Sánchez buscará un 'Frankenstein' ampliado con la abstención del partido de Puigdemont
Su núcleo duro avanza su investidura: «Las elecciones las carga el diablo». Pero el PSOE cree que habrá repetición electoral «en diciembre»
La noche fue de infarto y, aunque los escaños del PSOE fueron de más a menos, su estado anímico fue in crescendo reventando las expectativas. Cuando el escrutinio avanzaba arrojando un escenario imposible, los datos del modelo de Indra que anticipa el resultado con unas mesas seleccionadas anticipaban la suma con la que Pedro Sánchez soñaba para perpetrar la carambola que avanzó THE OBJECTIVE. En el Palacio de la Moncloa contenían el aliento, pero a las 21:00 horas ya anticipaba su entorno a este periódico: «Gobernamos». La cifra mágica de los 150 escaños que permitía al gabinete del presidente hacer cuentas para una sesión de investidura se rebasaba en tres escaños, 153.
Con 900.000 votos más que en 2019 pero 14 escaños menos que el PP, fuentes gubernamentales consultadas por este periódico avanzaron que «el presidente lo va a intentar» porque los números darían para su plan de salir investido en segunda votación, que requiere mayoría simple en lugar de mayoría absoluta. Pese a tener apenas 122 escaños, el PSOE podría sumar 172 votos de su alianza Frankenstein. Por contra, el PP y Vox sumarían 171. El presidente en funciones quedaría en manos de Junts y sus siete escaños.
Las fuentes gubernamentales consultadas piensan en trabajar para «lograr su abstención». Esto supone, eso sí, una rebaja de sus expectativas respecto a hace 48 horas, cuando el optimismo gubernamental en la recta final de la campaña permitía pensar en la posibilidad de gobernar con una alianza Frankenstein ampliada: «Es verdad que será terrible», reconocían fuentes gubernamentales a este periódico mostrando su disposición a intentarlo.
Euforia en Ferraz
Sin felicitar en ningún momento al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, por ganar las elecciones, Sánchez se erigió en ganador de este 23-J y sentenció la derrota del PP a quien atribuyó «el fracaso». El secretario general del PSOE vociferó que «el retroceso ha fracasado en el día de hoy y el bloque involucionista ha sido derrotado. Somos muchos más los que queremos que España avance y así seguirá siendo». Corto y al pie.
La euforia que se respiraba en Ferraz era notable. «Estamos todos como una moto», confesaban fuentes socialistas tras la trepidante noche electoral que no auguraba nada bueno pasadas las 20:00 horas tras la publicación de las encuestas tras el cierre de los colegios. «Pinta muy mal, sinceramente», admitía un alto cargo a este periódico.
«Investidura fallida»
No obstante, el optimismo es relativo. La mayoría de dirigentes consultados por THE OBJECTIVE creen que la investidura de Sánchez será fallida y que no evitará el bloqueo y la repetición electoral. «Nos vamos a elecciones en diciembre», pronostican por la imposibilidad de que Junts facilite con su abstención un nuevo gobierno de Pedro Sánchez. «Después de ver el batacazo de ERC, Junts no nos va a apoyar», dicen miembros de la dirección socialista ante el derrumbe de los republicanos, de 13 a 7 escaños. Un escenario que, reconocen, «tampoco nos viene mal» porque supondría «ir nuevamente a las urnas con el voto en contra de los independentistas».
Sea como fuere, Sánchez volvió este domingo a escribir una página más en su manual de resistencia apuntalando la leyenda del ave fénix que le ha retratado a lo largo de sus nueve años como secretario general del PSOE. Los críticos enmudecieron y a nadie se le escuchó repetir las dos palabras mágicas que sobrevaloron los círculos socialistas durante toda la campaña: gestora y congreso extraordinario. El escenario ha cambiado y Pedro Sánchez ha conseguido un nuevo balón de oxígeno hasta la investidura y las elecciones.