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Sumar debate aceptar una mesa que hable de la «consulta» para contentar al nacionalismo

Sumar busca el equilibrio entre las exigencias de Sánchez y el deseo de contentar a los nacionalistas para la investidura

Sumar debate aceptar una mesa que hable de la «consulta» para contentar al nacionalismo

Aina Vidal, de los Comunes, con la portavoz de Sumar, Marta Lois. | Europa Press

«Todavía estamos lejos de un acuerdo». Sumar, la formación de formaciones que se propone a la vez como partido y coalición de izquierdas y que lidera Yolanda Díaz, quiere enfriar la idea de que Pedro Sánchez tiene asegurados sus votos. Y al mismo tiempo busca la manera de intentar rebajar las exigencias de los nacionalistas. Algunas de las principales figuras que rodean a Díaz afirman en sus círculos de confianza que la investidura está casi atada. Hay confianza, pero también cautela, matizan otros. Mientras que los estrategas de Sumar intentan resolver el embrollo retórico que puede permitir a los nacionalistas apoyar a Sánchez justificando el pacto ante los suyos como un éxito.

Desde el pasado 23 de julio, Sumar ha ido cambiando a menudo su postura. Arrancó pidiendo al PSOE un acuerdo de gobierno (con reparto ministerial) lo antes posible. Después dio un giro de 180 grados, hasta afirmar que tampoco Díaz tenía asegurado un cargo en el Ejecutivo. Sumar tiene un problema: sus socios de Podemos, tras aceptar a regañadientes el acuerdo electoral de junio, han incrementado sus ataques. Díaz se mueve en el filo de la navaja. Si no se desbloquea el pacto de investidura, ella y su partido serán los que tendrán más difícil revalidar los resultados de julio. Sánchez, en cambio, podría hasta salir reforzado, según pronostican miembros de la coalición Sumar.

Es por ello por lo que Díaz viajó en septiembre hasta Bruselas para reunirse personalmente con Carles Puigdemont. El objetivo de la ministra (había anunciado a Sánchez su plan en agosto, tal y como desveló en exclusiva THE OBJECTIVE) era escuchar en persona al expresident de la Generalitat para intentar comprender hasta dónde podían llegar sus reivindicaciones. Un mes después, la mayoría de fuentes consultadas en Sumar aseguran que tanto ERC como Junts están dispuestos a votar a Sánchez. Aunque también existe un sector interno que manifiesta dudas y preocupación.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social en funciones, y líder de Sumar, Yolanda Díaz
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social en funciones, y líder de Sumar, Yolanda Díaz

Resolver el «conflicto»

El plan que en este momento tienen sobre la mesa los estrategas de Sumar se reduce sustancialmente a dos puntos. El primero atañe a la amnistía de los responsables (políticos y civiles) del procés catalán que acabó con la declaración de independencia de 2017. Los portavoces de Sumar han defendido públicamente esta medida, entendida como acto de pacificación del «conflicto» en Cataluña. De sellarse esta idea, los nacionalistas lograrían uno de los elementos más importantes de su narrativa tan solo seis años después de dar el golpe del 1-O. El PSOE de Sánchez también ha avalado esta opción para salvar la investidura, aunque el presidente sigue sin explicitarla, y evitar una repetición electoral. Pero ERC y Junts ahora quieren más.

Los dos partidos nacionalistas pactaron la semana pasada en el Parlament una declaración favorable a la convocatoria de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. El PSC votó en contra, y los Comunes de Ada Colau también (entre críticas de Podemos). Pero en el cuartel general de Díaz algo se mueve. Así lo aseguran fuentes cercanas a este sector, que sostienen que, después de la amnistía, el plan de la gallega puede pasar por contentar a los nacionalistas con una «mesa de diálogo» que acabe abordando la cuestión de una posible «consulta» (aunque no vinculante) en Cataluña.

