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Política

Sánchez frenó la marcha de Vara para que pilote un posible congreso extraordinario del PSOE

El entorno de Vara confirma la «conversación entre amigos». Fuentes socialistas lo ven como «figura de autoridad» para una posible transición

Sánchez frenó la marcha de Vara para que pilote un posible congreso extraordinario del PSOE

El presidente extremeño en funciones, Guillermo Fernández-Vara, y el líder del Ejecutivo, Pedro Sánchez.

En la noche electoral del domingo 28-M, el presidente de la Junta extremeña, Guillermo Fernández Vara, dejó claro que tiraba la toalla al afirmar rotundamente: «He fracasado. Habéis hablado y lo que habéis decidido es que yo no siga siendo el presidente de la Junta». Su derrotismo dejaba poco lugar a dudas, pero el lunes a mediodía las sospechas se tornaban en realidad en la noticia del diario Hoy de Extremadura: Guillermo Fernández Vara deja la política y pide reingresar en su plaza de médico forense. En su entorno intentaban echar el freno apelando a la reunión de la Ejecutiva del martes 30: «Hasta entonces no dirá nada», explicaban fuentes cercanas a THE OBJECTIVE. Veinticuatro horas después, Fernández Vara daba marcha atrás.

Pasadas las 18:30 horas, el presidente extremeño en funciones comparecía en rueda de prensa para dar la sorpresa: un giro de 180 grados en forma de presentación a la investidura: «Que nadie tenga dudas, como ganadores de las elecciones, vamos a intentar gobernar. Ahora sólo queda saber si gobierna el partido que ha ganado las elecciones o no». Y añadió: «Mi futuro es lo de menos; si no soy presidente de Extremadura, facilitaré el relevo  iniciando un proceso de nuevo congreso en otoño». 

Llamada de Pedro Sánchez

Lo que se produjo entre medias de estas dos posiciones antagónicas, según ha podido saber THE OBJECTIVE, fue la llamada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la tarde de ese mismo martes. Una conversación en la que el líder del Ejecutivo le pidió a uno de sus barones más afines que «aguantase» hasta después de las elecciones generales del 23 de julio. Primero, porque debía intentar formar gobierno en Extremadura para apuntalar su victoria y «no hacerse un Arrimadas», en referencia a la líder de Ciudadanos, que ganó las elecciones en Cataluña en 2017 y renunció a presentarse a la investidura. 

Pero había un segundo mensaje en clave interna. Guillermo Fernández Vara no podía irse en el momento presente por ser una «figura de autoridad», alguien llamado a liderar el proceso de transición del PSOE después del 23-J en el caso de que se produzca la previsible derrota socialista. Es decir, el hombre con el predicamento interno suficiente para presidir una gestora que lleve al partido a un congreso extraordinario con el menor revuelo posible. Fuentes cercanas a Fernández Vara confirman a THE OBJECTIVE esta llamada, a la que se refieren como «una conversación entre buenos amigos», pero evitan comentar la petición de Sánchez a Vara de «aguantar», presentarse a la investidura y hacerlo con la segunda pantalla de una eventual derrota el 28-M en la cabeza. 

Guillermo, el barón sanchista

No obstante, fuentes socialistas corroboran que esa es la idea que está encima de la mesa. «No hay nadie más que Guillermo para llevar a cabo ese proceso», dada su condición de barón sanchista -el único que está integrado en la Ejecutiva del PSOE-, y con un especial carácter de moderación que será útil en el caso de que se repita la debacle del 28-M en el mes de julio porque «habrá que aplacar los ánimos». De ahí que el presidente pueda tirar de otros perfiles de autoridad y respeto interno como el de Margarita Robles como numero dos por Madrid, que podría asumir el liderazgo temporal en el Congreso hasta la celebración de primarias y la elección de un nuevo secretario general. 

Porque lo que revela la conversación desvelada por THE OBJECTIVE es que el presidente Sánchez se mueve en una doble vía: de un lado, pensando en «aglutinar el voto de Podemos» para sacar el mejor resultado posible para el PSOE; del otro, y compatible con lo anterior, asumiendo que sólo será posible contener el golpe y es urgente preparar simultáneamente el proceso de sucesión y la era post sanchismo. Una empresa de gran complejidad como aventuran los más anti sanchistas: «Pedro no ha permitido crecer la hierba bajo sus pies. Ha sido el alfa y la omega del PSOE. Todo ha girado en torno a él. Su marcha puede ser terrible». Son muchos los represaliados de Sánchez que esperan a ajustar cuentas con el presidente: «Pedro va a recoger lo que ha cosechado». El problema será dilucidar qué tiene el PSOE después del sanchismo.

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