Los 12 cargos del PSOE que evitaron reunirse con Bildu en el pasado: «Es una línea roja»
Personas de la máxima confianza de Pedro Sánchez aseguraron que nunca se sentarían con la formación abertzale
Pedro Sánchez, Patxi López e Isabel Rodríguez | Victor Ubiña
La reunión de Pedro Sánchez con Mertxe Aizpurua y la posterior decisión de Bildu de apoyar un nuevo Gobierno de coalición ha hecho saltar las alarmas en una parte del PSOE, PP y Vox. Y es que gran parte de los líderes socialistas actuales negaron en la pasada legislatura que necesitasen el apoyo de la formación abertzale. El propio Sánchez lo descartó hasta en cuatro ocasiones antes de convertirse en presidente del Gobierno, llegando a asegurar que la formación de Arnaldo Otegi «sería la única con la que no se reunirían»: «Si quieres lo digo cinco veces, con ellos no se acuerda nada», llegó a declarar.
Entonces, su equipo de confianza defendía postulados similares. Carmen Calvo, que abandonó el Gobierno en 2021 por sus reiteradas polémicas con Irene Montero y su defensa del «feminismo tradicional», afirmó el 27 de mayo de 2019 que no se apoyarían en Bildu porque para ellos era «una línea roja»: «Los socialistas, con nuestros defectos y virtudes, somos muy de fiar. Todo el mundo sabe a qué se puede atener con nosotros, cuales son nuestros principios y las líneas que no pasamos», aseguró la entonces vicepresidenta.
En la misma línea se pronunciaron el hoy alto cargo Rafael Simancas y la ministra y portavoz, Isabel Rodríguez. En un tenso rifirrafe con Antonio González Terol (PP), el socialista quiso dejar claro que «ni habían pactado ni se habían sentado» con Bildu: «Ni nos hemos sentado, ni vamos a negociar ni vamos a pactar», afirmó de forma tajante. Lo mismo dijo Rodríguez después de que los nacionalistas vascos salvasen el decreto de medidas de la guerra: «No hay nada pactado, ni ahora ni nunca».
Patxi López, mano derecha del presidente en funciones pese a que en 2017 compitieron por el liderazgo del partido, utilizó como arma electoral la visita de Pablo Iglesias a una herriko taberna, «diciendo que era un honor estar con los de Herri Batasuna» tratando de desmarcarse de todo aquel que tildase la Constitución de «imposición».
La ministra de Economía y vicepresidenta primera, Nadia Calviño, también negó acuerdos con Bildu en más de una ocasión. De hecho, en 2020 se atrevió a desafiar a Ferraz calificando de «contraproducentes» y «absurdos» los contactos con Iglesias y los abertzales que Sánchez le había ocultado.
José Luis Ábalos, María Chivite y María Jesús Montero también insistieron en no acercarse a los herederos de Batasuna. El exministro criticó que un periodista le preguntase por sus pactos con Bildu cuando «no hay pacto». La presidenta de Navarra fue más allá, destacando que «una de sus líneas rojas» para llegar a acuerdos de Gobierno era Bildu: «Y lo diré en público y en privado», dejó claro.
Por su parte, la ministra de Hacienda insinuó que los socialistas tenían «todo lo contrario» a un acuerdo de Gobierno. Por su parte, la ministra Pilar Alegría señaló en RNE lo siguiente: «No hay ningún acuerdo de gobernabilidad con Bildu; nunca lo ha habido».
Page y Lambán, los más duros
En Castilla La Mancha y Aragón es donde las voces más discortantes han criticado estos acercamientos para conseguir los seis diputados abertzales. Emiliano García-Page indicó en la campaña electoral de las elecciones autonómicas que «con los asesinos de ETA» no iría a la vuelta de la esquina; mientras que Javier Lambán, de forma parecida, hizo hincapié en que «con los herederos de la banda terrorista no hay que tener ninguna relación».
