ERC impulsa un «código de conducta» en el Parlament para censurar los discursos de Vox
Presentan una proposición de ley para reformar el reglamento del Parlament y vetar las intervenciones de Vox que consideren «discurso del odio»
Ignacio Garriga en el Parlament. | Vox
ERC y la CUP han presentado este martes una proposición de ley en el Parlamento catalán para llevar a cabo una reforma exprés del reglamento de la Cámara autonómica con el objetivo de evitar los «discursos de odio» que, a su juicio, propaga Vox durante sus intervenciones desde la tribuna de la institución.
Estos dos partidos independentistas llevan tiempo trabajando en esta iniciativa y están en negociación para encontrar nuevos apoyos una vez se lleva al pleno del Parlament. No obstante, esta medida ha encendido las alarmas de diputados de la oposición porque puede «vulnerar los derechos parlamentarios» de algunos diputados y atentar contra la libertad de expresión.
Letrados de la Cámara catalana, consultados por THE OBJECTIVE, también tienen dudas sobre «las consecuencias» de esta reforma: «Existe la posibilidad de establecer límites al discurso parlamentario en casos excepcionales. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos tiene doctrina al respecto y algunos parlamentos, como el Parlamento Europeo, lo prevén. Sin embargo, hay que hilar muy fino y la propuesta presenta algunos problemas en este sentido».
ERC y la CUP pretenden que este nuevo «código de conducta» tenga carácter legal y, por esta razón, buscan que se incorpore en el reglamento del Parlament. Según el texto registrado, al que ha tenido acceso la Agencia Catalana de Noticias, los diputados «no pueden incurrir en el discurso de odio o intolerante ni incitar a la discriminación por razón de género, orientación sexual, creencias, ideología, origen condición social, etnia, lengua, discapacidad o cualquier otro» cuando hagan sus alocuciones en el Parlament.
Expulsión del hemiciclo
Las dudas que genera es porque la medida ha sido creada ad hoc contra una formación, Vox, y se teme que la falta de concreción del propio código de conducta pueda inducir a una arbitrariedad manifiesta de la Mesa del Parlament si se hace una lectura muy restrictiva de lo que se considera «discurso de odio».
En esta reforma se incluyen los discursos de forma explícita como uno de los motivos para que la presidencia del Parlament pueda llamar al orden a un diputado y eventualmente expulsarlo del hemiciclo si persiste en su actitud. Según ERC y la CUP, los discursos contra la ideología de género o las teorías LGTBI de la formación verde serían «discursos homófobos».
Declaraciones institucionales
La propuesta de ERC y la CUP establece tres grandes criterios para determinar si se ha producido discurso del odio durante una intervención: las «intenciones identificables del orador», la «percepción de la intervención por parte del público» y si perjudica la reputación de la propia institución.
En la misma línea, su ofensiva contra Vox también abarca que no puedan ser elegidos para formar parte de los órganos del Parlament, ser nombrados ponentes ni formar parte de las delegaciones oficiales, salvo si rubrican el compromiso de ‘tolerancia cero ante la discriminación y el acoso’ (y que Vox se ha negado a firmar).
Vox se ha convertido en la cuarta fuerza del Parlament, con 11 diputados. Su política desde su irrupción a la Cámara catalana tras las elecciones de febrero de 2021 ha sido la de desmarcarse de las declaraciones conjuntas. En este sentido, la propuesta de ERC y la CUP pide que se puedan aprobar «declaraciones institucionales» por una mayoría calificada de dos tercios en la Junta de Portavoces y no por unanimidad, ya que desde la entrada de Vox no se ha podido aprobar ninguna declaración institucional en nombre del Parlament.
