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Moncloa blindó a Sánchez para proteger la negociación ante los «nervios» de ERC

«Ni Calviño ni Yolanda Díaz sabían nada», explican fuentes de Moncloa a THE OBJECTIVE

Moncloa blindó a Sánchez para proteger la negociación ante los «nervios» de ERC

Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados..

La cara de sorpresa de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, daba una pista del secretismo de la operación. «Ni Calviño ni Yolanda Díaz sabían nada. Se han enterado cuando ha subido a la tribuna», explican fuentes de Moncloa a THE OBJECTIVE, sobre la estrategia de blindar al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, para evitar que el enfrentamiento con Alberto Núñez Feijóo sobre la amnistía pudiera hacer peligrar la negociación que mantienen con Junts para la investidura. En el Gobierno admiten abiertamente estar «muy contentos, porque hemos cumplido el objetivo». Y el objetivo no es otro que este: «No se ha hablado de la amnistía». «Ha salido bien» explican fuentes gubernamentales. 

Una decisión que, según Moncloa, se ideó «con tiempo suficiente». Concretamente, el fin de semana, según las fuentes consultadas por este periódico. Tan sólo la conocían cuatro personas, entre la que se encontraba el presidente Sánchez. El objetivo: reventar la investidura de Feijóo con la intervención del exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, cuyo discurso embarró el terreno de juego hasta el extremo de desviar la atención del partido. Al final de la jornada, nadie se acordaba de la primera parte en que Feijóo había arremetido contra la «integridad» de Sánchez, que contrapuso con sus propios «principios, límites y palabras».

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, saluda al diputado del PSOE Óscar Puente (d), en la primera sesión del debate de investidura del candidato popular Alberto Núñez Feijóo a la Presidencia del Gobierno, este martes en el Congreso. | Efe/Daniel Gonzalez

Puente, «objetivo cumplido»

Después de que el exalcalde de Valladolid y exportavoz de la Ejecutiva dinamitara la sesión aireando sus relaciones con el narcotraficante Marcial Dorado, los sobresueldos, las «mentiras» de Aznar en el 11-M o la ejecución en la plaza pública de Pablo Casado, poco quedó de la amnistía. Feijóo no quiso entrar en el «Club de la Comedia» de Puente, pero Moncloa y Ferraz aplaudieron su intervención y el «golpe de efecto» con el que nuevamente consiguieron ignorar al elefante en la habitación de la amnistía. 

Según los portavoces gubernamentales, Puente ejerció de «máquina quitanieves para aclarar el camino» porque «hoy no tocaba hablar de amnistía», sino de una «investidura fake». Porque, a juicio de Moncloa, «nunca ha sido una investidura de verdad» ni en el planteamiento ni en los números, porque «en 35 días no han hecho nada. No se lo han tomado en serio, ni han presentado un programa de Gobierno». Y frente a ello, «lo que ha dicho Óscar son verdades como puños. Ha desenmascarado a Feijóo, poniéndole ante el espejo de sus contradicciones».

Pese a la crudeza del debate, la satisfacción en el Ejecutivo es real y el aparente ‘calentón’ dialéctico de Puente no fue fruto de una improvisación, sino una estrategia medida hasta el milímetro por el núcleo duro del Gobierno como cortina de humo. Pedro Sánchez no intervendrá en toda la semana… Lo hará cuando llegue el tiempo de su investidura», sostuvieron desde Ferraz. 

ERC y Junts piden un referéndum 

Sin embargo, los intentos por obviar la amnistía cayeron en saco roto. Los propios socios de Sánchez reventaron su estrategia reiterando sus exigencias en el hemiciclo. El mayor interés lo concentró la portavoz de Junts, Miriam Nogueras, para quien «la amnistía no es suficiente, que nadie se engañe… Si no se resuelve el conflicto de fondo… Con la amnistía no se resuelve nada, pedimos más. Hace falta un referéndum pactado». También el portavoz de ERC, Gabriel Rufián se expresó en los mismos términos asegurando que «la amnistía no es la solución final. La solución tiene nombre y apellidos: votar, votar».

Cuando el debate concluía, en la réplica de Feijóo a las formaciones independentistas, el líder del PP aprovechó estas proclamas para redirigir el debate y volvió a dirigirse a Sánchez: «Presidente, dígalo usted. ¿Amnistía sí o no? Referéndum, ¿sí o no?». Sánchez no se inmutó. Minutos después, el candidato a la investidura cerró su intervención como comenzó nueve horas atrás: «Conmigo no cuenten con la amnistía y el referéndum porque no es legal, no es ético, porque no hay nadie que esté por encima de la ley. Yo no quiero ser presidente del Gobierno así. Ya sé que se ríen los señores del PSOE. Prefiero retrasar mi victoria para que sea la victoria de todos los españoles incluyendo a los catalanes. Muchas gracias». 

Moncloa desmiente a ERC 

El ruido y el carácter bronco de la sesión no evitaron que los titulares de la investidura no compartieran protagonismo con el debate paralelo en el Parlament de Cataluña, donde el presidente catalán, Pere Aragonés, volvía a pedir un referéndum pactado antes de 2027. Fuentes gubernamentales rebajan a THE OBJECTIVE las peticiones republicanas y las enmarcan en un intento de «buscar foco», habida cuenta de que la «verdadera» negociación es con Junts y no con ERC

El Gobierno desmiente por ello lo dicho por los republicanos sobre la existencia de «papeles» sobre la negociación. «No hay ningún papel. ERC y Sumar no están en la negociación. Aquí los que más hablan son los que menos negocian y demuestran nerviosismo por estar fuera del núcleo duro. Los que negocian están en silencio», aseguran estas fuentes. 

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