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Política

Yolanda Díaz no quiere a Montero e Iglesias en sus mítines de campaña del 23-J

La lideresa de Sumar aceptará únicamente a los «candidatos» de la coalición en las diferentes circunscripciones

Yolanda Díaz no quiere a Montero e Iglesias en sus mítines de campaña del 23-J

La candidata de Sumar, Yolanda Díaz. | Europa Press

Yolanda Díaz prescinde de Pablo Iglesias y de Irene Montero en su campaña electoral. La candidata de Sumar no quiere tener la aportación de la todavía ministra de Igualdad y del exlíder de la formación morada. Esto no significa que Díaz no cuente con la presencia de dirigentes de Podemos, puesto que algunos de ellos integran las listas electorales de Sumar. Pero no con sus principales referentes, a los que ya ha «vetado» (según la tesis de los morados) en las listas del 23-J. Díaz solo quiere contar en sus mítines y encuentros de campaña con los «candidatos» de su coalición, según ha avisado la propia ministra de Trabajo.

Uno de los objetivos de la política gallega consiste en ofrecer al electorado la sensación de novedad. Define su proyecto como un movimiento ciudadano, si bien el reparto en las listas electorales ha sido el resultado de las más tradicionales negociaciones entre partidos políticos, con cuotas de poderes establecidas y poco espacio para los independientes. Aun así, Díaz ha logrado desprenderse de algunos rostros conocidos y que se asocian a la última década de la política española: Alberto Garzón, Ada Colau, Jaume Asens, Pablo Echenique y, sobre todo, Irene Montero y Pablo Iglesias.

La salida de estos dirigentes permite a Díaz centrar en su persona la propuesta política de Sumar. En la papeleta incrustará su cara, al igual que hizo Pablo Iglesias en 2015, tras el consejo de Íñigo Errejón (éste último es uno de los pocos supervivientes a la regeneración yolandista). Y en términos generales avisa a todos sus interlocutores que tanto a nivel programático como de proyección en los medios de comunicación ella tendrá la última palabra. La confusión generada con el referéndum catalán en el programa da prueba de ello, tal y como publicó este diario.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, interviene durante el acto de entrega de los Reconocimientos Arcoíris.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, interviene durante el acto de entrega de los Reconocimientos Arcoíris.

Solo los candidatos

En ese contexto, las fuentes consultadas adelantan que la campaña electoral se centrará en la figura de Díaz y prescindirá de algunos dirigentes que hasta ahora han ocupado las primeras líneas de la política. Montero e Iglesias, entre ellos. «Solo los candidatos» es la consigna que los de Díaz transmiten para referirse al planteamiento de campaña electoral, lo que significa la exclusión de la ministra de Igualdad, que no tendrá un foro público para defender y reivindicar sus leyes trans y del sí es sí, al menos no con Yolanda Díaz. Pero sí la inclusión de otros dirigentes, como Ione Belarra, actual secretaria general del partido morado, entre otros.

En Sumar destacan, por otro lado, que los morados tampoco desean involucrarse en esta campaña electoral. El viernes 9 de junio no se firmó un pacto político, sino una tregua, a la espera táctica del resultado de las urnas el próximo 23 de julio. Podemos se vio acorralado. Mucho más de lo que pudo pensar. La secretaria de Organización Lilith Verstrynge, quien todavía ejerce de miembro del reducido núcleo duro de Galapagar, no supo frenar el motín territorial y eso impidió crear unas listas propias al margen de Sumar.

El reloj corrió muy rápido. Y Podemos firmó con prisa un pacto que hoy suena a rendición y que muchos cuadros y hasta diputados de la formación se niegan a asumir. El mensaje de «YoestoyconIrene» no deja de moverse en las redes sociales, rebotado incluso por cargos de la formación e históricos referentes. Las fuentes de Podemos hablan de una Irene Montero muy irritada por lo ocurrido. Y con deseo de venganza. «Ella no quiere y ellos tampoco [involucrarse en la campaña de Díaz]; se junta el hambre con las ganas de comer», esbozan desde el frente de Sumar.

El peón y la dama

Aun así, Podemos necesita que a través de Díaz algunos de sus fieles entre en el Congreso. Confían en Belarra, Verstrynge y un tercer miembro muy cercano a la cúpula, cuyo nombre todavía ocultan. No quiere que Díaz triunfe, pero tampoco que se hunda. Su plan poselectoral pasa por cuestionar el resultado de Sumar nada más cerrarse los colegios. Tenían razón aquellos que sostuvieron en la semana trágica de la negociación con Díaz que habría fumata blanca, pero no sabían que de inmediato se abriría una etapa de conjuras al estilo Borgia.

Podemos asumió que tenía que sacrificar a su reina, pero espera que uno de sus peones alcance la octava fila y devuelva la vida a su dama. No es descartable que en esta jugada tenga algo que ver el exasesor monclovita Iván Redondo, siempre muy dado a esos tipos de metáfora, y quien mantiene una buena relación personal con Iglesias. Aunque en Podemos creen que «hay partido» después del 23-J, en Sumar no piensan lo mismo. Si Díaz alcanza los 30 diputados venderán la idea de éxito debido a una campaña muy enfocada en la lógica del bipartidismo. Y ya en el Congreso, captarán a los pocos diputados de Podemos que entren en el hemiciclo.

El silencio de los morados, por otro lado, tranquiliza a los dirigentes de Sumar. Los de Díaz consideran que, aunque Podemos se desmarque de algunos enfoques de campaña (Belarra ya ha reivindicado el «derecho a decidir» para el programa de la coalición), difícilmente generan aquel «ruido» que la ministra de Trabajo les reprochó durante meses. «¿Alguien ha escuchado a Irene y Pablo pedir el voto por Sumar o directamente por Yolanda?», ironizan desde el frente de Sumar para señalar el frío glacial que persiste entre socios.

Una tregua necesaria

Pero la tregua es esencial para Díaz. Parte de su planteamiento político pasa también por buscar el voto de una izquierda «pactista», tal y como desveló este diario. Y por ello es necesario que Montero e Iglesias se mantengan al margen de todo tipo de proyección mediática vinculada a ella. Los mítines se deben centrar en la propuesta de Sumar y en la idea de regeneración del espacio de la izquierda. Y aunque Sánchez no para de alabarla, no hará lo mismo con el PSOE. El planteamiento sigue siendo el de salvar los muebles el 23 de julio, y afianzar desde las instituciones la lucha por la hegemonía de la izquierda. Díaz sabe que el adelanto electoral ha trastocado sus planes, pero no quiere poner la otra mejilla.

La candidata de Sumar insiste en que, con gobierno o sin él, su estrella política brillará durante tiempo. Aunque la euforia de su equipo no siempre encuentra correspondencia entre aquellos que incluso desde su espacio político deberían respaldarla: «Sin la argamasa gubernamental, Sumar implosiona nada más terminar las elecciones», avisan desde el frente sindical tan cercano a la candidata de Sumar.

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