Cargos del PP ven «arriesgado» el apoyo de la cúpula al choque con Vox en Extremadura
Algunos dirigentes ‘populares’ se lamentan de que «en la estrategia de moderar el partido hay cosas difíciles de tragar» y preocupa que «las bases no lo entiendan»
La dirección nacional del Partido Popular tiene muy claro que, a menos de que Vox dé un paso atrás en Extremadura, no va a ceder un ápice en el pulso que mantiene con la formación de Abascal por conseguir su apoyo para la investidura de María Guardiola sin entrar en el Gobierno. Una firmeza que contrasta con la inquietud que se ha extendido entre cargos del partido a todos los niveles, que asisten atónitos al desafío de la candidata popular y que, en declaraciones a THE OBJECTIVE, califican de «arriesgado» el apoyo de la cúpula al choque con Vox.
Los entresijos de esta inédita situación solo los conocen los protagonistas porque, a pesar de que Guardiola se ha destapado con una personalidad propia para negociar con autoridad, a nadie se le escapa que, como ella misma ha reconocido, mantiene informado a Feijóo, pero que ella toma sus decisiones. Por lo tanto, al estar ajenos, los cargos consultados por THE OBJECTIVE admiten estar «expectantes» ante un desenlace que esperan, como creen en la dirección nacional, que les puede beneficiar en las elecciones generales del 23 de julio.
«Es un desafío que se ha realizado y quizás sea muy arriesgado, en el sentido de que se podía haber mantenido el mismo nivel de desafío sin haberle dado al Partido Socialista el control de la Asamblea», asegura un alto cargo de una administración regional. «Estoy de acuerdo con Guardiola en que hay posiciones que son absolutamente irrenunciables para el Partido Popular, pero el hecho de que la presidencia de las Asamblea esté en manos del PSOE, sinceramente es algo a lo que nos vimos abocados pero debería haber sido controlado. Esto sí que nos condiciona a una repetición electoral».
Esta responsable de una administración regional advierte de que «las elecciones las carga el diablo. Sí me preocupa la incapacidad de que en algunos territorios no hayamos sido capaces, Vox y el PP, de llegar a un acuerdo y de que Vox haya dejado de ser un partido útil, como ya lo había hecho en otras regiones, al impedir que se aprueben presupuestos, obstaculizando la gestión ordinaria. Son los casos de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid».
«Taparse la nariz»
Esta dirigente popular reconoce «estar muy expectante porque no tengo seguridad de a dónde nos puede llevar esto, y me preocupa mucho la incapacidad de Vox de llegar a acuerdos, anteponiendo los puestos y los intereses personales a las políticas que se puedan acordar. No entiendo por qué esa situación en Extremadura de que, sí o sí, tenemos que gobernar». Esta inquietud, asegura, se puede extender a las bases del partido: «Me preocupa que las bases no lo entiendan. Lo que me llega de mucha gente es esa desazón que sienten al ver que dos partidos que están condenados a entenderse no sean capaces de llegar a un acuerdo frente a un mal mayor, como es que la izquierda gobierne».
Esta tesis es compartida por una alcaldesa del Partido Popular, que afirma a THE OBJECTIVE que «es muy arriesgado alejarse de las bases, tanto del Partido Popular como de Vox. Me gusta mucho más lo de Valencia«. A su juicio, tanto María Guardiola como Vox «están estirando la cuerda en exceso», subrayando que el Partido Popular, con esta estrategia, está «intentando llamar al voto útil en la repetición electoral. Pero yo creo que la repetición electoral es muy, muy arriesgada».
Finalmente, un senador autonómico admite que el pulso de Extremadura es «una apuesta arriesgada y el votante más tradicional nuestro pensará que hay que taparse la nariz con tal de conseguir Extremadura, pero también es verdad que en la estrategia de moderar el partido hay cosas difíciles de tragar. También lo que ha hecho María Guardiola con este mensaje es poner a Vox en su sitio: una cosa es pactar y otra cosa es imponer, y lo que ha hecho Vox en Extremadura es imponer».
Este senador subraya que «se trata de decir a Vox: ‘Baje usted a la tierra, reconozca cuál es su papel y después nos entenderemos’. Guardiola le ha ofrecido, nada más y nada menos, que la presidencia de la Asamblea, una vicepresidencia y un senador». En este sentido, critica que Vox haya afirmado que quiere estar dentro «como un comisario político para controlar al Gobierno. Quien controla y dirige es el presidente. Un partido con el ocho por ciento no puede decir que quiere controlar al presidente. Siendo arriesgado, conviene recordarle a Vox el porcentaje que ha tenido. Personalmente, no sé yo si hubiera llegado al extremo de romper negociaciones, pero defiendo la explicación profundamente democrática que ha querido trasladar Guardiola. Habrá que ser muy docente para explicarlo».