Feijóo se reivindica como un presidente «de fiar» y pone como límite la Constitución
El candidato del PP asegura en su investidura en el Congreso que «la política no puede normalizar el engaño»
Un alegato contra la amnistía, una defensa de la España de la Transición y la Constitución, un programa de Gobierno y una enmienda a la poca fiabilidad de un presidente como Pedro Sánchez, ofreciéndose como un «presidente de fiar», han sido los ejes sobre los que ha girado el discurso de investidura del candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, este martes en el Congreso de los Diputados.
«Ofrezco ser un presidente de fiar para el pueblo y para esta Cámara. Yo sí». Con esta frase puso el líder popular la rúbrica a casi dos horas de discurso en la Cámara Baja, arrancando una sonora ovación de su grupo parlamentario, con la que querían refrendar el liderazgo de un candidato que desmontó los «engaños» del presidente en funciones, Pedro Sánchez: «No he venido aquí a engañar a nadie, ni a los españoles que confiaron en mí ni a ninguno de los partidos con los que llegué a acuerdos, hoy o en el futuro. La política no puede normalizar el engaño sistemático. Debemos recuperar el honor que tiene la palabra dada, y también el valor de las palabras. No voy a disfrazar nunca como cambios de opinión lo que son simplemente mentiras continuadas».
Feijóo inició su intervención mostrando su frontal rechazo a la amnistía que Carles Puigdemont le ha exigido a Pedro Sánchez para apoyar su investidura. «No voy a defender eso porque tengo límites, principios y palabras, y sobre todo tengo un deber que no voy a eludir. En primer lugar, me debo a más de ocho millones de compatriotas que le dieron la victoria al Partido Popular, y no voy a abusar de su confianza. Me siento representante de la inmensa mayoría de españoles a partidos que no llevaban en su programa electoral, ni amnistía, ni autodeterminación«.
Frente a esta amnistía que se pretende negociar, señaló que «preservo en mi ideario las reiteradas ocasiones en las que, a lo
largo de mi vida, prometí guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado. Jamás lo hice por mero imperativo, sino consciente de que nuestra Carta Magna es el acta de nacimiento de la España democrática, así
como el fundamento de nuestro progreso a través del sistema autonómico. Por eso, no comparto que ese texto pueda ser burlado mediante subterfugios que desprecien el esfuerzo de nuestros constituyentes. Y mucho menos acepto que la Carta Magna sea directamente contravenida con decisiones que de todos los españoles. Por esta convicción, ya les adelanto que en el proyecto que vengo a presentarles no figura la amnistía, ni la autodeterminación de una parte de la Nación, ni «fórmulas análogas o equivalentes».
El candidato popular dejo clara su posición, afirmando que: «Ante la deriva de las peticiones oídas en las últimas semanas, entiendo que alguien que aspira a ser presidente de todos los españoles, de todos, debe dejar esto claro desde el primer momento. Yo lo hago.Para mí, ni jurídica ni éticamente es aceptable. Fuera de la Constitución, no hay democracia. Señorías, ningún fin, ni siquiera la Presidencia del Gobierno, justifica los medios. Por eso, por donde otros ya han pasado, y parecen dispuestos a pasar, yo no. No paso por renunciar a la igualdad de los españoles y a todo lo que compartimos, para ser presidente del Gobierno. No paso por ningún aro que me impongan en contra del interés general, para ser presidente del Gobierno. Y no paso por traicionar la confianza de los españoles que me votaron, para ser presidente del Gobierno».
Tras su rechazo a la amnistía, reivindicó el sentido de estar en el Congreso presentando su investidura: «Es la normalidad democrática. Luego, ¿por qué algunos de los presentes no quieren que esté hoy aquí? En las últimas semanas, los españoles han tenido que escuchar expresiones de desprecio al voto que ejercieron libremente. Interpretaciones insólitas de los
resultados. E incluso, descalificaciones a la coherente propuesta de Su Majestad l Rey. A todos, y especialmente a la segunda fuerza (la que parece más ofuscada), le pregunto: ¿Qué se debía haber hecho, según ustedes? ¿Modificar la inalterada práctica democrática porque le conviene al líder actual del PSOE? ¿Tendría que haber considerado el Rey las publicaciones en redes sociales de los partidos que se negaron a acudir a Zarzuela, como establece la Constitución? ¿O quizás tendría que haber esperado a que se convocase una rueda de prensa en Bruselas para que también a él le pusiesen las condiciones?».
