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Monasterio, en la cuerda floja tras la salida de su marido: «Le van a montar una gestora»

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid no se somete al férreo control que ejerce la dirección nacional

Monasterio, en la cuerda floja tras la salida de su marido: «Le van a montar una gestora»

Rocío Monasterio, portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid | Europa Press

La renuncia de Iván Espinosa de los Monteros a su acta de diputado electo en el Congreso de los Diputados y al cargo de vicesecretario general de Relaciones Internacionales de Vox, quedándose tan solo como militante de base, no solo tiene una causa. A su malestar por la intención de situar a Ignacio de Hoces como portavoz en el Congreso, como adelanta hoy THE OBJECTIVE, se suman los movimientos de la cúpula de la formación de Abascal para apartar a su mujer, Rocío Monasterio, portavoz en la Asamblea de Madrid, de la dirección regional. Este periódico ha podido saber de fuentes conocedoras de la delicada situación interna por la que atraviesa que «a Rocío Monasterio se la quieren cargar y le van a montar una gestora en Madrid».

La salida de Monasterio de la Asamblea de Madrid comenzó a rumorearse antes de la elaboración de las listas de las pasadas elecciones autonómicas del 28 de mayo. Algunas fuentes la situaban en el Ayuntamiento de Madrid y otras encabezando en 2024 la lista a las elecciones europeas. Sin embargo, y a pesar de que fue la última de las cabezas de lista en confirmarse, volvió a encabezar la candidatura a la Comunidad de Madrid. El resultado fue malo para Vox, ya que bajó de 13 a 10 escaños, pero lo más grave es que dejó de ser relevante en la política madrileña, al conseguir Isabel Díaz Ayuso la mayoría absoluta.

En clave interna, este fracaso en la Comunidad de Madrid puede haber acelerado los planes de la cúpula de Vox, en la que solo deciden los denominados «cuatro jinetes del apocalipsis» (Kiko Méndez Monasterio, Jorge Buxadé, Gabriel Ariza e Ignacio de Hoces), como les describen internamente. Este cuarteto ejerce el control del partido con «puño de hierro» y Monasterio no se somete fácilmente a sus directrices: «Rocío en Madrid no es una mujer de partido y hace lo que quiere. Se la van a cargar y le van a montar una gestora en Madrid». Una gestora que podría estar dirigida por Jorge Cutillas, que fue diputado en la Asamblea regional.

«Se han quitado de encima a todos los que no tienen controlados», señala la fuente consultada por THE OBJECTIVE, recordando los casos de «Víctor Sánchez del Real, Rubén Manso y todos los de Andalucía, son gente que van por libre y no aceptan determinadas órdenes e instrucciones». En esta línea se situaría Monasterio.

Problemas en la Asamblea

El difícil carácter de Monasterio, siempre según la versión de esta fuente, tampoco ayuda a crear buen ambiente en el grupo de la Asamblea de Madrid. De hecho, en esta legislatura no han repetido algunos diputados autonómicos por su mala relación con su líder. Son los casos de Alicia Rubio, Gador Joya o Jaime de Berenguer. Uno de los episodios que más incomodó al grupo fue la imposibilidad de presentar enmiendas al presupuesto de Ayuso, al llegar tarde al plazo fijado, y el posterior rechazo de Vox al documento presupuestario.

Hasta ahora Rocío Monasterio había disfrutado de total libertad en el manejo del partido en Madrid. Incluso ha sido prácticamente la única responsable regional que ha podido manejar el presupuesto del grupo parlamentario, con poderes absolutos. La norma de Vox es que el secretario general es el administrador de este patrimonio, teniendo obligación de autorizarle la firma. Fue precisamente esta discrepancia lo que motivó la crisis con el grupo parlamentario de Vox en la Asamblea de Murcia y la posterior escisión del grupo: su negativa a que Javier Ortega Smith tuviera firma autorizada para disponer del dinero. Se la retiraron y tres diputados fueron expulsados de Vox.

La estrella que ha disfrutado estos años Monasterio parece que empieza a apagarse, y la decisión de su marido, Iván Espinosa de los Monteros, de abandonar la cúpula de Vox puede acelerar la decisión de la dirección de apartarla del liderazgo en Madrid, que seguirá ostentando en el ámbito político, al ser la portavoz parlamentaria, pero no en el organizativo, si es despojada de sus galones. «Rocío Monasterio es una mujer muy difícil», rematan las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE.

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