ERC y Junts se quedan sin grupo propio en el Congreso por no alcanzar el porcentaje mínimo
Ninguna de las dos fuerzas cumplen las condiciones y quedan en manos de sus socios parlamentarios
ERC y Junts no han logrado el porcentaje de voto necesario para poder formar grupo parlamentario propio en el Congreso, con lo que tendrán que buscar fórmulas para no acabar en el Grupo Mixto. Para evitarlo podrían intentar crear un grupo formado por ambas formaciones independentistas catalana y el Bloque Nacionalista Galego o pedir ayuda a EH Bildu, el PSOE o Sumar.
Para tener grupo propio hay que contar con al menos 15 escaños o superar los cinco diputados y obtener el 5% de los votos en todo el país, o bien el 15% en todas las circunscripciones en las que se concurre.
ERC y Junts han logrado siete escaños cada una en las generales, pero en ambos casos hay dos circunscripciones en las que no superan el 15% de apoyos.
En concreto, ERC no cumple este requisito ni en Barcelona, donde se ha quedado con un 12,33%, ni en Girona, donde se ha anotado un 14,74%. De su lado, Junts no alcanza ese umbral ni en Barcelona, provincia en la que ha cosechado un 9,68% de apoyos, ni en Tarragona, circunscripción en la que su marca es un 11,08%.
Pendientes de la Mesa
Ante esta tesitura, para no terminar en el Grupo Mixto del Congreso las dos formaciones independentistas catalanas podrían aliarse para compartir espacio y medios siempre que sumen a otra formación, ya sea de manera temporal (al menos en el primer periodo de sesiones) o permanente.
Eso sí, cualquier fórmula tendrá que contar con el visto bueno de la Mesa de la Cámara que se constituirá el 17 de agosto y no está claro qué mayorías tendrá.
ERC y Junts han logrado siete escaños cada uno, con lo que una posibilidad podría consistir en convencer al Bloque Nacionalista Galego (BNG), que ha sacado un diputado, para formar un grupo entre los tres. Sumarían un total de 15 escaños, y podrían constituirse en grupo sin preocuparse ya por el porcentaje de voto que han sumado en cada circunscripción.
De esta forma, los nacionalistas gallegos también podrían evitar el Mixto, que, de otro modo tendrán que compartir con Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro, formaciones que han logrado un acta cada una. El representante del BNG, Néstor Rego, tendría que decidir si le compensa un préstamo temporal, es decir, irse al Mixto una vez que ERC y Junts constituyan su grupo, o compartir espacio de forma permanente con los independentistas catalanes.
También pueden recurrir a Bildu, que por segunda legislatura consecutiva podrá tener su propio grupo en la Cámara Baja. La izquierda abertzale ha conseguido seis diputados y supera el 15% de los votos en las tres provincias vascas y en Navarra. EH Bildu podría prestar un diputado a ERC y Junts para que creen su grupo llegando al mínimo de 15 y después volver al suyo.
La opción del préstamo de votos, que se ha utilizado en legislaturas precedentes, también podría ser viable con apoyo del PSOE o de Sumar, formaciones que, si quieren repetir su coalición de gobierno, necesitarán el apoyo de ERC y, al menos, la abstención de Junts.
La ventaja de un grupo propio
Tener grupo propio supone grandes ventajas políticas, económicas y de medios. Quien lo constituye tiene garantizada su representación en todas las comisiones parlamentarias, en la Diputación Permanente y voz propia en la Junta de Portavoces y capacidad para intervenir en todos los debates en igualdad de condiciones; mientras que dentro del Grupo Mixto hay que repartirse tiempos de intervención y asientos en las comisiones.
En las sesiones de control, tener grupo propio posibilita entrar en los cupos de preguntas e interpelaciones al Gobierno, así como ventajas a la hora de incluir sus proposiciones no de ley en los plenos, pero en el Grupo Mixto todo ese ‘pedazo de tarta’ debe distribuirse a partes iguales.
En el plano económico, por ejemplo, en la legislatura que termina cada grupo percibía una subvención de fija de 364.160,64 euros al año (30.346,72 al mes) y una variable en función del número de diputados de cada uno de ellos, que se estableció en 1.746,16 euros mensuales por cada parlamentario.
Además, sólo habiendo conseguido grupo parlamentario propio se puede acceder al cobro de las subvenciones por envío gratuito de propaganda electoral durante la campaña. Y las ventajas se prolongan para las siguientes elecciones, porque los que ahora lo consigan tendrán opción a presencia en los futuros debates electorales y planes de cobertura informativa de los medios públicos.