La clave sigue siendo la de la «consulta pactada», con «mecanismos de participación de la ciudadanía catalana», esgrimen algunas fuentes de este sector. Antes de los comicios de julio, la candidata de Sumar habló de la posibilidad de celebrar una consulta en Cataluña después de cerrar un «acuerdo de mayorías» en la mesa de diálogo ya existente. Su portavoz concretó esa idea en el marco de la confirmación de lo acordado, para rebajar la polémica después de que su número uno por Barcelona abriera a un referéndum. Ahora se trataría de dar un paso en lo planteado en julio. Pero no está nada cerrado.

Fuentes de la coalición de Díaz admiten que Sánchez no está en disposición de aceptar ningún diálogo sobre la consulta antes de la investidura. Este segmento apunta a que el líder socialista ya habría vetado a Díaz avanzar por ese camino. «Para el PSOE es impensable hablar de consulta», sostienen los sectores menos proclives a abordar este asunto, que de momento se imponen a nivel de mensaje oficial. «Sumar sí podría ir más lejos, para decir que ha sido quien más a aportado para un gobierno de progreso y que de no lograrlo es culpa del PSOE o de los independentistas. No paga costes, pero el PSOE sí», reflexionan.

Aina Vidal, número uno de Sumar por Barcelona en las últimas elecciones, ha reiterado en sus últimas entrevistas que su formación nunca ha sido contraria a una consulta, aunque ha avisado a los nacionalistas que los tiempos y formas también cuentan. Es decir, que ahora no se puede abordar el tema de forma directa -«no se va a pactar en 15 días», dijo el lunes-, pero se puede hablar en el futuro. La respuesta que llegó de Marta Rovira, una de las dirigentes de ERC que se fugó tras el 1-O, suena a mano tendida: «Debemos poder hablar de referéndum esta legislatura», dijo en una entrevista para Catalunya Radio al referirse a la mesa de diálogo ya activa con el Gobierno.

Un artificio retórico

La cuestión del «encaje de Cataluña en España» ya forma parte de la retórica de los diputados de Sumar para conceder a los nacionalistas que se pueda debatir sobre una consulta regional de autodeterminación a los niveles institucionales más altos. No es algo baladí. Aunque se mantendría en el ámbito del debate: la fórmula es «hablar de ello, no que se haga». Es decir, un artificio retórico que tan solo serviría para decir que Yolanda Díaz ha hecho todo lo posible para revalidar la coalición. Algo parecido a la «consulta para valorar un marco de consulta», según afirmó también el diputado socialista Óscar Puente.

Hasta ahora, el PSOE había rechazado el indulto y la amnistía a los presos y fugados del procés, para después «cambiar de opinión» de acuerdo con sus necesidades parlamentarias. Queda por ver qué pasará con la consulta o referéndum. Los socialistas siguen tachando esta vía con una línea roja. Pero sectores de Sumar creen que sí se puede abordar el asunto, para ofrecer a los nacionalistas un argumento retórico y una excusa para que sus dirigentes expliquen a sus bases la oportunidad de respaldar a Sánchez.

En ambos partidos, incluso en Junts, el sector pragmático está trabajando duro para que todos los principales dirigentes entiendan la ventaja de tener la llave de la legislatura, aunque sea «de uno o dos años». Es la «política racional» que incluso en Podemos creen que finalmente se impondrá. Aunque todavía no esté nada resuelto, avisan.

«Nadie quiere arriesgarse a repetir elecciones», explican las fuentes consultadas. El cálculo que hacen las personas cercanas a Díaz apuntan, de hecho, a un previsible fortalecimiento del PP y Vox en el caso de repetirse los comicios. Y aunque el PSOE aguantara, creen que Sumar afrontaría la tormenta perfecta, puesto que la figura de Díaz se desgastaría de aquí a enero. «Es un peligro que ni el PSOE-Sumar ni los secesionistas van a correr», aseguran. Y añaden: «Es el juego de la gallina, pero acaba en pacto».

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