Podemos detecta injerencias de Sumar para alejar a Ione Belarra de Irene Montero
En el partido morado descartan tajantemente que se produzcan divisiones entre la secretaria general y la número dos, aunque dudan de otros cargos
El partido morado afronta con dificultad y cierto temblor su nueva etapa política, ya sin Pablo Iglesias al mando y con una lideresa, Irene Montero, vetada no solo por Yolanda Díaz sino también por muchos de aquellos amigos y compañeros que durante años respaldaron a la pareja que lideraba Podemos. La «soledad» de Montero e Iglesias es, tal vez, la noticia más importante del vodevil de la semana pasada, después del cual incluso miembros del partido, hasta ahora fieles a la dirección, ya amagan de forma confidencial incluso con votar al PSOE. Y en esa soledad, se difunde en el partido morado la sospecha de que los afines a Díaz están trabajando en la sombra para intentar atraer a su bando a la secretaria general del partido morado, generando un «roto» definitivo en el círculo de Iglesias y Montero.
Díaz ha ofrecido a Belarra ocupar la quinta plaza de la lista electoral de Madrid. Se trata de un ofrecimiento que es difícil calificar de generoso. Podemos, aunque se ha desplomado en las últimas autonómicas, sigue siendo el partido del espacio político al que se dirige Sumar, que logró los mejores resultados en las últimas generales. Los de Díaz quisieron hacer borrón y cuenta nueva. La «etapa» de Iglesias había terminado, anunció Díaz en una reunión interna en el grupo de Unidas Podemos nada más ser elegida como vicepresidenta segunda. Hubiera sido mejor tomarla en serio.
Montero se enfrentó a Díaz a lo largo de los últimos meses. Fue una «guerra política» que la número dos de Podemos perdió, según sostienen los referentes del espacio de Díaz, concretamente los que abogaban (y siguen abogando) por excluir a los morados de todas las listas de la coalición Sumar. Advierten de que el plan de Podemos es «reventar» por dentro el proyecto de Díaz, generando ruido y malestar, y sobre todo, torpedeando una campaña electoral en la que la ministra de Trabajo se juega toda su carrera política. La han avisado. Pero Díaz se ha decantado por la opción híbrida.
El aviso de Monedero
Ahora Díaz no puede dar marcha atrás y echar a Podemos de la coalición. Sería una manera para ofrecer a Iglesias y Montero el relato perfecto para culparla de la previsible derrota de la izquierda el próximo 23 de julio. En las altas esferas del partido morado siempre pensaron que a Díaz le cuesta decidir. Pero ahora es también difícil argumentar que Podemos goza de buena salud. Si no está muerto, se encuentra en la UCI. Con Montero fuera de Sumar y hasta Pablo Echenique caído en batalla, solo quedan «los lunes de Iglesias» (según comentan sus detractores) como momento tópico para hacer oír la voz de los morados.
Los colaboradores de Díaz aseguran que la lideresa de Sumar no ha elegido a las personas de Podemos para sus listas de forma casual. Ha escogido a aquellos que considera poder captar una vez entrados en el Congreso. El temor a que los morados se descuelguen para crear un grupo propio existe, aunque los estrategas de Díaz creen tener la sartén por el mango y también influir en los ya delicados equilibrios internos del partido morado. Y una de sus maniobras consiste en alejar a Ione Belarra de Irene Montero. Hasta Juan Carlos Monedero, según comentan desde Sumar, ha bajado los decibelios de su crítica. Monedero que, cabe recordarlo, fue de los primeros que acusó a Díaz de ser una nueva Manuela Carmena para Podemos.
«No conocen a Ione»
En Podemos, en definitiva, creen que los de Sumar están intentando dividir internamente el partido. Divide y vencerás, era la fórmula del éxito de César y Napoleón. Y esa estrategia emplea Díaz, según sospechan en el partido morado donde, no obstante, descartan tajantemente que Belarra se aleje de Montero. Quien diga lo contrario, afirman, «no conoce a Ione y a Podemos», zanjan para referirse a aquellos referentes de Sumar que hasta públicamente han esbozado un conflicto interno que Montero e Iglesias estarían intentando ocultar con los ataques a Díaz.
El pasado lunes, Belarra compartió en las redes sociales una foto con Montero y la frase: «Juntas. Feministas». Esa publicación desató todo tipo de rumores sobre la posibilidad de que Montero lidere una lista alternativa y exclusivamente madrileña para las generales, tras encajar el rechazo de Díaz.
Todavía queda activa la marca paralela de Juntas sí se puede, que este diario desveló que Podemos había registrado el pasado jueves, en las horas previas al acuerdo de coalición. Pero el grueso de las fuentes consultadas niegan que finalmente la exministra de Igualdad decida concurrir en solitario el próximo 23-J con esa plataforma. El riesgo, recuerdan, es muy elevado. El próximo sábado Podemos celebrará su Consejo Ciudadano, la ejecutiva federal del partido, y se espera que por aquel entonces las dudas queden resueltas.
La cúpula de Podemos está más delgada y aislada. Pero Belarra, según las fuentes consultadas, no se pasará al bando enemigo. Quienes sí pueden hacerlo son los perfiles y cuadros menores, tal y como ya desveló este diario. Los futuros diputados de Podemos en el Congreso, como Lilith Verstrynge, Pilar Garrido o Idoia Villanueva, son los que preocupan a los jefes del partido. También Monedero lo dijo en su última reflexión en las redes sociales. Cuando falta la «lealtad», todo se va al traste. Y no se excluye que hasta él acabe dando un paso atrás ante el hundimiento del barco.