Podemos identifica la repetición electoral como un escenario ideal para debilitar a Díaz
Los morados creen que la gobernabilidad pende de un hilo y que están mejor preparados que Sumar para otros comicios
Podemos cree que la gobernabilidad pende de un hilo, y que parte de ese hilo está en sus manos. Aunque la opinión pública se centra en el papel de los diputados nacionalistas (los siete de Junts y ERC, o los cinco del PNV), la formación morada cree que sus cinco representantes son indispensables en la fragmentación parlamentaria. Tanto para la investidura de Pedro Sánchez, de la que recuerdan que tienen el control del «botón nuclear» antes y durante la legislatura, como de cara a una repetición electoral, que nadie niega en el partido.
Califican en este sentido el posible escenario electoral de «favorable», según reflexionan en la dirección estatal del partido. Así lo han transmitido internamente los principales dirigentes del partido y también Pablo Iglesias. El exsecretario general ha defendido la tesis de que no se puede excluir una repetición de las elecciones. Y Podemos cree que a pesar de su repentina caída en escaños en estos años, ha tocado su suelo electoral y a partir de aquí solo puede volver a levantare. Mientras que, añaden, Sumar solo puede decaer.
Iglesias, cabe recordarlo, acertó muchas previsiones sobre Pedro Sánchez en estos años. A finales de 2018, por ejemplo, fue el primero en sospechar que Sánchez no podría amarrar sus primeros presupuestos tras la moción de Mariano Rajoy. Iglesias hizo de todo para que así fuera. Entabló un diálogo directo y personal con miembros destacados de ERC y del partido de Carles Puigdemont. No lo logró. Pero había preparado su partido para el adelanto electoral.
Cuando Iglesias dejó la primera línea oficial de Podemos, después de las elecciones madrileñas de 2021, uno de los primeros mensajes que trasladó a los suyos tuvo también que ver con el adelanto electoral. Iglesias reiteró esa idea públicamente poco después, y poco antes de las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Aunque esta vez no pudo preparar a su partido. El adelanto después del fracaso de las autonómicas impedía poder aplicar su ‘plan a’, que consistía básicamente en romper con Yolanda Díaz y Sumar y afianzar una candidatura propia liderada por Irene Montero. Con tan solo diez días para negociar, Podemos se vio maniatado y tuvo que bajar la cabeza ante el diktat de la gallega.
Tiempo, a favor y en contra
Pero el partido morado cree en la venganza. Sus principales dirigentes no han resuelto su sentimiento de rechazo de Díaz, y la ministra de Trabajo por su parte tampoco ha olvidado que Podemos maniobró contra ella para que fracasara la aprobación en el Congreso de su reforma estrella, la del mercado laboral. Ahora, sin embargo, Podemos cree ha superado su momento de máxima dificultad. Los comicios del 23 de julio no han sido un éxito para Díaz, según comentan desde la formación. Díaz ha ganado tiempo, pero el tiempo se le puede volver en contra.
Sumar es el actor en este momento más interesado en que se acelere en la negociación con los independentistas para atar la investidura de Sánchez. Los de Díaz se muestran más frenéticos incluso que los socialistas, quienes han activado los primeros contactos discretos con sus interlocutores vascos y catalanas, pero no tienen prisa. Sánchez lo ha comunicado a la ejecutiva de su partido: prefiere que Feijóo acuda a una investidura y fracase, y después presumir de tener solo él las alianzas necesarias para empezar una legislatura, aun contando con los votos de los fugados de Bruselas.
Iglesias sigue manteniendo una relación muy estrecha con Bildu y ERC. Pero también con el entorno de Puigdemont, avisan en el partido morado. Según los miembros de Podemos, Puigdemont tiene mucha más confianza en Iglesias que en Yolanda Díaz, y sobre todo que Pedro Sánchez. Los de ERC no olvidan que Sumar les ha robado muchos votos en las últimas generales.
Así que Iglesias y Podemos se ven fuertes, a pesar de haber reducido trágicamente sus diputados en el Congreso de los Diputados. Y lo que más cuenta es que con la fragmentación parlamentaria su relación de fuerza sigue importante. Y, en el caso de que Sánchez no logre superar la investidura, Podemos cree que volver a las urnas será más problemático para Díaz.
Primarias para incluir a Montero
Díaz no tiene fondos suficientes para afrontar otro ciclo electoral, aseguran en Podemos, donde en cambio sostienen que gozan de una buena situación financiera. Su sede, por ejemplo, es de propiedad. Sumar, en cambio, alquila un espacio en el centro de Madrid. Además, Podemos cree que algunos socios que confluyeron en la coalición liderada por Díaz no han quedado satisfechos. No detallan qué formaciones se han sentido ninguneadas, pero la frase que más repiten en el partido morado es que en Sumar no es oro todo lo que reluce. Además, dicen en el partido morado, Sumar «no tiene cuadros».
Esto significa, según los cálculos de miembros de la formación, que de repetirse las elecciones el partido puede volver a su ‘plan a’, que consistía en ir en solitario a los comicios si Díaz se niega a unas primarias abiertas que automáticamente obligarían a incluir a Irene Montero en las listas. Esta vez, además, Podemos quiere imponer otros nombres relevantes de su núcleo duro, desde Ángela Rodríguez ‘Pam’ hasta Pablo Echenique y Rafa Mayoral.
El aviso a navegantes llegó tan solo 12 horas después del recuento de las papeletas. Lo dijo Ione Belarra, y fue un grito de batalla y una declaración de intenciones a la vez: «La estrategia de renunciar al feminismo e invisibilizar a Podemos no ha funcionado».
Todos los escenarios son favorables a Podemos, insisten en el partido. Si los independentistas permiten a Sánchez gobernar, los cinco diputados de Podemos serán igual de importantes que los nacionalistas, y podrán imponer sus condiciones, desmarcarse si lo quieren, tener las «manos libres». Si, en cambio, se repiten las elecciones, la formación morada tiene el tiempo necesario para construir su relato y no ser rehén de los ultimátums de Yolanda Díaz. Sumar, de hecho, teme esa posibilidad. Podemos, en cambio, ya no tiene nada que perder.