Sánchez desliza que aceptará la amnistía para ser presidente, pero descarta un referéndum
El Congreso acogerá antes del 24 de noviembre una nueva investidura tras la de Alberto Núñez Feijóo
El rey Felipe VI estrecha la mano al líder del PSOE y presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. | Juanjo Guillén
El rey Felipe VI ha designado a Pedro Sánchez como candidato a presidir el Gobierno. Así lo ha hecho tras la segunda ronda de consultas tras las elecciones del 23-J a la que han acudido los líderes políticos después de que el anterior candidato, Alberto Núñez Feijóo, no lograra el apoyo necesario del Congreso de los Diputados para ser el nuevo líder del Ejecutivo.
Así lo ha confirmado la Casa Real a través de una nota de prensa, en la que justifica la decisión del Rey por «la disposición a ser candidato en un nuevo proceso de investidura del representante del Partido Socialista Obrero Español», Pedro Sánchez, «a la vista de la previsión constitucional de tramitar sucesivas propuestas». Previamente, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, había adelantado la previsible candidatura del actual presidente del Gobierno en funciones en una rueda de prensa tras reunirse con el monarca, que durante la mañana de este martes se ha visto con los líderes de PP y PSOE.
Tras este anuncio, el propio Pedro Sánchez ha comunicado que este mismo miércoles van a comenzar los contactos con el resto de grupos parlamentarios, menos con Vox. Y lo hará, en un primer lugar con Yolanda Díaz, ya que como él mismo ha indicado pretenden «reeditar el Gobierno de coalición», y no con el PP, partido más votado en los últimos comicios. En ese sentido, ha dejado claro que la reunión con Feijóo no será para recabar su apoyo ni para «lo que han hecho ellos de apelar a la peor de las corrupciones, que es el transfuguismo».
Sánchez ha reivindicado que el PSOE tiene «un proyecto de país claro y conocido» y en su apuesta por la «convivencia entre españoles y también entre los pueblos de España». En este sentido, ha recalcado que el marco será siempre la Constitución. El líder del PSOE ha evitado hacer una alusión directa a la amnistía para que Carles Puigdemont apoye su investidura, aunque sí ha defendido la necesidad de «generosidad» y hacer política en Cataluña, al tiempo que ha recalcado su rechazo a un referéndum de autodeterminación como reclaman los independentistas catalanes.
«Hacer política implica generosidad, implica compromiso con tu país y implica lógicamente liderazgo», ha sostenido Sánchez en rueda de prensa tras recibir el encargo del Rey Felipe VI de intentar formar gobierno, evitando en todo momento pronunciar la palabra amnistía.
Respecto a la exigencia de ERC y Junts de que también se incluya un referéndum de autodeterminación en el marco del pacto para respaldar la investidura del líder socialista, Sánchez ha manifestado su rechazo «no solo por compromiso y exigencia constitucional sino por una convicción política».
La incógnita de la fecha de la investidura
Ahora falta por conocer la fecha en la que se celebrará la nueva investidura, que tendrá que ser obligatoriamente antes del 24 de noviembre. Es así porque la primera votación en la anterior investidura tuvo lugar el 27 de septiembre, momento desde el que entonces se tienen dos meses para poder formar gobierno.
Armengol ha explicado que su intención es convocar el Pleno de investidura del candidato socialista cuando la negociación que debe llevar a cabo para buscar apoyos entre los grupos parlamentarios esté lo «suficientemente madura».
La presidenta de la Cámara Baja no ha querido anticipar una fecha alrededor de la que podría convocar esta segunda sesión de investidura y se ha limitado a recordar que el próximo 27 de noviembre vencerá el plazo de dos meses que se puso en marcha el 27 de septiembre, con la primera votación fallida de Feijóo. Si en estos dos meses no hay no hay investidura exitosa, se tendrán que repetir las elecciones generales el 14 de enero.
Hay que recordar que desde que Felipe VI comunicara que Feijóo iba a ser candidato a la investidura pasó un mes hasta que esta tuvo lugar en la Cámara Baja. Ahora será cosa de Sánchez saber en qué momento quiere que sea, ya que todo dependerá del número de apoyos que tenga y del tiempo que necesite para intentar lograrlos.
Primero fue el voto por correo. Nada. Después fueron los tránsfugas, nada otra vez. Por último, el Rey, más nada.
Y así, chino-chano, D. Pedro cambiará España y ya veremos lo de la ‘ñ’ cuánto dura. Eso sí, ha perdido las elecciones, ¡qué vergüenza!
Pues está el ‘asunto’ fastidiado, porque la partida de D. Pedro ya no tiene vallas y puede trotar a sus anchas, salvo por la dehesa del Senado en donde hay cuatro palos sosteniendo un sombrajo inservible en la práctica.
El 23J pudo haberse configurado otra realidad (tampoco es que vaya a descorchar un Möet-Chandon por ver a los Borja, a las Cucas y a los García-Margallo, entre otras prendas del mismo paño, sentarse en sillón azul), pero la hecatombe hubiese sido más lenta. Sí, más lenta. Y en éso nadie cae en la cuenta. Si cuando se tuvo que aplicar el minusválido 155 hubiera ardido Roma, otro gallo cantaría, pero… ya se sabe. Unos destruyen por acción y ser morlacos y los otros por omisión y ser mansos. Y aquí hemos llegado, ¿a alguien le extraña?
Habrá que irse acostumbrando a lo que viene, ha venido para quedarse.
El rey no debiera haber propuesto a Sánchez en este momento ya que no tiene ningún apoyo, aparte de su partido. Debiera haberle dicho que vuelva cuando tenga los apoyos y se sepan los términos de sus acuerdos con los partidos que le apoyen.
Descarta un referéndum.
Luego habrá referéndum