque el otro día hizo un discurso magnífico con la moción de censura (de Vox), después votó a favor de Sánchez. Pero sí, quiere seguir siendo diputada nacional y quiere ir, según me dicen, por la provincia de Cádiz. Vamos a ver si es verdad o no lo que me ha llegado.
P.- Unas semanas antes, ella decía que ‘O con Ciudadanos o con nadie’. Es muy vehemente en sus declaraciones y en que ha rechazado todas las ofertas del PP.
R.- Eso también lo decía Juan Marín, que ‘yo de Ciudadanos me voy a mi casa’. También lo decía Marta Bosquet, la presidenta del Parlamento de Andalucía. Es decir, lo han dicho tantos que al fin y al cabo uno sabe ya cuando alguien dice la verdad o miente. En este sentido, después de ver que todos los de Ciudadanos que eran ‘yo soy muy de Ciudadanos y yo soy más de Ciudadanos nadie’ y te insultaban a los que habíamos dejado nuestra acta. Yo me fui del PP por convicción, no por necesidad. Toda esta gente se va al PP por necesidad, porque no tienen vida más allá de la política. Este gente sin formación, sin estudios. No es el caso de Inés, pero sí el de Juan Marín: sin formación, sin estudios, dando lecciones y después fue mendigando un puesto porque no tenía nada de la empresa privada. Algunos dejamos la política, dejamos nuestro escaño, nos pusimos a trabajar y seguimos trabajando y no nos va nada mal.
P.- Dice que ha dejado la política. ¿Qué está haciendo ahora?
R.- Me dedico a la consultoría política y empresarial.
P.- ¿Sigue afiliado al PP?
R.- Sigo afiliado al PP.
«Lo que espero es que haya un cambio político en España y que haya un gobierno del Partido Popular con Vox»
P.- Y en esa consultoría política, ¿a quién está ayudando?
R.- Yo, con todos mis clientes, firmo una cláusula de confidencialidad. Pero estoy ayudando a unos cuantos del PP de cara a las elecciones que vienen.
P.- ¿En el ámbito municipal o en el autonómico?
R.- Estoy ayudando a unos cuantos.
P.- ¿Y solo del PP?
R.- Sí, del tema electoral, sí. Es incompatible desde un punto profesional. No puedes estar trabajando para unos y para otros.
P.- ¿Qué cree que va a pasar después del 28-M con Ciudadanos?
R.- Ciudadanos va a desaparecer después de estas elecciones de todos los parlamentos autonómicos y de todos los principales ayuntamientos. Y lo que espero es que haya un cambio político en España y que haya un gobierno del Partido Popular con Vox.
P.- ¿No será difícil?
R.- Digo que es lo que espero. Después veremos qué es lo que pasa.
P.- ¿Ve con posibilidades al PP de conseguir la mayoría absoluta?
R.- ¿A nivel nacional? No, no, es imposible.
P.- ¿Y volverá a la primera línea política?
R.- No tengo ninguna intención. Hay una vida maravillosa fuera de la política. En política he visto lo peor de las personas. He visto cosas que se han hecho muy feas. En mi libro detallo algunas de ellas. Las he sufrido en mis carnes en primera persona. Entonces, cuando ves hasta dónde es capaz de llegar el ser humano por tener una silla, un puesto y después también, lo que he vivido. Yo era senador y dejé mi acta. La gente coge un sillón y no lo suelta. Yo no tuve ningún inconveniente en soltar acta en el Senado y lo hice por principios y valores. Porque yo no iba a estar ocupando un escaño, representando a un partido, que estaba apoyando a un gobierno de Sánchez y Pablo Iglesias.