A juicio de Feijóo, la investidura «retrata a quien acude como un candidato libre para cumplir su palabra con los
electores y a quien no lo hizo ni lo hará. Retrata a quien ha llegado a acuerdo con diferentes partidos, sin renunciar ni a sus convicciones ni a sus compromisos. Y a quien no lo hizo ni lo hará. Retrata a quien antepone el interés general a la
ambición personal y a quien no lo hizo ni lo hará. Me retrata a mí. Le retrata a usted, señor Sánchez».
Una vez expuestas las razones por las que se presenta a la investidura presentó su alternativa de Gobierno «que reponga la concordia, la igualdad y la ambición colectiva que nuestro país ha perdido. Como en los principales momentos de nuestra democracia. Como se requiere, sin duda, en esta etapa. El futuro de España no está descontado. No hay un único camino predeterminado. Depende de todos nosotros. Depende de que escojamos una ruta que consiste en aceptar lo que impone una minoría, a sabiendas de que supone seguir dividiendo España en dos. O de que elijamos otra en la que mayoritariamente nos hagamos conscientes del momento crucial que vive la Nación y obremos en consecuencia: impulsando los amplios consensos que España necesita».
El escenario al que se enfrenta, según el candidato popular, es una «España que vive un deterioro institucional sin precedentes y con riesgo de agravarse todavía más. Las familias soportan cada vez más cargas. Tenemos importantes fragilidades económicas que afrontar. Y el reto de fortalecer el Estado de Bienestar para que las próximas generaciones dispongan de él con la calidad que estamos disfrutando nosotros. Y, por si nuestros propios retos internos fuesen pocos, el contorno internacional es el más impredecible de las últimas décadas».
Feijóo situó su alternativa de Gobierno rescatando lo mejor de la Transición española: «Hay quien reniega de la Transición. Yo vengo a reivindicarla y a reclamar su vigencia. Es lo mejor que hemos hecho. Porque lo hicimos juntos. Divididos nunca
lograremos algo mejor. Jamás. Y lo que hay detrás de esta investidura es precisamente esto. Una elección determinante entre preservar lo que nos es común o seguir cavando en un frentismo motivado por intereses personales que acabará por no beneficiar a absolutamente nadie. Ni siquiera a sus principales promotores, créanme».
El líder popular subrayó que «ni el independentismo puede pretender ni el PSOE permitir «que decida por todos los españoles Bildu, que hace menos de seis meses llevaba a más de 40 terroristas en sus listas. Que decida por todos los españoles Esquerra, que se jacta de obligar al socialismo de hacer lo contrario de lo que promete. Y que decida por todos los españoles Junts, menos aún después de todo lo que ha exigido. También es mentira que no exista otra alternativa. Es mentira el “somos más” que
el candidato socialista proclamó la noche electoral, para tapar que era el primer presidente en ejercicio que no ganaba unas elecciones en 27 años. Es mentira».
Su alternativa de Gobierno se basa en una serie de medidas enmarcadas en los distintos bloques de los pactos ofrecidos a todas las fuerzas políticas: Institucional, Economía, Familias, Estado de Bienestar, Pacto del Agua y un Pacto Territorial. Entre ellas hay que destacar: la renovación del Consejo General del Poder Judicial a la vez que se registra en esta Cámara una ley de reforma del modelo de elección; «las Cortes conocerán las razones del cambio de posición en el Sahara Occidental con una comisión de investigación como decidan sus Señorías»; reducir el IRPF a las rentas bajas y medias (con ingresos de hasta
40.000 €), para compensar la carga adicional que la inflación ha provocado en este impuesto; extender temporalmente la rebaja del IVA de los alimentos a la carne, pescado y conservas; crear una Oficina de Proyectos Industriales Estratégicos y un fondo
de inversión para consolidar el crecimiento de start-ups y un Pacto de Estado por las Familias».
Finalmente, se dirigió a «señores del PNV y de Junts. A mí no me han votado para entregarles la autodeterminación o la amnistía. ¿Les han votado a ustedes para que se aplique la política económica de Podemos? ¿En serio? También quiero dirigirme al Partido Socialista. A mí me parece una anomalía la incomunicación entre el PP y el PSOE. Lo digo abiertamente. Es lo que he
pensado siempre. Sería lo lógico en democracia para los grandes acuerdos que los dos partidos que han alternado en el Gobierno de España se entiendan».